Crónica de NieR Orchestra Concert 12024 [the end of data]: Barcelona, 17-02-2024

De un tiempo a esta parte, NieR se ha consagrado como una de las sagas insignia del género RPG por su fascinante perspectiva respecto a la narrativa del videojuego y las formas en que ésta puede nutrirse de la propia jugabilidad. Tanto NieR Replicant como su mucho más conocida secuela, NieR Automata, nos muestran conflictos grises y sangrientos donde se saca a colación la crueldad de la que el ser humano es capaz por un motivo tan sencillo como creer ciegamente que está en lo correcto. Uno de los aspectos más aclamados de estos títulos, sin lugar a dudas, es sus emotivas e introspectivas bandas sonoras. Square Enix ha dado cuenta de ello y organizado numerosos eventos desde que esta franquicia alcanzó el estrellato. NieR: Orchestra Concert 12024 [the end of data] es la gira más reciente de conciertos dedicados a celebrar la música de NieR alrededor del mundo. Algunos miembros de la redacción de Futoi Karasu tuvimos el lujo de asistir a la función ocurrida en Barcelona el pasado 17 de febrero, una experiencia de la que hoy queremos hablaros.

Los NieR: Orchestra Concert, con esa denominación, se remontan al año 2018, si bien llevan celebrándose espectáculos de esta índole desde 2012. La actual gira es la más ambiciosa hasta la fecha en lo tocante a ciudades visitadas, de la mano de la productora AWR Music —que también colaboró con Square para traernos el Distant Worlds el año pasado—. Tras una muy bien organizada cola, el tiempo entre la apertura del Auditori Fórum y el inicio del concierto fue ocupado por el aprovisionamiento en el bar y la compra de merchandising. Para cuando nosotros llegamos, los vinilos conmemorativos y las cajas de música se habían desvanecido, sin embargo, todavía quedaban algunos peluches y camisetas. Se podía respirar un aire de familiaridad en el hall, de cálidos reencuentros y presentaciones entre almas afines. Abundaban las fotos, las carcajadas y los abrazos. A todos nos unía un amor por dos grandes obras y las conversaciones sobre ellas eran dinámicas y gratificantes, capaces de brincar con soltura de un tema a otro. No nos perdonaríamos omitir la mención a los cosplayers que asistieron al evento, disfrazados de casi cualquier personaje que se os pueda ocurrir del mundo de NieR y hasta alguno de la serie Drakengard. Sus apasionadas interpretaciones de tantos diseños icónicos solo endulzaron más todavía la que, como tendremos ocasión de ver, fue una noche para recordarla.

Una vez nos acomodamos en nuestros asientos, el director de la orquesta, Eric Roth, nos dio la bienvenida a todos mientras chapurreaba unas palabras en catalán. Acto seguido, dio paso al legendario compositor de la saga NieR, Keiichi Okabe, que también habló un poco en la lengua cooficial antes de seguir en japonés, traducido por una intérprete que, como os podéis imaginar, usaba únicamente el catalán. Vamos a detenernos por un instante en esta cuestión, a modo de paréntesis, dado que ha avocado al debate en redes sociales y queremos dejar en claro nuestra opinión. A nosotros nos pareció precioso que los organizadores, que no estaban vinculados de ninguna forma al ayuntamiento de Barcelona ni a la Generalitat de Cataluña, hicieran el esfuerzo extra de acomodarse a las tradiciones del lugar en el que se celebraba el espectáculo y, como parte de las mismas, la lengua que se habla en éste. Y, si bien es cierto que se habría valorado positivamente una segunda traducción al castellano o al inglés, las pocas intervenciones sometidas a escrutinio eran los típicos agradecimientos y presentaciones de estas funciones, sin mayor floritura, y se podían deducir perfectamente del contexto. En definitiva, fue un gesto muy tierno que no trasciende de lo anecdótico y que, lejos de ser una afronta al pueblo español, nos pareció más bien un homenaje a la multiculturalidad que nos caracteriza como Estado de las Autonomías.

Song of the Ancients fue interpretada por el juego combinado de Emi Evans y J’Nique Nicole, en lugar de únicamente los coros, como ocurría en otras rendiciones orquestradas. /©Raúl Alonso

Tras las correspondientes presentaciones, el concierto arrancó con una desgarradora versión de Crumbling Lies acompañada de imágenes que servían de recordatorio de los eventos de ambas entregas. Veréis, este espectáculo tenía la particularidad de que, entre piezas, las voces de 2B y 9S —interpretados por Kira Buckland y Kyle McCarley, respectivamente— nos contaban una pequeña historia sobre su supervivencia en un mundo presumiblemente posterior a los acontecimientos del final E de NieR Automata. A partir de este punto, cada composición describiría las fases de su viaje para reparar la caja negra de 2B y su reencuentro con los restos de una YoRHa caída. El prólogo de este relato fue seguido de la evocadora City Ruins, provista de una solemnidad nunca antes vista gracias a los firmes cánticos de los bajos y barítonos. A medida que los androides entraban en contacto con los recuerdos del pasado, Eric Roth capitaneó sendos golpes sobre la mesa con el dúo de Snow in Summer, la melancólica apertura de NieR Replicant, y Song of the Ancients, razonablemente el tema principal de la saga. En este momento, Emi Evans y J’Nique Nicole —vocalistas por excelencia de estos juegos— aparecieron por primera vez para trasladarnos a un futuro lejano en el que el idioma ha evolucionado en la Chaos Language. Para muchos, la transición perfecta a la versión Fate de esta canción se cobró las primeras lágrimas de la noche.

Continuamos al ritmo de Amusement Park, tal vez la pieza que mejor supo encapsular el fino equilibrio que Automata nos plantea con sus escenarios entre locura descontrolada y la belleza de lo efímero. A partir de ese punto, y hasta que la hipnótica primera mitad del concierto finalizó, Replicant ocupó el foco de atención: específicamente, tres grandes versiones de Deep Crimson Foe —acalorado arreglo que abrió con algunas notas del escalofriante The Ultimate Weapon—, Gods Bound by Rules y finalmente, pero no por ello menos, Shadowlord. Qué mejor forma de dar paso al descanso que quitándonos el hipo con una de las composiciones más desenfrenadas y trágicas del clásico de 2010. El tiempo hasta la segunda parte nos invitó a la reflexión, tras el cual fuimos testigos de una jugada consistente en asestar goles por la escuadra, uno tras el otro. En otras palabras, la mitad posterior del concierto fue absolutamente vertiginosa.

Aun con todo el jaleo, 2B y 9S tuvieron algo de tiempo para hacer turismo 🙂 / Square Enix Music (@sem_sep) vía Twitter

Ya lo vaticinaba la reapertura, de la mano de una impresionante rendición de Copied City, de los mejores temas de Automata. Estábamos en la elegante antesala de un descenso en el derroche y lo excesivo, consagrado con la tan esperada Emil —que acertadamente mezcló las versiones Sacrifice y Despair de la pieza, para acomodarse al ambiente que se estaba fraguando en el auditorio— y la que podría considerarse el clímax del espectáculo: A Beautiful Song. Por un instante, aquello no era una orquesta, sino la ópera de J’Nique Nicole, con una espectacularidad cantora capaz de absorber al espectador al punto de que las varias decenas de músicos y coristas que la acompañaban parecían ruido de ambiente. Igual que 2B y 9S confrontaban un enemigo infranqueable en aquel momento, el público se quedaba sin aliento. Forest Kingdom trajo una muy socorrida desescalada de las tensiones y, acompañada de una desoladora Posessed by Disease, nos recordaba la tragedia de las máquinas y la aldea de Pascal. La todavía no disponible en Spotify Fleeting Words toma el testigo de su precedente inmediato y nos traslada a ese barco naufragado en las playas de la Ciudad Costera, al alma en pena de Louise y su ansia insatisfecha de ser escuchada.

El viaje de los androides se acercaba a su fin y la catástrofe estaba a punto de consumarse, como bien advertía la intimidante Dark Colossus, que no dejó a nadie indiferente. The Sound of the End, Bipolar Nightmare y Mourning confirman, una tras la otra, nuestras peores sospechas y cristalizan la injusta y repentina pérdida de un ser querido. Pero entonces, contra toda pronóstico, se hace la luz. Ashes of Dreams y Weight of the World, los temas de cierre de ambas entregas, hicieron estragos en todos nosotros. Las dos vocalistas participaron conjuntamente para traernos dos magistrales rendiciones de estos temas, en el que fue el momento más lacrimógeno y, a su vez, alentador de la noche. No se nos ocurría mejor forma de cerrar el espectáculo que ésta, pero esta noción fue fugazmente desmentida por las inolvidables primeras notas de Kainé. Fue recibida con un estruendo sin parangón por parte del público, respondido por la maestría desbocada de los músicos allí sitos. Entretanto, la pantalla nos mostraba una línea del tiempo con todos los lanzamientos y eventos concernientes a esta saga, sacando pecho con un ímpetu tal que no nos habría sorprendido haber visto un anuncio oficial allí mismo. Obviamente, esto no ocurrió, pero el factor celebratorio fue elevado a su cénit en aquel momento.

El ritmo, a partir de ese momento, lo marcaríamos nosotros con nuestros estremecedores aplausos. Y es que, entonces, entró el hombre. La leyenda. El jovial Yoko Taro tomó el escenario y os podéis imaginar la correlativa ovación de una Barcelona que era testigo de una de las mentes más brillantes del videojuego. Tras unas conmovedoras palabras de agradecimiento, el equipo detrás de aquella velada nos dio la despedida —entre ellos, la intérprete al catalán, que hizo ademán de salir del escenario pero fue interrumpida por el propio Yoko Taro— y el espectáculo llegó a su fin. Las tres horas de duración se sintieron una y media y, si bien se quedaron algunas piezas en el tintero que nos habría gustado ver —entre ellas, Hills of Radiant Winds, Memories of Dust y Wretched Weaponry—, el repertorio elegido era prácticamente intachable. Y, lo que es más importante, todas las versiones rindieron justicia a la magia pura de sus originales. Acompañar el espectáculo de su propia narrativa fue una decisión acertada, no solo por servir de hilo conductor, o por nutrir la compleja red multimedia de Yoko Taro, sino por rematar los temas nucleares de la saga Nier para quienes no tuvieran las obras frescas en su cabeza. Ese nihilismo optimista, de luz frente a la oscuridad, de esperanza frente a la adversidad. La sensación de que nada, bueno o malo, dura para siempre. Y, ante todo, una verdad ineludible: sin importar el tiempo que transcurra, nos volveremos a ver. ¡Gracias por leer!

Una noche inolvidable. / Square Enix Music (@sem_sep) vía Twitter

Setlist:

  1. Crumbling Lies
  2. City Ruins
  3. Snow in Summer
  4. Song of the Ancients
  5. Amusement Park
  6. Deep Crimson Foe
  7. Gods bound by Rules
  8. Shadowlord
  9. Copied City
  10. Emil
  11. A Beautiful Song
  12. Forest Kingdom
  13. Posessed by Disease
  14. Fleeting Words
  15. Dark Colossus
  16. The Sound of the End
  17. Bipolar Nightmare
  18. Mourning
  19. Ashes of Dreams
  20. Weight of the World
  21. Kainé

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