¿Por dónde empezar con X Japan?

El pasado 29 de octubre de 2023 falleció Heath, hasta su fallecimiento bajista de X Japan, uniéndose tristemente a hermanos caídos como Terry (f. 2002), uno de los primeros guitarristas del grupo, Taiji (f. 2011), su predecesor a las cuatro cuerdas o al cerebro creativo y guitarrista Hide (f. 1998). Aunque tardía, desde Futoi Karasu creímos necesaria una mención bajo nuestro tradicional formato «¿Por dónde empezar?». ¡Música, maestro!

X Japan son una institución del Heavy Metal japonés. En ese podio de gigantes donde Loudness representaría la cara más añeja y rockera y Anthem la más callejera y aguerrida, X Japan canalizaría el género hacia terrenos más melódicos y elaborados, siendo pilar absoluto del Visual Kei y uno de los padres del llamado Metal Sinfónico. Pero, si algo podemos decir de X Japan, es que siempre estuvieron en constante evolución, incorporando distintos géneros y matices a su propuesta tanto dentro como fuera de los géneros que les caracterizaron desde el primer día. Dos amigos de la infancia, el pianista/batería, Yoshiki, y el vocalista, Toshi, fundaron la banda en 1982, siendo los únicos miembros constantes de la formación hasta la fecha. No querría olvidarme de Pata (1987-actualidad), guitarrista rítmico que ha participado en todos sus discos de estudio, ni dejar de mencionar a Hide (1987-1997), quien previo a su fallecimiento en 1998 no solo grabó todos los lanzamientos principales de la formación nipona, sino que era junto a Yoshiki su principal compositor.

Como nota adicional, X Japan sigue considerando a Taiji y a Hide miembros de pleno derecho del grupo y son introducidos como tal y homenajeados en vídeo en sus conciertos.

Vanishing Vision (Extasy, 1988)

El eslogan «Sexo, drogas y rock & roll» fue popularizado por el británico Ian Dury allá por los 70. No sé cuánta droga habría en la fórmula alquímica con la que X Japan dieron a luz su primera placa, pero sexo y rock había mucho. Muchísimo. Desde la sugerente y violenta portada hasta las letras, que combinaban el japonés y el inglés, Vanishing Vision no ha venido a dejar títere con cabeza. Tan finos, cortantes y masivos como una lluvia de cuchillos albaceteños. Publicado por la discográfica del mismo Yoshiki, Extasy Records, se trata de un disco directo como un puñetazo y con una duración —42 minutos— que lo hace ideal para pincharlo una y otra vez.

¿Es un buen disco para empezar? Solo si eres un amante del Speed Metal ochentero o ya tienes cierto callo en esto de las guitarras con distorsión. El oyente «foráneo» probablemente no encontrará tantos alicientes para adentrarse en él. Ahora, si tu idea de emoción encaja con las producciones analógicas y sucias, las guitarras cortantes a velocidad prohibida y las voces rotas, amigo, ¡este disco es para ti!

Los temazos: Sadistic Desire, Alive, Kurenai.
Blue Blood (Sony, 1989)

X Japan era una banda con tantísimo potencial que Sony ya les tenía echado el ojo antes de publicar Vanishing Vision, si bien el fichaje definitivo se daría a posteriori. Un golpe de suerte que ensalzaba la trayectoria ascendente de una banda que supo darle sello de autor a su Heavy Metal. Así, el sophomore Blue Blood elevaría a un nuevo altar la magnífica propuesta del quinteto. Es la culminación de su sonido clásico, europeizando su Speed Metal con toques Power y Sinfónicos en una propuesta sensiblemente más barroca que en su predecesor.

Hay tres temas regrabados y llevados más allá de sus primeras versiones: el himno Kurenai, que en esta ocasión presentaría letra en japonés, Unfinished, también del primer disco, y Orgasm, que no fue incluida en Vanishing Vision, sino lanzada como single en 1986 antes del lanzamiento del debut, siendo el primer material lanzado por Extasy Records. Entre las novedades se encuentran un mayor gusto por la melodía e incluso toques hardrockeros no explorados antaño, como Week End o la vacilona Easy Fight Rambling, dotando de mayor músculo y variedad el doble asalto sónico al que Hide y Pata sometían al oyente. Pese a exhibir una mayor profundidad y sensibilidad, es en lo brillante de sus armonías de guitarra y sus fills de batería donde X Japan muestran su cara más certera, heredando las virtudes del debut y multiplicándolas en un disco que nada tiene que envidiar a los clásicos occidentales del género.

¿Es un buen disco para empezar? Es la puerta de entrada perfecta al universo X Japan. Todas sus virtudes como banda están dispuestas y potenciadas aquí, siendo uno de sus discos más redondos. Si después de este artículo te has quedado con ganas de más, ya sabes lo que tienes que hacer.

Los temazos: Blue Blood, Kurenai (es la mejor versión del tema, además), Rose of Pain.
Jealousy (Sony, 1991)

Fue su último disco como X antes de cambiarse el nombre por X Japan al cambiar de discográfica, pues ocurrió a causa de su fichaje por el gigante norteamericano Atlantic Records para distinguirse de la banda angelina de Punk del mismo nombre.

Desde el inicio a piano con Es Durのピアノ線 —ojo a esas disonancias del final— y Silent Jealousy, que mezcla hábilmente la sutileza de las teclas con el Heavy/Speed/Power Metal idiosincrático del combo japonés, notamos que algo ha cambiado en la factoría X Japan. Jealousy no sacrifica la potencia, los vertiginosos cambios de tono ni los estribillos de matrícula, pero sí introduce ligeras variaciones para evitar un estancamiento en el sonido del grupo. Así, Desperate Angel o Joker se construyen bajo los parámetros del Hard & Heavy ochentero, salvajes y desenfrenadas, mientras que otras como Stab Me in the Back son pura abrasión de guitarras gruesas a tempos aceleradísimos, bebiendo mucho de los últimos coletazos de la gloriosa Bay Area estadounidense. Un disco variado, robusto y a buen nivel en cada minuto, aunque esto último podríamos decirlo de toda su discografía, la verdad.

¿Es un buen disco para empezar? Sí. Posiblemente sea el disco más equilibrado de X Japan tanto de cara al público metalero como al que no: hay canciones agresivas, desenfadadas, mayor presencia del sinfonismo y una producción más limpia sin mermar un ápice la energía característica del género. Los amantes de los sonidos más clásicos pueden echar en falta un punto más cortante en el fino trabajo de guitarras, pero para eso están los discos anteriores.

Los temazos: Silent Jealousy, Voiceless Screaming, Say Anything.
Art of Life (Atlantic, 1993)

Fue el primer disco que grabó Heath con X Japan. En esa zona gris entre el disco de larga duración y el EP, Art of Life es un hito en la historia del género, siendo el petardazo definitivo que consolidaría al Metal Sinfónico como género con identidad propia. Antes de que debutasen nombres propios del género como Septic Flesh, Nightwish o Epica, o incluso antes de que Therion abrazase por completo el estilo, fue el quinteto nipón quienes destaparon el tarro de las fusiones. Así, Art of Life es una pieza de media hora de duración sin cortes, concebida como una canción única que abarca y potencia todo el registro mostrado por la banda de Chiba hasta la época: Sinfonismo, Metal Progresivo, Metal clásico, velocidad, arrojo y finura.

¿Es un buen disco para empezar? Da igual que lo consideremos un EP o un LP, es el mejor trabajo de X Japan sin duda. El trabajo más ambicioso del grupo, el más complejo y el más grandilocuente. También, por esa misma razón, es su obra más densa y menos accesible para el oyente menos experimentado en estas lides. Creo que entra mejor una vez familiarizado con las obras anteriores para apreciar la evolución de la banda, pero también para comprender el contexto de Art of Life: una obra atemporal que rompió los esquemas.

Dahlia (Atlantic, 1996)

Dahlia marca el final del Visual Kei, de los colores chillones y supuso un punto y aparte en su carrera artística. También se trata del último disco de estudio del grupo, puesto que su reunión tras el hiato (1997-2007) no ha fructificado en otro lanzamiento, a pesar de los constantes rumores y de algunos singles. La ropa extravagante dejó paso a una vestimenta más casual propia de esa época tan gloriosa como incalificable que fueron los años 90 en el Metal. Así, la vertiente más pura del género se disolvía para entregar un LP diverso y divergente, con numerosos guiños al Rock SinfónicoRusty Nail es absolutamente imprescindible en el catálogo del grupo—, estribillos más melancólicos y una elevada inclusión de baladas y medios tiempos intercalados con los tradicionales temas potentes y complejos del grupo, como Scars. También habría anticipos al futuro: Wriggle y Drain, de marcado acento industrial, anticiparían el rumbo que tomaría la carrera en solitario de Hide antes del trágico suceso.

¿Es un buen disco para empezar? Considero que no. Bajo el prisma de otro tipo de oyente se trata del álbum más suave de la banda y eso puede ser un punto a favor. Hay más baladas, más sinfonismo y más Rock, queda muy poco de los días de Speed Metal del grupo, pero también hay concesiones evidentes al Rock Industrial y un distanciamiento lógico de los álbumes previos. Así que, siendo un gran disco, creo que representa menos a X Japan en conjunto en relación a los anteriores.

Los temazos: Dahlia, Rusty Nail, Tears

Y a vosotros, ¿qué disco os llama más la atención?

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