En los tiempos que corren, disponemos de una gran selección de obras sobre los eventos que transcurren después del colapso de la sociedad con causas la mar de pintorescas como por ejemplo la guerra, los zombis, la arrogancia de algún líder mundial, etc. El mundo postapocalíptico nos muestra un rostro desconocido de un planeta conocido en el que sus habitantes tratan de pervivir día a día. De primeras nos puede venir a la mente una narrativa que muestre esta sociedad con la voracidad de los villanos de Mad Max, pero incluso en la supervivencia más extrema, en esta ambientación podemos encontrar merecidos momentos de descanso y humanidad para sus personajes.
En un mundo que late más débil vemos instantes llenos de reflexión, diversión y melancolía. El cómo se nos presentan estos tres elementos es importante y, gracias a algunos mangas que representan estas facetas, podemos recalcar la importancia de darse un descanso y encontrar compañía en las ruinas sobre las que se construye algo nuevo.

El primero de estos mangas es Shūmatsu Touring, con un enfoque de viaje y excursionismo por un Japón decaído, siguiendo el viaje de Youko y Airi en su búsqueda de los puntos más destacados del país. Si bien vemos paisajes en los que la naturaleza se ha superpuesto a un urbanismo derruido, la positividad y diversión de sus protagonistas recorriendo la nación sobre una Yamaha Serow hacen de los capítulos una excursión.
Shūmatsu Touring no solo enfatiza pasárselo bien, también evoca respeto a la historia de los lugares que visitan, atracciones turísticas que significaron algo para la población y que siguen aportando interés a la vida de un sitio ya abandonado. A lo largo de las obras tratadas en este artículo, no podemos olvidarnos de mencionar lo crucial de la compañía en todas ellas y la importancia que le dan a encontrar comunidad ante la soledad. La amistad de Youko y Airi y el cómo se complementan ante lo que no conocen es uno de los puntos fuertes de este manga sobre viaje, aprendizaje y esparcimiento.

En un reflejo más melancólico y frío del entorno postapocalíptico, Girls’ Last Tour nos presenta a Chito y Yuuri recorriendo un páramo congelado e industrializado a bordo de la motocicleta oruga Kettenkrad. Aun con similitudes, aquí el mundo es uno mucho más desolado que el Japón de Shūmatsu Touring, en el que la excesiva mecanización del mismo se hace evidente a lo largo de impresionantes paisajes de metal y vacío. El optimismo que más brilla en este manga es el vínculo de sus dos protagonistas y como su mutua compañía es lo que las hace seguir adelante y disfrutar cada día.
En su viaje a la superficie de un mundo extinto, las experiencias por las que pasan podrían dar paso al pesimismo, pero no sucede, porque se tienen la una a la otra para aprender y apoyarse. De todo este artículo, Girls’ Last Tour puede parecer la obra más desoladora a simple vista, pero promete compartir parte de una filosofía sobre como lo que importa no es el final, sino con quiénes llegamos a él y cómo nos lo pasamos por el camino.

En Futoi Karasu, ya hemos mencionado Heavenly Delusion y más obras postapocalípticas antes, la cual cuenta con una sobresaliente adaptación por Production I.G. Un misterio que se desenvuelve poco a poco sobre el propósito y origen de sus dos protagonistas Maru y Kiruko, mientras se alterna con otro escenario de aspecto más clínico y tecnológico en el que buscamos cómo conectar ambas perspectivas. Contando con los tintes más dramáticos y tensos del género, Heavenly Delusion también nos presenta una sociedad en intento de reconstrucción, un vistazo al futuro tras el desastre que los protagonistas recorren. Vemos cómo cada uno interactúa con el entorno de una sociedad establecida recientemente, tanto como les vemos defenderse de las amenazas asociadas al saqueo y lo sobrenatural, con los descansos de sus refrescantes conversaciones entre medias.
La importancia que tienen en estas historias la amistad y compañía no pasa desapercibida, las tres obras nombradas están protagonizados por un dúo que, ante toda dificultad, se les muestra más veces disfrutando del trayecto que sufriéndolo cuando están juntos. El mundo postapocalíptico es una ambientación que no puede evitar mirar al pasado y futuro constantemente, son obras existencialistas por naturaleza, pero que siempre suelen virar al optimismo que se encuentra en la compañía de los demás. Más allá de las obras mencionadas, incluso mundos más despiadados como el de Hokuto no Ken no pueden evitar mostrar los momentos de amabilidad que se encuentran entre conflictos. Son creaciones que viven atadas a cómo las personas actúan mejor en compañía y sociedad, que se anteponen al individualismo y egoísmo. Tras el colapso del planeta, la humanidad no está muerta, está de parranda.