Osamu Dazai se consideró Indigno de ser humano

No es inusual el usar elementos conocidos o referencias populares en tu obra de ficción. Tampoco es raro que una obra gire en torno a una figura histórica o famosa, a nivel nacional o a nivel mundial. Dentro de estas influencias, la literatura es una fuente maravillosa de inspiración. Eso lo sabían a la perfección los creadores de Bungō Stray Dogs, quienes gracias a la inclusión de escritores literarios clásicos en su narrativa, han descubierto al mundo multitud de grandes autores japoneses de los que la literatura universal normalmente se olvida. Además, el público nipón también se ha visto atraído por la premisa, pues —haciendo un paralelismo con autores españoles— ¿a quién no le gustaría ver a Góngora y Quevedo partiéndose la madre en un anime?

Asimismo, si hay algo que hicieron bien en Bungō Stray Dogs es usar características y peculiaridades de los individuos reales para construir a sus personajes y que, en cierta manera, el público pueda conocer a los autores. Si se añade a esto el hecho de que la obras más representativas también tienen su parte de protagonismo en la historia, se ofrece una idea aproximada de qué esperar de cada personaje. Cierto es que algunos ofrecen unas semejanzas más acertadas entre su parte ficticia y su parte real que otros, pero con buena parte de ellos se pueden encontrar tantos paralelismos que parece que el autor y obra se han reencarnado en el personaje. Este es el caso de Osamu Dazai, uno de los novelistas más apreciados del siglo XX en Japón, y de su obra Indigno de ser humano, considerada un clásico moderno del país del sol naciente.

En este artículo exploraremos la vida del escritor, empezando por los datos verídicos y documentados y lo que ha reflejado en su novela más representativa y célebre, comentando brevemente el desarrollo del protagonista de la misma. Después, pondremos en contraste toda esta información con lo plasmado en Bungō Stray Dogs, donde el personaje de Dazai tiene un papel de gran relevancia.

A la derecha, Osamu Dazai en el Bar Lupin, un café de Tokio llamado así en honor al personaje ficticio que servía de punto de encuentro para los autores de esa generación. A la izquierda, lo mismo, pero en el Bungō Stray Dogs. / © Kadokawa Shōten y Reddit

Aviso: tanto la vida como la obra de Osamu Dazai están marcadas fuertemente por el tema del suicidio. Rogamos, por favor, que tengas cuidado si eres sensible a esta temática.

En primer lugar, ¿quién era Osamu Dazai? Su verdadero nombre era Shūji Tsushima, nació en Kanagi, Aomori, en 1909 y fallecido en Tokio en 1948. Con una infancia no muy feliz a sus espaldas, se vio envuelto a lo largo de su vida en numerosos eventos que lo moldearon como persona e influenciaron en gran medida la manera en que concebía el mundo: problemas con su familia, una alma inquieta y desarraigada que lo empujó a enrolarse en el Partido Comunista de Japón, una condición de salud delicada, el proceso de lidiar con la Segunda Guerra Mundial y ver su hogar destruido dos veces… Muchas de estos elementos salpican su vida, aportando pinceladas pintorescas, únicas y transgresoras. Sin embargo, y desafortunadamente, lo que más llama la atención de su biografía son las tentativas de suicidio. Llegó a intentarlo cuatro veces, algunas de ellas acompañado de sus amantes, y finalmente acabó con su vida a los 39 años tirándose por un puente, junto a una amante y admiradora.

Además de dejar atrás a su mujer y tres hijos en una difícil situación económica, el legado de este escritor es una producción literaria peculiar, con obras que constituyen hoy en día un icono de la literatura japonesa moderna, tales como La mujer de Villon, El ocaso o Indigno de ser humano. Si tenemos en cuenta el tono e historias reflejadas en estas obras, podemos concluir que Dazai sentía un desarraigo enorme ante su familia, la sociedad tradicional y su propia existencia. Estos sentimientos hicieron que, en los años de posguerra, la juventud japonesa encontrase en los escritos del autor, caracterizados por un humor oscuro, ingenio agudo, un vocabulario directo, sinceridad pura y tono —presuntamente— autobiográfico, un símbolo de rebeldía ante lo establecido. Además, toda su obra rompe con la tradición japonesa de forma y temática, resultado de una gran influencia de la literatura francesa y rusa —siendo esto explícito en las ocasionales referencias a autores occidentales como Dostoievski y Van Gogh—. Leer a Osamu Dazai puede transportarte a un ambiente privado, donde él relata sus vivencias y preocupaciones en el salón de su casa o en un bar en el que estáis los dos solos tomando algo.

Buscar o teorizar sobre las razones por las que una persona puede decidir acabar con su vida o los pensamientos que le llevan a intentarlo hasta cinco veces es una tarea complicada y, en muchos casos, imposible. Con todo, gracias a la actitud autobiográfica de muchas de sus obras, se puede llegar a tener una idea del origen de la visión de Dazai de la vida. Ya en el título de su última obra finalizada —pues Goodbye la dejó inconclusa— podemos inferir una de las razones: Indigno de ser humano.

«¿Crees que hay algo de sentido en el acto de vivir?» es una de las frases que representan al Dazai más pesimista, en cualquier representación / © Bones

Indigno de ser humano nos presenta tres cuadernos narrados por Yōzō Ōba, un joven japonés que plasmaba sus vivencias en ellos junto a reflexiones personales de sus pensamientos. A su vez, cuenta con un pequeño prólogo y epílogo en el que una tercera persona cuenta cómo encontró los cuadernos y las fotografías que los acompañan. En el primero de estos, ya podemos detectar la preocupación del protagonista por no encajar en una sociedad en la que tiene que llevar siempre una máscara para ocultar su verdadera personalidad y pensamientos, bajo la apariencia de un bufón. En el segundo, vemos cómo Ōba intenta convertirse en artista al irse a la universidad a Tokio, cómo se ve influenciado por las personas que conoce en esta nueva vida y cómo, poco a poco, encuentra un escape de la farsa que creó en las mujeres y el alcohol, lo que también es un intento de huir de la alienación que tanto teme desde pequeño. En el tercer cuaderno, devastado por la muerte de una mujer con la que se intentó suicidar, trata de volver a encauzar su vida, desviándose y encontrándose varias veces, sin dejar de vivir episodios en los que se replantea su vida, relaciones, amistades y decisiones. Finalmente, termina con una reflexión, en la que admite no entender muchas veces al ser humano; él mismo consideró que no sabía cómo serlo pues, como se puede leer varias veces en esos cuadernos, cada vez que lo intenta, falla estrepitosamente.

En ocasiones, el protagonista comenta que sufre una maldición que lo obliga a estar vivo para lidiar con todas las situaciones desastrosas en las que él mismo se ha metido al no saber cómo continuar con su vida de una manera «tradicional». Además, esta maldición se ve pronunciada por sus orígenes. El protagonista intenta alejarse de su familia, de lo tradicional, de lo establecido, incluso tratando de fallar deliberadamente. Sin embargo, la alta cuna de la que proviene cobra importancia y, justo cuando está en lo más bajo, viene a rescatarlo y sacarlo de esa profundidad.

Si tenemos todas estas experiencias en cuenta, tanto las relatadas en los libros como los datos reales, crear un personaje que refleje a Osamu Dazai de manera fiel puede llegar a ser una tarea dura y compleja, en la cual se debe representar todo el desarraigo y nihilismo que sintió en su momento. Con todo, Bungō Stray Dogs lleva a cabo esta tarea de una manera diferente y entretenida, donde se puede vislumbrar la esencia de lo que Osamu Dazai ofrecía al mundo y lo que él realmente sentía.

Parte del elenco del anime. Contando solo a personajes basados en personas reales, el elenco pasa de los 40. / © Bones

Antes que nada, es necesario aclarar que Bungō Stray Dogs no es un anime de literatura ni de clubs de escritores; se trata de una historia de misterio y acción, con mafias y agencias de detectives, en la que el elenco de personajes juega un papel decisivo en su progresión. Por eso mismo, es de vital importancia tener claro que los personajes principales no son tan transparentes como pueden aparentar en un primer momento, ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos.

Entre estos personajes se encuentra Osamu Dazai, a quien se nos introduce… en un río, después de haber saltado de un puente para intentar suicidarse. En los primeros episodios ya se nos deja claro que este es un aspecto bastante recurrente del personaje, pues piensa en ello cada vez que se le presenta la oportunidad. El anime no presenta este tema como algo transcendental, sino casi como una broma recurrente en el transcurso de la serie —y deja claro que no es algo a lo que realmente Dazai aspire ahora mismo en serio—. A su vez, en el inicio del anime, Dazai alterna perfectamente momentos de seriedad, debido a su trabajo como detective, y de bufonería. Es habitual ver cómo cambia esa actitud infantil y despreocupada por una seria, calculadora y fría. A veces, parece que lleva una máscara para interactuar con el resto de la gente, pero, con ciertas personas o a través de su pensamiento interno, se puede vislumbrar la oscuridad propia de alguien que se plantea la validez de su propia existencia o si realmente encaja en el rol que le ha impuesto la sociedad. 

Igualmente, a lo largo del anime podemos apreciar su evolución como persona. Conocemos al Dazai más joven, desarraigado y pesimista, quien no sabe exactamente qué camino seguir y que se limita a continuar ciegamente el sendero que indica su superior, sin reflexionar sobre si está usando sus habilidades como realmente debería. Sin embargo, y gracias a que uno de sus amigos le abre los ojos, empieza a cuestionarse todo lo que creía y avanza hacia el camino correcto, con la intención de ayudar a la gente mientras se va descubriendo a sí mismo y todo lo que puede llegar a ser y hacer —aunque tiene siempre en cuenta sus orígenes y filosofía propia—. Este anime nos proporciona una idea aproximada de lo que podría llegar a ser una persona que, aunque ha vencido a gran parte de sus demonios, sigue conviviendo con ellos y sabe que debe buscar su razón para vivir —algo que, casualmente, es el título del segundo tema de apertura del anime—.

«Al estar cerca de las más bajas emociones, el exponerse a la violencia, muerte, instinto y deseo puedes rozar la auténtica naturaleza humana. Creí que así podría… Que así podría encontrar mi razón de ser». / © Bones

En el aspecto de relaciones interpersonales sí podemos encontrar alguna variación respecto al Dazai real y el animado. En primer lugar, está la establecida con Ryūnosuke Akutagawa, la cual es totalmente opuesta. Een la vida real, Dazai lo idolizaba, siendo este un gran referente en su escritura e influencia en su carácter —de hecho, el suicidio de este último fue una de las motivaciones del primer intento de suicidio de Dazai—. En el anime, es Akutagawa quien sigue ciegamente el criterio del otro, incluso cuando están en organizaciones rivales, idolatrando sus decisiones y buscando siempre su aprobación.

Otra relación un poco cambiada es la mantenida con Chūya Nakahara. Cierto es que en el anime ambos personajes mantienen siempre una tensión palpable, incluso cuando pertenecen a la misma organización, pero el dúo que estos dos formaban era conocido como Soukoku —Doble Negro—, uno de los más relevantes dentro del anime, cuya clave era la confianza pura que tenían en las habilidades del otro. En la vida real, simple y llanamente no se soportaban. En una ocasión, Dazai invitó a Nakahara a colaborar en una revista, pero el resultado fue catastrófico: este último llamó a Dazai «caballa japonesa», quien respondió llamándolo «babosa» y criticando toda su obra. Con todo, este intercambio de insultos sí está expresado en el anime, pues los nombres con los que se agendan en el teléfono el uno al otro corresponden a estas dos ofensas animales.

Como broche final, debemos comentar el vínculo que mantiene con Sakunosuke Oda y Ango Sakaguchi, pues los tres en la vida real fueron buenos amigos y parte de la Buraiha, llamada también Escuela Decadente. Las personas clasificadas bajo este término eran las que iban en contra de los valores tradicionales japoneses, tanto en las historias de sus obras como en su propia vida. En el anime, estos tres personajes forman en su momento una buena amistad, con punto de encuentro en el Bar Lupin, donde ellos mismos bautizan a su grupo como los Stray Dogs —origen de parte del nombre del anime, pues la restante, bungō, significa «literatura»—. De hecho, es Oda quien le anima cambiar su vida y seguir adelante, asegurándole que si usa sus habilidades para proteger a los demás finalmente podrá encontrar su razón para vivir. De esta forma, el anime refleja lo mucho que las amistades pueden ayudar a encontrar el buen camino y cómo rodearte de personas que entiendan tu manera de ser y por lo que estás pasando es una forma excelente de seguir adelante.

De izquierda a derecha: Ango Sakaguchi, Sakunosuke Oda y Osamu Dazai. / © Bones

Como conclusión final de todo lo comentado en este artículo, en primer lugar debemos recordar y dejar claro que el suicidio no debería ser una opción ni una salida válida para lidiar con este tipo de sentimientos, situaciones o experiencias. Aunque Osamu Dazai tomase ese camino, la actitud del personaje homólogo de Bungō Stray Dogs es más correcta. En casi todos los episodios puede aparecer ese gag cómico de forma extremadamente exagerada, pero, a la hora de la verdad, este Dazai sigue adelante, evolucionando como persona y usando su habilidad de considerarse «indigno de ser humano» para progresar y salir victorioso de todas las peleas a las que se enfrenta. ¿De qué forma? Bungō Stray Dogs estrenará su cuarta temporada en enero del 2023, así que hay tiempo para descubrirlo. Por otra parte, la lectura de Indigno de ser humano también es muy recomendada, aunque, al tratarse de una historia tan altamente explícita con temas de salud mental, dejamos de nuevo a consideración del lector el empezar dicha novela. Quizás, al leerla, alguien podrá identificar ciertos pensamientos propios al verlos escritos con tanta dureza, darse cuenta de todo en lo que puede derivar, dejar de considerarse indigno de ser humano y decidirse a buscar su razón para vivir.

2 comentarios en “Osamu Dazai se consideró Indigno de ser humano

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