FicZone abre sus puertas un año más y, por primera vez, una bandada de cuervitos ha volado hacia tierras granadinas. Lo de volar es una licencia ya que, de momento, no tenemos el presupuesto de Taylor Swift con su jet privado, pero os traemos sobre la mesa nuestras impresiones sobre el evento.

Como viene a ser costumbre durante las últimas ediciones, la Feria de Muestras de Armilla vuelve a ser el recinto seleccionado para acoger el evento. Lo común de este, hasta la fecha, era ser una especie de reunión de eventos temáticos a lo largo de sus carpas y escenarios. La principal novedad de este año es que es el primer FicZone que prescinde de Granada Gaming en muchísimos años, habiéndose independizado este para poder hacer un gran evento de videojuegos de manera independiente. En criterio de cada uno queda ver si esto ha sido o no una buena decisión, ya que aunque sí que es cierto que prescindir de los videojuegos da pie a dos eventos más especializados, cada uno con sus invitados y actividades, lo cierto es que no todo el mundo puede permitirse ir a varios eventos. Sin duda la especialización del lugar es una ventaja a la hora de organizar y disponer de espacio para distribuir las distintas actividades, así como en tema de horarios.

Pero, sin lugar a dudas, los ganadores de esta decisión son los amantes de los juegos de mesa. El pabellón antiguamente dedicado al evento de videojuegos ha quedado vacío, con lo cual Meeple Factory y su zona dedicada a juegos se expande, pudiendo ahora ofertar más mesas y stands. Había cientos de juegos de mesa disponibles, desde complicados EuroGames hasta mundanos tira dados, sin olvidarnos de juegos para un público más joven. Ofreciendo así un entorno más cómodo para que los asistentes pudiesen probar qué presentaba cada empresa de primera mano. Movimientos así desde luego benefician a ambas partes, por un lado los vendedores consiguen una publicidad más cercana y las familias y grupos de amigos disfrutan de un ocio alternativo y consiguen valorar de primera mano si les gustaría hacerse con uno de los juegos de la feria o con otro.

Mencionar también nuestro sitio favorito del evento, culpable de que la redacción vaya a sobrevivir con sopa de agua y hielo hasta la próxima nómina: el Callejón de Artistas del FicZone. Hay un problema con este tipo de sitios en los eventos y es la cantidad abrumadora de oferta. En cambio aquí, al ser un evento mediano, las plazas ofertadas son menores y, por tanto, toca valorar con muchísimo más ojo. La selección de artistas ha sido de mucho nivel, la calidad es excelente y en ese pequeño margen había variedad suficiente para abarcar todos los gustos y hasta encontrar algún que otro fanart de franquicias relativamente más de nicho que las demás. El mayor inconveniente de esto deberían recae en los artistas más noveles, con menos oportunidades de acudir a su primer evento por encontrarse con una gran cantidad de artistas de calidad profesional con años de trabajo a sus espaldas, pero FicZone soluciona esto con plazas especificas para gente novata y espacios dedicados a estudiantes de bellas artes de la propia ciudad, incentivando así a los nuevos aspirantes a ponerse a la par de otros grandes nombres y, por qué no decirlo, a acabar con nuestra economía.

Entre los invitados, FicZone siempre suele tener bastante buen criterio a la hora de traer gente. Esto lo ha demostrado muchísimas veces, con invitados tan interesantes como Akira Yamaoka en la edición del 2017, o Bryan Lee O’Malley en la siguiente edición, que pese a ser grandes nombres nunca han venido en un año en el que estuvieran en su pico de popularidad, pero eso no evitó a las hordas de fans haciendo cola para conseguir una firma. En esta edición hemos tenido a Graig Fairbrass y Vincent Regan, actores de la adaptación de Netflix de One Piece. Tal vez Garp y Zeff no sean parte del elenco protagonista, pero todos los que hemos visto la adaptación podemos corroborar que son de los personajes que más ganan en carne y hueso. Decir además que Vincent interpretará a Rickard Thorne en la próxima temporada de House of the Dragon, así que creemos que podría ser, una vez más, uno de esos movimientos de FicZone de traer a alguien antes de que esté en boca de todos. Tampoco podemos olvidarnos de Masahiro Emoto, director de la adaptación animada de Las vacaciones de Jesús y Buda y con papeles clave en obras tan relevantes para el medio como Ghost in the Shell, Millenium Actress o Samurai Champloo. La lista de invitados es inmensa, pero, por mencionar unos pocos más, también contamos con la presencia de nombres patrios como Carlos Areces, Luis Posada o Isaac Sánchez.

Pero vamos a dejar las formalidades atrás y hablemos de una de las cosas más llamativas del evento: La fiesta del propio FicZone. La ciudad de la Alhambra es conocida también por su ambiente nocturno de calidad, así que es una ocasión única para, en una colaboración con la organización y los negocios locales, reunirte con gente que también quiere bailar la canción de moda: el Bling-Bang-Bang-Born. El sitio elegido fue el mismo que el año pasado, el Taböa Club. Tras el descontento general con el lugar en el que se realizó en 2022, es agradable ver que el local que funcionó bien el año pasado vuelve a repetir, así que solo podemos esperar que pueda seguir siendo así unos cuantos años más y se mantenga la calidad más años. La playlist fue espectalucar y variada, con algunas canciones de animes del momento, como el opening de la tercera temporada de Kimetsu no Yaiba, mezcladas con las intros en castellano de algunos de los animes más míticos de la televisión de finales de los noventa como Dragon Ball o Los caballeros del zodiaco sin dejar atrás las canciones más conocidas en el cancionero popular, como Rasputín de Boney M. El buen ambiente daba paso a bailar o simplemente tararear estos temas más conocidos, ya fuese llevando o no cosplay. Desde luego es una parte que destaca de todo el evento y que gusta a muchos de los invitados y asistentes.

Con todo esto, no podemos más que recomendar FicZone como evento. Creemos que el balance es perfecto, ya que es un evento con muchísimo que ver y hacer, que trae actividades variadas y una calidad de invitados excelente. Al no ser supermasivo no sientes que te estés perdiendo cosas y puedes ir más tranquilo, cosa que realmente se agradece, porque creemos este tipo de eventos deberían ser para pasarlo bien y no para agobiarse entre cientos de stands. Tal vez el único problema real de este no lo tenga el propio FicZone, sino de la cantidad de eventos que se establecen en las mismas fechas a a la vez, posiblemente llegando a una saturación que no nos permita disfrutar plenamente tanto del FicZone como de otros en distintas localidades de España.

Sin embargo, y una vez más, creemos firmemente que las propuestas de ocio alternativo y variadas que se nos proponen como fanes en el FicZone resultan atractivos y entretenidos. Desde luego da gusto ver eventos de este calibre en los que poder disfrutar de un fin de semana en compañía y compartiendo gustos.