Explota, explota, me expló… el mercado del manga español

La semana pasada pudimos asistir, de manera física u online a través de las redes, a la 28ª edición del Salón del Manga de Barcelona. El salón más popular de España no solo es conocido por su gran tamaño y las numerosas actividades y eventos que se realizan dentro del mismo, sino porque también supone una fecha muy señalada para los fanes del manga en España. Posiblemente sea uno de los eventos más significativos del salón incluso para los no asistentes al mismo, puesto que estas noticias sobre las nuevas licencias en el mercado editorial español ayudarán a valorar las posibles compras de cara al nuevo año, que solo incumben a los presentes.

Una vez finalizadas las charlas de las editoriales a lo largo de los 4 días que dura el evento, podemos hablar de —con algo de temor a que se nos haya podido pasar alguna— 148 licencias de manga entre las que encontramos tanto obras nuevas como reediciones de obras antiguas o ediciones nuevas y especiales de obras que se siguen publicando aún en nuestro mercado—como es el caso de la edición 3 en 1 de One Piece. El número es sin duda algo a tener en cuenta, porque considero incluso que podríamos poner la mano en el fuego cuando decimos que es el evento español en el que más obras se han anunciado como licenciadas de la historia del panorama editorial del manga en el país. Podríamos hablar incluso de números mayores, ya que las editoriales no se limitan a anunciar las licencias durante los diferentes salones y eventos, si no que también están activamente en redes comunicándose con el público. Posiblemente estaríamos hablando de que en España se anuncia al menos una licencia por semana.

¿Y esto qué nos concierne como consumidores? Aunque veremos más consideraciones en adelante, podemos decir que nos encontramos en una de las situaciones más boyantes para el mercado otaku español que hemos visto en los años recientes. La recuperación del mercado tras la explosión de la burbuja fue algo lenta y hace unos años las licencias y publicaciones no rondaban para nada los números con los que nos movemos en la actualidad. Y es que estamos hablando de un incremento de publicaciones casi 4 veces mayor que las que vimos en 2014. Pero si el dato de la variación en 8 años no os supone una mejora tan significativa podemos comparar los números entre 2020 y 2022, periodo de dos años en el que el mercado vio el estreno de algo más que el doble de obras. Y podríamos achacar el número más bajo de 2020 a la situación económica y social que se estaba viviendo con la crisis del Covid—19, pero sin embargo la bajada de 2019 a 2020 es simplemente de 126 obras menos, por lo que los datos de 2022 casi doblarían a los de 2019.

Número de publicaciones de manga en España por años/ ©Marc Bernabe

Pero bueno basta ya de números, hablemos en palabras llanas. ¿Qué nos quiere decir esto? Pues que, aparentemente, los consumidores nos encontramos con una cantidad de opciones que no pensábamos posible hace unos 10 años. Y es que con una breve estancia por las redes y un conocimiento general de la evolución de los eventos y la comunidad otaku en España podríamos concluir que la comunidad friki del país ha crecido considerablemente. A día de hoy es normal encontrar carpetas de My Hero Academia, Naruto o Dragon Ball —quizás sea el último el ejemplo posiblemente menos significativo, pues la obra siempre ha sido popular en países hispanohablantes— en grandes superficies y supermercados generalistas. Por lo tanto, y a falta de datos oficiales de ventas y números, podríamos concluir que el público potencial que compra manga es mucho mayor que antes, lo que explicaría que las editoriales viesen más posibilidad de negocio y expandiesen su gama de productos culturales, al fin y al cabo estamos hablando de negocios que funciona en base a la posibilidad de hacer caja.

Goku en Alcampo, Goku en Alcampo/©

Como público podemos hablar también de mejoras —a pesar de ser al final un negocio— ya que hemos visto una diversificación apabullante en cuanto a la variedad de las publicaciones. Se ha tomado mucho más en consideración obras con un predominio temático del romance, historias con protagonistas femeninas y con una fuerte carga de sentimientos como parte importante de las mismas —títulos que tradicionalmente habían sido tomados menos en serio por relacionarse con roles o comportamientos femeninos. Hemos podido ver que incluso han nacido editoriales que se centran mayormente en la publicación de este tipo de obras, como sería el caso de Arechi, al igual que otros editores asentados en el mercado durante años han comenzado a apostar mucho más por estas, como ha sido el caso de Norma. Pasa lo mismo con el género Boys Love, el cual ya se está diversificando per se. Ya no se publican únicamente obras inocentes de amor adolescente, sino que hemos podido ver un repunte en obras BL de corte más adulto y con contenido erótico más fuerte. Que, hablando de contenido erótico, no solo se publican obras con contenido gay, pues tanto mangas del género Teen’s Love—mayormente dirigidas a mujeres adultas— como de hentai también han sido publicados recientemente. Y, sorprendentemente, con un mayor volumen de publicación en los primeros que en los segundas y aparentemente teniendo en cualquier caso una acogida bastante buena. Podemos hablar que el caso del Yuri no es tan propicio en el panorama editorial actual, pero por fortuna esto también podría estar cambiando y se está apostando por una variedad mayor de obras del género.

El tema de los idiomas también lo podemos tocar. Hoy por hoy hemos visto un incremento en mangas publicados en catalán. Ya no solo por parte de nuevas editoriales nacidas recientemente y que apostaron desde un comienzo por el idioma, sino también por distribuidoras ya asentadas, que están traduciendo algunos de sus títulos más populares también al catalán, como es el caso de Chainsaw Man o Jujutsu Kaisen. El panorama de las otras lenguas del país no es tan brillante, aunque podemos ver también un acercamiento al mercado euskera, incluso con obras como Heroines Game, que ha sido publicada exclusivamente en catalán y euskera, sin un acompañamiento por ahora de una versión en castellano, lo cual es cuanto menos poco común en el mercado. Por otro lado, el mercado del manga en gallego está aún por florecer, al menos día de la publicación de este artículo.

Número de mangas publicados en catalán/©@Lluis__Cat

Como último comentario a esta diversificación, el origen de las nuevas publicaciones también es más variado. Además de obras provenientes de Japón, hemos comenzado a recibir un mayor número de historias coreanas y chinas. No solo manhwas y manhuas, sino también las novelas en las que se basan los mismos, como es el caso de Grandmaster of Demonic Cultivation de MXTX.

Sin embargo, no podemos acabar sin preguntarnos, ¿es oro todo lo que brilla? Y es que aunque un incremento de las opciones nos puede parecer algo muy positivo como consumidores no podemos no tener nuestras dudas. ¿Será el mercado capaz de aguantar este incremento tan grande? Es un salto muy grande en comparación con años recientes y, realmente, sin un conocimiento más profundo de los números no podemos valorar cómo de capaces son los consumidores de soportar este ritmo de salidas de productos. Posiblemente podríais pensar: “Pero bueno, si no hace falta comprarse todo lo que uno quiera.” Y estaríais completamente en lo cierto, pero dejadnos realizar algún inciso más sobre esto.

El mercado de manga en España está muy centrado a considerar al consumidor como un “coleccionista”. El manga en el país es muchas veces comprado, además de como un producto para la lectura, como un “artículo de colección” para las numerosas bibliotecas personales de los compradores. Solo hace falta ver la calidad de las obras que se publican aquí y compararla con aquella de países vecinos europeos o incluso con el mercado angloparlante del manga. En Estados Unidos es muy común encontrar mangas con páginas amarillentas y ásperas, con un papel de más baja calidad, seguramente sin sobrecubierta y, en general, en formatos más toscos. Todo esto es impensable en España, donde la mínima bajada de calidad se ve como un motivo de alerta y una de falta de respeto al consumidor, pensamiento totalmente legítimo y, de hecho, positivo. Podríamos pasar esto también como una cuestión personal de cada uno y tan tranquilos, pero el problema también es del mercado y es necesario comentar por qué.

La reciente crisis del papel ha supuesto para la industria una serie de continuos retrasos y problemas con sus licencias, puesto que no se podía asegurar la salida de ciertas obras al mercado por la falta de materia prima con la que trabajar, el encarecimiento de la misma y, además, los atrasos en las imprentas. Aparentemente, esto puede ser un problema único de las editoriales, sin embargo esta crisis crea también problemas más centrales para el consumidor. Al existir una sensación —falsa o real no podemos confirmar— de escasez, el consumidor comienza a sentir urgencia por realizar las compras pertinentes desde la mentalidad del “si no lo compro ya mismo puede que me quede sin poder obtenerlo en el futuro.” Y así es como se consigue que el público se lance a consumir y consumir sin más criterio que la sensación de urgencia. De hecho, es la forma normal en la que funcionan las ofertas por tiempo limitado. Si a esto le sumamos la continua incertidumbre sobre la explosión de la posible burbuja y otros problemas, como pueden ser el eventual cierre de editoriales, como ha sido el caso de Kodai hace escasas semanas, así como la existencia de la especulación en los mercados de segunda mano de manga, acabamos con un panorama de inestabilidad y de consumo casi sin criterio.

Posiblemente solo el tiempo dirá si esta forma de mercado y este crecimiento continuo, tanto de publicaciones como de nuevos sellos editoriales—tanto pequeñas casas independientes como afiliadas a grandes empresas millonarias— es posible de mantener en el panorama actual o estamos ante una burbuja que no sabemos cuánto más tiempo continuará sin estallar.

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