El golf, uno de los deportes más cuestionables en cuanto a moral, no solo por el impacto medioambiental que causa en el terreno donde se sitúan las pistas, pero además por su asociación con una clase adinerada que pertrecha este desgaste a lo natural. Aún así, ha acompañado al mundo de los videojuegos durante años, ya sea como minijuego o como compañero a otros deportes como bolos, fútbol, etc. Uno de los mayores enemigos de todo fan de Yakuza 3 y heraldo de la maldad interior que sale de nosotros contra el viento, agua y tierra. Posiblemente sacando una de nuestras facetas más luchadoras.

Esta competitividad y el cálculo de todas las facetas de este deporte son las que nos trasladan a 1994, donde un grupo de trabajadores, cansados de la inactividad de la desarrolladora para la que trabajaban, deciden irse y formar la suya propia, Nazca Corporation. Quienes, dos años más tarde, desarrollarían para arcade y Neo Geo dos de las mayores joyas del videojuego cuya pasión afortunadamente resuena hasta nuestros tiempos: Metal Slug y Neo Turf Masters.

El resto de la historia de Nazca es un recuerdo que tristemente puede evocarnos noticias más contemporáneas sobre la industria ya que los compraría SNK y publicarían sus juegos hasta que se desbandó la empresa a causa de la quiebra que sufrieron en 2001. Merecidamente se cantan las virtudes de Metal Slug incluso a día de hoy y bien merecida es su futura reinvención con Metal Slug Tactics en el horizonte, pero este artículo no va de metales, sino de hierros. Este está dedicado al genio de su mellizo, Neo Turf Masters.

Neo Turf Masters goza de una popularidad de nicho a día de hoy, alimentada por el retorno a lo arcade adyacente a la comunidad de los juegos de pelea y no es de extrañar, pues el juego se ha hecho un hueco en estos mismos eventos. Los paralelismos con el género no acaban ahí, Neo Turf goza de una increíble profundidad que lo diferencia de la mayoría de juegos de golf que vemos hoy en día. Si no conocéis Mizuumi, se trata de un nexo dedicado a archivar las wikis que explican los entresijos de una cantidad considerable de juegos de carácter competitivo y el Neo Turf, por supuesto, es uno de ellos.

Si no es esta fascinante profundidad su punto fuerte, lo es su increíble banda sonora o el cuidado trabajo de sprites, que sería el sello de SNK durante años. Pero adentrándonos en el juego nos preguntamos: ¿Qué hace que sea tan satisfactorio de aprender a jugar? Primero, tenemos que entender que al hablar de competitividad la curva de aprendizaje es infinita y autoimpuesta, ya que nunca paramos de aprender, pero podemos poner esto en pausa cuando queramos. No hay un fin de juego que no esté establecido por nosotros mismos y es aquí donde aparece la endiablada dificultad de Neo Turf Masters como el camino a dominar.

Con seis personajes jugables y cuatro circuitos —cinco si estamos en su versión de consola, pero confiad en nosotros, no queréis jugar en Escocia— formamos los cimientos fijos e imperturbables de cada partida. Cada personaje goza de sus fortalezas y debilidades. ¿Jugar con el versátil y pobre de recuperación Robert «Shot Maker» Landolt o, por el contrario, con el menos fuerte pero mejor en salir de terrenos escabrosos Frank «Veteran» Adams? Todo esto teniendo en cuenta que cada terreno goza de sus árboles, vientos y relieves dependiendo del circuito nacional elegido, cuya mayor aleatoriedad recae en dónde está el hoyo dentro del green. Una vez más debemos elegir entre los gruesos árboles y cortos caminos de Alemania o los largos caminos y finas palmeras de Estados Unidos.

Aprender los entresijos de dominar la fuerza y altura con la selección de palos que tu personaje predilecto tenga a su disposición para enfrentarse al terreno y viento es lo que hace tan satisfactoria la constante capacidad de aprender y mejorar. Trabajar con lo que uno de los seis protagonistas tenga, siempre con la capacidad de volver atrás y probar otra estrategia o personaje. Todo esto ingrediente de lo que convierte a Neo Turf Masters en uno de los juegos más satisfactorios de dominar pasito a pasito.

No solo de lo predecible se alimenta la habilidad, también existe un gran factor de adaptarse a lo impredecible con dos principales culpables: la ubicación del hoyo en el green y la dirección y fuerza del viento. Teniendo que modularnos a estas, ya sea evitando sus desventajas o usándolas a nuestro favor.

Con el tiempo, fue Metal Slug el hijo predilecto que supo caer en terreno más favorable debido a su jugabilidad más llena de adrenalina que la imagen pública que proporciona el golf, pero no hay que dejar de lado el Neo Turf Masters por lo que pueda parecer de primeras, pues debajo de su apariencia como otro juego del deporte de ricos se oculta una complejidad preparada para aquellos que busquen ser su mejor versión como jugador y volverse maestros de sus mecánicas arcade. El golf de golfs.