Aviso: este artículo contiene spoilers leves de la trama de Tooth and Tail.
Tooth and Tail es un videojuego de estrategia en tiempo real desarrollado por Pocketwatch Games y publicado en 2017. Su trama nos lleva a un mundo gobernado por animales donde el centro de todo es la comida, especialmente la carne. Aquí, comer cualquier otra cosa que no sea eso es algo impensable para cualquier animal que se precie, por lo que decidir quién come y quién se convierte en comida es esencial. Como consecuencia, su sociedad está tan jerarquizada y tiene tanta desigualdad que parece que va a saltar por los aires en cualquier momento. Para evitar el caos, las élites inventaron un sorteo —posiblemente amañado— llamado la Cosecha, que sirve para decidir quién disfrutará del banquete y quién formará parte de él.
Toda esta situación estalla tras la última Cosecha, en la que es devorado el hijo de Bellafide, un acaudalado empresario. Cegado por el deseo de venganza, utiliza toda su fortuna para formar un ejército de mercenarios con el que empieza una revolución —si es que se puede llamar revolución a crear una milicia privada—. Esto crea un efecto dominó según se van uniendo más bandos a la guerra, la cual cada vez se va volviendo más destructiva hasta convertirse en una lucha encarnizada de todos contra todos por la supervivencia.

La historia de una guerra civil con animales da lugar a una ambientación donde podemos encontrar tropas bastante fantásticas, como jabalíes con lanzallamas, ranas bomba, topos ingenieros, mofetas que lanzan granadas de gas o un búho que regurgita ratones paracaidistas. Todos estos elementos, aun siendo claramente hiperbólicos, vienen acompañados de otros propios de la guerra moderna como cañones, alambradas o ametralladoras. Esto contribuye a transmitir un aura de “realismo” y brutalidad de modo que las unidades, en especial algunas que hacen las veces de carne de cañón, mueren rápido y con mucha facilidad. A lo largo de su historia, contada mayormente a través de pequeños diálogos, el título explora la crueldad de la guerra y cómo la ambición de sus protagonistas provoca una pequeña chispa que desemboca en la destrucción más absoluta. Aun así, la trama viene frecuentemente acompañada con un toque de humor negro y desenfadado en los diálogos. De este modo, se consigue crear un tono bastante menos grave y serio a lo largo de la historia, algo que le sienta muy bien al conjunto de la narrativa.
Las cuatro facciones del juego representan a los principales sectores de la sociedad protagonistas de esta guerra civil animal. Aunque estén un poco estereotipadas, cada una posee su propia personalidad, con objetivos y planes sobre cómo será la nueva sociedad cuando termine la guerra, por lo que son lo suficientemente profundas e interesantes como para querer saber más sobre ellas. Así, nos encontramos con los Casacas dirigidos por Bellafide, un burgués defensor del capitalismo de libre mercado que paga los gastos de la guerra vendiendo el alcohol de su destilería. Los Comuneros actúan como el arquetipo de comunistas/anarquistas, un grupo revolucionario idealista pero desorganizado cuyos miembros viven ocultos en el desierto hasta que empieza la guerra. El KSR, nacido de la antigua policía secreta, está formado por militares autoritarios que buscan mantener el orden cueste lo que cueste, aunque suponga tomar decisiones horribles. Finalmente, los Civilizados eran la élite que gobernaba antes de la guerra por medio del fanatismo religioso y que luchan por mantenerse en el poder.

Uno de los puntos fuertes de Tooth and Tail es el enorme mimo que sus creadores han volcado en él y que se hace notar a lo largo de todo juego. Destaca el enorme trabajo de su ambientación y su mundo, fuertemente inspirado en la Revolución Rusa, lo que se aprecia en aspectos como la estética de los personajes o los instrumentos que predominan en la banda sonora. Los desarrolladores llegaron incluso a crear un idioma ficticio para los personajes, el Vyeshal —si estáis interesados, un usuario de Reddit explica cómo aprenderlo aquí—, inspirado en las lenguas eslavas y en el que incluso llegaron a componer canciones revolucionarias con letra para algunas facciones. Aparte de esto, se pueden apreciar influencias de historias que exploran sociedades animales humanizadas con un subtexto político, como Rebelión en la granja de George Orwell y La colina de Watership de Richard Adams. Todo esto además de algunos toques y guiños a lo largo de la trama que recuerdan a obras de temática distópica, en especial Los juegos del hambre de Suzanne Collins.

Desde un punto de vista jugable, su aspecto más original es que, en lugar de dirigir a todo tu ejército a la vez, controlamos a un único personaje que es el líder de su respectiva facción. Con él irás construyendo granjas donde los cerdos conseguirán comida —el único recurso que existe en el juego—, y distintas madrigueras que irán generando a las diferentes unidades que forman tu ejército. Tu personaje lleva consigo un estandarte con el que el que podrá convocar y dar órdenes sencillas a tus tropas, que atacarán automáticamente a los enemigos y estructuras que se encuentren.
Por lo demás, Tooth and Tail apuesta por una jugabilidad muy pulida y equilibrada, además de bastante ligera y dinámica en comparación con otros juegos del género RTS —es decir, títulos de construcción de bases y gestión de ejércitos del tipo de Starcraft, Age of Empires o Company of Heroes—. La idea de los desarrolladores era crear una experiencia directa que pudiera gustar tanto a nuevos jugadores como a aquellos que ya estaban familiarizados con el género. Esto se nota en las partidas, que por lo general son de corta duración y donde lo que más se premia la acción rápida y el movimiento constante por el mapa. Por el contrario, la típica estrategia de fortificar una posición y sentarte a esperar al enemigo es muy poco práctica y suele terminar en derrota.

Sin embargo, y aunque para nada resultó un fracaso, Tooth and Tail tuvo un éxito bastante moderado tras su lanzamiento. Fue recibido muy positivamente por los seguidores de los RTS, pero su jugabilidad directa y minimalista no logró conectar del todo con todos los aficionados de un género que, además, no contaba con la suficiente popularidad como para que la fama del título saltase al gran público. Aun así, sigue siendo un título apreciado entre los aficionados a la estrategia, lo que ha permitido que su faceta multijugador se haya mantenido relativamente activa —incluso con torneos oficiales— hasta hace algunos años. Aunque sus desarrolladores han descartado ya cualquier tipo de secuela, sin duda Tooth and Tail es un juego que a partir de su sencillez, consigue ser una experiencia con mucho mimo, encanto y una historia capaz de sorprender y atrapar al jugador. En definitiva, es un título muy recomendable, tanto para los aficionados a la estrategia como para aquellos que están dando sus primeros pasos en el género.