Japón prehistórico: Los Dogū del periodo Jōmon

El termino Dogū se emplea en Japón para referirse a unas figuras antropomórficas de arcilla que fueron elaboradas en el archipiélago nipón durante el periodo Jōmon. A pesar de que, seguramente, muchos de vosotros las reconozcáis como los guardianes del famoso juego de Nintendo The Legend of Zelda: Breath of the Wild ―invirtiendo su posición, eso si―, lo cierto es que estos elementos han hecho correr ríos de tinta en la historiografía, antropología y arqueología japonesa, debido principalmente a la falta de elementos paralelos con los que ser comparados, aumentando así las dudas respecto a su función y propósito.

Las primeras tesis apuntaron a cuatro posibles orígenes, los cuales podían ser; shōni no ganrōbutsu juguetes infantiles―, shinzō ―ídolos asociados a divinidades―, kami-sama to naseri matsurishi ―ídolos utilizados en ceremonias religiosas―, y sōshoku to naseri kore ―piezas ornamentales para uso propio―. Como podemos ver, lejos de plantear una solución, esto simplemente abría la puerta a múltiples posibilidades y, por tanto, más preguntas entorno a estas curiosas figurillas.

No sería hasta el s. XX, cuando se pudieron realizar numerosas excavaciones a lo largo y ancho del territorio y se recuperaron numerosas estatuillas, que se empezaron a realizar unas hipótesis más centradas y alejadas de conjeturas. La razón principal se debe a que, en estos nuevos hallazgos, los Dogū presentaban una serie de marcas, las cuales buscaban simular los senos femeninos. Unido a esto, algunas de dichas estatuillas mostraban también lo que parecían ser vientres abultados ―ninshin no jō―. Es por ello que el antropólogo Torri Ryūzō comparó estos ídolos con las figuras que representaban la fertilidad, tan abundantes en otras culturas prehistóricas, como la famosa Venus de Willendorf. Sin embargo, esta tesis encontró una fuerte resistencia, pues se consideraba ―y a día de hoy aún sigue el debate―, que las poblaciones de la cultura Jōmon aún se encontraban en el estadio de cazador-recolector, y que dichas divinidades formaban parte de culturas asentadas y dedicadas a la agricultura, pues no solo se entienden como símbolos a la fertilidad femenina, sino a la abundancia de la tierra y sus cultivos.

Diferentes tipos de Dogū / ©ArtRKL

Si bien, como decimos, el debate sigue en el aire, queremos brindar nuestras propias conclusiones ―aunque entendemos que cualquier aporte que podamos dar está dirigido en apoyo a algunas de las tesis ya existentes―, pero para ello creemos conveniente realizar una aproximación a la evolución que sufrieron estas estatuillas, ya que catorce mil años dan para mucho.

Los Dogū, durante los primeros siete mil años, se presentaron como unas figuras que representaban el busto y vientre femenino, sin incidencia en otras partes de la figura humana. No sería hasta mediados de dicho periodo, durante el chū-ki, que comenzarían a representarse cabezas con rasgos faciales propiamente dichos a través de aberturas. Casi de forma inmediata a la aparición de la cabeza, encontramos con que los Dogū, empezaron a contar con extremidades inferiores. Este elemento, que puede parecer trivial, es en sí mismo muy importante, ya que nos señala que las figuras pasaban a convertirse en un elemento capaz de sostenerse por sí mismo y, por tanto, un posible cambio en su funcionalidad.  En la fase final del periodo encontramos que estas figuras son dotadas de Shakōki-dogū, o gafas protectoras, además de observarse un mayor tamaño en los mismos y, por primera vez, se encuentran en el interior de estas efigies restos óseos humanos.

De esta interesante evolución llegamos a las siguientes conclusiones. Los Dogū en un principio aparecen como ídolos asociados a la fertilidad, lo cual nos plantea dos teorías interesantes: la primera es que la aparición de estos ídolos es anterior a la etapa de la agricultura y por tanto guardan más relación directa con la fertilidad femenina que con la labranza ―aunque es posible que también mantenga una relación con la recolección y la abundancia de la misma―. La segunda guarda relación con que la evolución de la cultura Jōmon no se encuentra aislada con respecto a otros grupos humanos contemporáneos, y que su desarrollo sigue, a grandes rasgos, la misma pauta. Si bien estos ídolos apareciesen en un principio como ídolos de la fertilidad, es innegable una evolución en el uso de los mismos, como hemos visto a través de sus sucesivos cambios.

¿Que si han hecho un Figma de los Dogu? Por supuesto que han hecho un Figma de los Dogū / ©GoodSmile

Si bien podemos creer que durante su etapa intermedia simplemente existió una refinación de los mismos, debido al conocimiento de nuevas técnicas de trabajar la arcilla, es factible pensar que los Dogū pasaron de ser un elemento suntuario a un elemento utilizado en ceremonias-rituales relacionadas con la muerte. Aunque ante esto se nos plantea un dilema, pues no podemos negar categóricamente que las primeras aperturas, además de para libaciones, sirviesen para introducir los restos cremados de algún miembro familiar, lo que les concedería una función ritual anterior a lo planteado. Lo que si consideran algunas tesis, y nosotros compartimos, es que en ese momento las figuras buscan, en cierta forma, representar el vientre de la madre, ya que la mayoría de restos encontrados son de infantes, confiriéndoles una dualidad de vida-muerte a las figurillas, que puede guardar relación con el ideal del ciclo de la vida, a saber, fecundación-muerte-renacimiento.

Finalmente, para las representaciones del final de periodo, podemos decir que sufren una transformación total, ya que pierden casi por completo su carácter sexual, por lo que es posible que estos Shakōki-dogū sean la representación de distintas deidades o espíritus, lo que llevaría a considerar tanto una evolución de la estatuilla como una aparición en paralelo a la misma.

Como podemos ver, a pesar de contar con un conocimiento más amplio de los mismos, las teorías no dejan de ser simples posibilidades. Sin embargo, esa es la magia de la prehistoria. ¿Y vosotros cuál pensáis que es su función Karasus?

Fuentes consultadas:

Abad de los Santos, R. (2021) Ritualidad y representación antropomorfa en el Japón Neolítico -sobre las figuras dogu del período Jomon-, RAPHISA. Revista de Antropología y Filosofía de lo Sagrado, 5(1). doi: 10.24310/Raphisa.2021.v5i1.12423.

Naumann, N.(2000), Japanese Prehistory. The Material and Spiritual
Culture of the Jōmon Period Asien- und Afrika-Studien 6 der HumboldtUniversität zu Berlin, Berlin: Harrassowitz Verlag.

Schwarzberg, H., & Becker, V. (Eds.). (2017). Bodies of Clay: On Prehistoric Humanised Pottery (1st ed.). Oxbow Books. https://doi.org/10.2307/j.ctt1vgw6th

Miyake, H., 宮家準, Yamamoto, M., & Sekimori, G. (2009). Japanese Mountain Religion: Shrines, Temples and the Development of Shugendō. Cahiers d’Extrême-Asie, 18, 73–88. http://www.jstor.org/stable/44167433

Kidder, J. E. (1968). Agriculture and Ritual in the Middle Jōmon Period. Asian Perspectives, 11, 19–41. http://www.jstor.org/stable/42929023

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