Crónica de la Toledo Matsuri 2024

Pese a que hace no mucho estuvimos de invitados en la Japan Weekend de Valencia, nuestra presencia en eventos este mes de mayo todavía no había finalizado. Y es que el pasado sábado 11 de mayo Futoi Karasu asistió a la segunda edición de la Toledo Matsuri, el festival que llegó hace un año a la ciudad de las tres culturas y que se ha propuesto, por un fin de semana, traernos una cuarta. Por si no lo sabíais, Toledo está hermandada con la ciudad japonesa de Nara —que, cómicamente y como dato curioso, venera a los mismos ciervos que encontraréis en el menú de algunas localizaciones toledanas—, de modo que un evento de celebración del manganime le viene como anillo al dedo. El lugar elegido fueron las instalaciones polideportivas del Salto del Caballo, a falta de auditorios capaces de dar cabida a tantos artistas, comerciantes y, sobre todo, visitantes. La desventaja de esta ubicación es que es difícil llegar a la misma si no es en coche. Sin embargo, todo natural de Toledo es consciente de que este es un problema que afecta a la comunicación de la ciudad entera.

La primera edición fue una toma de contacto muy fresca que demostraba el potencial de este tipo de eventos a menor escala, si bien algunos aspectos tenían margen de mejora. En especial, el trasiego en el pabellón donde se alojaban los stands de artistas y las demostraciones deportivas era tal que se tuvo que limitar muy estrictamente su aforo y navegar algunos pasillos era mortal. Asimismo, el clima de calor hacía desaconsejable el pasar mucho tiempo al aire libre, de modo que muchos visitantes abandonaban el evento prematuramente con motivo de su cansancio o su poca resistencia a las altas temperaturas. Es de nuestro agrado confirmar que el equipo de organización de la Toledo Matsuri escuchó el feedback y nos ha traído una segunda edición que no solo se propone solucionar estas cuestiones —o mitigar, como ocurre en el caso del factor climatológico—, sino que busca subir la apuesta respecto de lo que hizo especial a su predecesora.

Cartel de la Toledo Matsuri 2024, creado por @ReiRei_MV (Twitter)

La entrada al recinto fue ágil y sencilla frente a lo típicamente caótico de estos festivales, aunque esto puede deberse a que llegamos relativamente pronto. Temerosos ante la idea de que el pabellón principal se aglomerase de nuevo como había ocurrido el año pasado, acudimos allí de forma inmediata para luego revisar con más calma el resto de las instalaciones. Aquí es cuando nos llevamos nuestra primera sorpresa, puesto que recorrer este sector era mucho más sencillo debido a un manejo muy eficiente del espacio. El tatami había sido desplazado al exterior, más concretamente a un hueco entre el pabellón y la piscina cerrada —lo que, como ventaja adicional, garantizaba que el sol no pegara fuerte mientras los deportistas hacían sus demostraciones, a las que aludiremos más adelante—. Para mayor inri, los propios puestos eran más amplios, de modo que los invitados disponían de más espacio para maniobrar, cosa que siempre se agradece.

Al fin y al cabo, los artistas son la sangre que fluye por las venas de estos eventos, tanto así que pueden marcar decisivamente el disfrute de la jornada. En cuanto a la Toledo Matsuri, y siguiendo la estela marcada por la primera edición, no solo podíamos encontrar toda variedad de prints, pegatinas y llaveros, sino que la artesanía tuvo un papel muy importante dentro del evento. Pasando por el pirograbado, peluches de ganchillo, mapas personalizados, esculturas 3D y hasta por dioramas llenos de detalles bajo la guisa de consolas retro. Nos asombró la amplia variedad de productos a disposición del público. En cuanto a franquicias que podíamos encontrar, nos sorprendió la menor presencia de bombazos como Genshin Impact o Jujutsu Kaisen frente a la predominancia de Hollow Knight, Hazbin Hotel —todavía no estamos del todo seguros de cómo es que había tanto material de esta serie— o Tragones y Mazmorras. Lo curioso es que, si sumamos también el merchandising de obras como Frieren, Zelda y Dark Souls, nos topamos con sagas que pegan bastante con una ciudad como Toledo, famosa por su casco histórico que nos recuerda a la época medieval. De estos datos también podemos extraer una idea que es que, posiblemente, los artistas apelan a los gustos más mainstream cuando acuden a eventos de gran escala como una Japan Weekend, mientras que aquí optan por sus trabajos más personales y apasionados.

Stands amplios y bien armados, así como pasillos amplios y sencillos de navegar. En otras palabras, organización de calidad./©Raúl Alonso

Tras pasar un largo rato admirando el talento y el esfuerzo de tantos artistas y de completar nuestra colección de tarjetitas de contacto, el recinto se comenzaba a abarrotar y elegimos abandonarlo en favor de acudir a alguna de las muchas charlas, conferencias y mesas redondas que la Toledo Matsuri había organizado. Estábamos algo pillados de tiempo, así que no pudimos estar ni por asomo en tantas como nos habría gustado, pero el par que tuvimos el placer de escuchar fueron muy interesantes. De una parte, el equipo de Train to Play nos habló de la importancia de la preparación física en el panorama de los videojuegos competitivos —así como en todos los trabajos de oficina o hobbies que involucren pasar muchas horas al día sentados—, con un tono refrescantemente cercano e informativo frente a la condescendencia con la que normalmente se suelen abordar este tipo de temas. Nos llamó la atención la idea de que las posturas peligrosas no tienen por qué necesariamente corregirse si éstas influyen en el rendimiento de un jugador, es decir, cabe la posibilidad de preparar una rutina que concilie la salud del mismo con una estrategia ganadora. También pudimos escuchar un poquito del final de la retrospectiva de Jesús Arugán, de Akira Cómics, sobre la evolución del mercado de manga en España a lo largo de los últimos 30 años. Fue de especial interés la opinión que nos daba sobre el futuro de la misma, particularmente de las obras de origen coreano o chino como son los manwha o las novelas danmei. Como decimos, hay muchas otras que se nos quedaron en el tintero y que nos gustaría destacar igualmente, como el taller sobre cómo vestir un yukata o la charla de Joel Gómez y Alicia Bueno —voces en castellano de Denji, de Chainsaw Man, y Rimuru en That Time I Got Reincarnated as a Slime, respectivamente— sobre el mundillo del doblaje en España.

Acto seguido, decidimos pasearnos la zona comercial a ver qué puestos había este año. Y es que, en lugar de tiendas de merchandising de dudosa originalidad como cabría esperar de eventos de esta corte —aunque quizás alguna habría, tampoco nos detuvimos a comprobar todas y cada una de ellas—, el panorama dominante era el de locales propios de Toledo. Desde las librerías más importantes de la ciudad hasta tiendas de aceros e incluso un coqueto puesto de galletas, lo cierto es que una amplia variedad de mercaderes vinieron a mostrarnos su producto. Nos parece fantástico que se llame a negocios de la ciudad para que asistan a festivales como este y se den a conocer. No solo porque se fomenta el comercio local en favor de las grandes empresas, sino porque son trabajos que encajan sorprendentemente bien con la tónica de la Toledo Matsuri y el mundillo del manganime y los videojuegos. Al fin y al cabo, ¿a quién no le mola ver una réplica de la Espada Maestra o de las katanas de Zoro, en vivo y en directo? Y eso es solo una muestra de las barbaridades que os podéis encontrar en las tiendas de espadas de la ciudad.

Mientras devorábamos a picoteos unas deliciosas galletas, decidimos que era el momento de un refrigerio y nos dirigimos a la zona de restauración para descansar un rato y charlar con los demás asistentes. Esto es, no sin antes echar un vistacillo al sector de videojuegos e eSports, que estaba justo al lado de la zona comercial y de donde habíamos escuchado a los miembros de Train to Play. No nos detuvimos tanto como nos habría gustado, pero sí pudimos fijarnos en que se estaban celebrando torneos de Fortnite, Tekken 8, Pokémon Escarlata y Púrpura y hasta de Marvel Snap. Asimismo, había algunas demos de juegos indie para probar y nos consta que algunos trabajadores de The Game Kitchen andaban por el evento e incluso realizaron un turno de firmas. Justo en la carpa de al lado, también se celebraban multitud de talleres de artesanía y de juegos de mesa. En cualquier caso, la llegada a la zona de descanso —que, como no podía ser de otra manera, tenía puestos y food trucks de locales de la ciudad— nos sorprendió muy gratamente a la vista de que, este año, las mesas para sentarse estuvieran cubiertas por toldos. Sin ser una solución ideal para combatir el calor, tampoco vamos a pedirle a la organización que controlen el clima por arte de magia y, a fin de cuentas, es un arreglo bastante efectivo.

Los miembros deTrain to Play mantuvieron un tono ligero en todo momento durante su charla, pero sin escatimar en dar detalles sobre cómo funciona —o deja de funcionar— nuestro cuerpo cuando jugamos a videojuegos./©Raúl Alonso

Tristemente, todos los demás visitantes se nos habían adelantado y tuvimos que volver por nuestras patas hasta la zona familiar, en el mismo espacio entre la piscina y el pabellón donde estaba colocado el tatami. Por allí también había algunas mesas y un poco de césped que, aun sin ser lo más deseable, venía bien para descansar las piernas un poco. Es entonces cuando, mientras hacíamos recuento de nuestras posesiones y nuestras recientes adquisiciones —no os diré quién soy, pero ahora un redactor de Futoi Karasu tiene un pequeñito lienzo del Gore Magala muy chulo—, comenzó una de las demostraciones deportivas que ya os habíamos mencionado. Los clubes de artes marciales de la ciudad, puesto que no disponían del polideportivo para entrenar por su cuenta, se habían prestado a darnos una muestra de su actividad, tanto de parte de niños como de adultos a un nivel semiprofesional. Poco más podemos deciros, es una maravilla ver de primera mano exhibiciones de karate, aikido, boxeo o incluso de naginata.

Sin embargo, se nos iba acabando el tiempo y, al ritmo de un estridente concierto de taiko en el escenario principal que no dejó a nadie indiferente, nuestro día en la Toledo Matsuri llegó a su fin. Habréis notado un patrón en cómo la oferta cultural del evento era inmensa. De hecho, fue más atractiva y diversa, a nuestro humilde juicio, que la de algunos festivales mucho más grandes cuyo mayor reclamo es solamente el elenco de artistas invitados. Si algo, es muy satisfactorio ver que los tres nombres de siempre no tienen monopolizado el mercado de eventos de manganime y que, pese a las claras limitaciones logísticas de los de menor escala, esto no compromete de ninguna forma la enorme cantidad de cosas que hacer ni su excelsa calidad. También es merecedor de elogio el respeto y el amor profesados hacia la ciudad de Toledo y su cultura, de modo que presenciamos no pocas situaciones donde ésta se cruzaba con el producto japonés o donde los propios negocios locales ponían su granito de arena para hacer la jornada más agradable. El resumen es que salimos muy contentos, que esperamos pacientemente el regreso de Toledo Matsuri el año que viene y que os animamos a tener eventos de este tipo en vuestro punto de mira, que os sorprenderéis muy gratamente con lo mucho que tienen que ofrecer. ¡Gracias por leer!

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