Konya Sukiyaki ja Nai kedo: sociedad y uno mismo

Anteriormente, os hemos hablado de la brillantez y el optimismo de buscar la felicidad en lo mundano de Hirayasumi, obra de Keigo Shinzō, que hace poco salió del descanso en el que llevaba desde finales del año pasado. El de Hirayasumi es un mensaje que cala hondo, y es que algunos de los paralelismos de su filosofía llevan a Konya Sukiyaki ja Nai kedo, manga que comparte muchos de los mismos ideales del mencionado; aunque quizás no es de extrañar considerando que Natsuko Taniguchi, su autora, está casada con el mismo Keigo Shinzō.

Viendo los temas que ambos manejan en sus respectivos mangas es común que coincidan en muchos aspectos, pero la obra de Taniguchi hace gala de un enfoque propio a lo largo del singular volumen que dura Konya Sukiyaki ja Nai kedo, obra temáticamente hermana a Konya Sukiyaki dayo, de la misma autora, y que desgraciadamente no está traducida de manera oficial —aunque cuenta con una adaptación al live-action de doce episodios—. Konya Sukiyaki ja Nai kedo nos relata la historia de Tatsuki y Torao, hermanastros que comparten apartamento mientras hacen sus vidas. Tatsuki se sitúa en el apartado del estresante del espectro con su trabajo en una agencia de publicidad y Torao en el del desempleo y el ámbito universitario.

Tatsuki y Torao, nuestros protagonistas / ©Kurage Bunch

El manga tiene una fuerte referencia al desorden que alguien puede tener en dónde vive, en relación directa a cómo se encuentra esa persona. Cuando cuidamos del ambiente en el que descansamos, es como cuidar de nosotros mismos. El apartamento de Tatsuki está desordenado y almacena objetos sin parar, solo aumentando todavía más cuando Torao, que todavía no sabe cómo es como persona exactamente, le pide que lo acoja.

Ambos sufren este creciente descuido en su vida a su manera: el estrés del trabajo y el «no saber qué hacer con tu vida» universitario como las dos caras de la moneda. La obra sabe que el desorden va de la mano con el valor propio y vemos como cuando van limpiando su apartamento se van encontrando en un espacio más sano, dedicando más tiempo a pensar sobre ellos mismos. ¿Realmente quieren seguir viviendo su vida bajo las apretadas expectaciones de la sociedad?

La limpieza es recurrente durante la trama de este manga, es Torao quien da el primer paso al ver como de estresada está su hermana con su presencia y decide ser el primer eslabón de la cadena de limpieza y automejora. Pero claro, no se puede limpiar sin deshacerse de recuerdos preciados, idea que también hace acto de presencia. Preparando este terreno sobre el «dejar ir» que envuelve este manga, asociamos recuerdos a experiencias cálidas que nos traen alegría, reflexión, nostalgia… y dejarlas marchar puede costar, pero el manga se asegura de dejarnos saber que siempre se pueden almacenar de otro modo o crear nuevos recuerdos.

Limpieza a todo riesgo / ©Kurage Bunch

Nos desarrollamos en una cultura que nos abruma con la idea de aportar a la sociedad como un engranaje de la misma y esto genera una expectación sobre nosotros mismos, ligando nuestra aportación a nuestro valor como persona. Konya Sukiyaki ja Nai kedo nos hace ver las consecuencias que esto tiene sobre la vida de alguien. Desde el punto de vista de Tatsuki, toda su carrera profesional se basa en compararse y ser comparada con el resto de la gente de su campo. Bajo la idea de ser alguien que aporta, descuidamos nuestra vida personal en favor de nuestra vida profesional. Así, las expectaciones causan cierto conflicto entre Tatsuki y Torao, con sus opuestas ideologías respecto al modo de vivir en sociedad, pero terminando por buscar terreno común.

Torao, la otra cara de la moneda, también hace frente a un conflicto interno. Mientras se encuentra más libre de estrés, no encuentra algo que verdaderamente le llene, yendo a la universidad sin demasiado pensamiento sobre su futuro. Es cuando limpia el apartamento cuando por fin se siente realizado de algún modo y esto le ayuda a reflexionar. El manga te deja claro que Torao viene de un trasfondo calado por la misoginia —recalcando cosas como que el trabajo de casa es algo asociado a la mujer—, pero no es hasta que la vida le fuerza a pedirle ayuda a su hermana que piensa en ser la mejor versión de sí mismo. Torao busca un lugar en la sociedad y a Tatsuki su lugar en la sociedad le está agotando.

El límite de tiempo del quehacer, inexistente pero pesado / ©Kurage Bunch

A fin de cuentas, Konya Sukiyaki ja Nai kedo es una obra sobre el volverse alguien con quien se pueda estar contento. El cuidado de uno mismo es esencial para poder sentirnos bien y, pese a las presiones de la sociedad, lograr encontrar un modo de hacer las cosas con el que estemos a gusto. Es una nota optimista construida sobre el pesimismo que nuestra autoevaluación nos impone, encontrar pequeñas cosas que nos llenan e ir paso a paso para que cada vez lo que nos llena sea más grande.

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