Japón y los superhéroes, una relación difícil

Normalmente, al referirnos a los superhéroes, las primeras imágenes que se nos vienen a la mente son los héroes de cómic americano: Spider-Man, Batman, Lobezno, etcétera. Es decir, personajes mayoritariamente de Marvel y, en algo menor medida, DC Comics. Ya sea por la actual publicidad mediática de Disney o por la presencia de estas obras en la cultura popular, los superhéroes llevan mucho tiempo inundando la mente de una gran parte de la población gracias a sus diseños llamativos, sus películas taquilleras y su innegable carisma. No obstante, cuando giramos la mirada a Oriente, parece que los superhéroes, tal y como los conocemos en nuestro lado del charco, no tienen tanto fuelle como uno cabría esperar. ¿A qué se debe esto?

La relación más obvia que se hace con los superhéroes es que pertenecen al cómic americano y que Estados Unidos es la cuna de las obras de este género. No obstante, esto es algo técnicamente incorrecto. Seis años antes de que se crease The Phantom —así como ocho, nueve y once años antes de Superman, Batman y el Capitán América respectivamente, algunos de los superhéroes actuales más añejos—, el primer tebeo de superhéroe americano, Japón lanzó Ogon Bat, conocido internacionalmente como Golden Bat. Este superhéroe, un atlante con cabeza de esqueleto, ha contado con numerosas adaptaciones durante el casi siglo de vida que ha existido, pero nunca ha tenido demasiada fama fuera de Japón, relegado a un estatus más anecdótico que popular. Incluso en el propio Japón tampoco tiene la fama que puedan tener otras obras que se mencionarán más adelante en este artículo, pero su papel como primer superhéroe está ahí. Curiosamente, el año pasado se lanzó una versión de Unmatched, juego de mesa desarrollado por el prolífico Rob Daviau, que contenía al propio Golden Bat como personaje jugable, junto a Nikola Tesla, entre otros.

Ah, sí, Unmatched, mi juego de mesa de Fate favorito | ©Restoration Games

Por otro lado, hablar de superhéroes y Japón en una misma frase nos obliga a mencionar, obviamente, a My Hero Academia. El manga, que finalizó hace unas semanas a fecha de publicación de este artículo, ha sido todo un éxito a nivel internacional, lo cual muestra de nuevo el interés occidental por los superhéroes, independientemente de su origen, aunque las inspiraciones de los personajes del manga de Kohei Horikoshi seguramente también ayuden. En My Hero Academia, hay personajes que son un popurrí de héroes americanos y tropos japoneses, lo que da pie a los héroes y villanos que aparecen en la obra. Desde referentes clarísimos como Superman o el Capitán América, pasando por la Antorcha Humana, Ángel o incluso Deadpool —quien, por cierto, tiene un par de mangas publicados por Sueisha, entre los que cabría destacar un desternillante capítulo en el que colabora con el mismísimo All Might—. Independientemente de las opiniones que tenga cada uno del final de la obra, es más que posible que gracias a My Hero Academia las obras de superhéroes hayan calado mucho más Japón, especialmente el universo cinematográfico de Marvel. De hecho, para el lanzamiento de la taquillera Avengers: Infinity War, hubo un anuncio televisivo y posters conmemorativos entre la franquicia de Marvel y la de Shueisha.

Sin embargo, el epítome de los superhéroes en Japón son, sin duda, las obras tokusatsu, de las cuales ya os hemos hablado alguna vez. Y, aunque en el pasado fueron populares fuera de Japón, los pocos tokusatsus que han trascendido las fronteras niponas han tenido cada vez menos y menos relevancia. Hace treinta años, cuando nos empezaron a llegar, las figuritas y cromos de los Power Rangers, como se conoce en Occidente las adaptaciones de Super Sentai, poblaban las tiendas de juguetes y quioscos. A día de hoy, esa relevancia cultural que tuvieron, puede que algo de nicho, ha desaparecido paulatinamente y solo los fans más acérrimos de la cultura japonesa conocen las obras originales. Todo esto colabora a que se muestre cómo, de nuevo, lo único que cala fuera de Japón es lo popular y lo que se asemeja a los superhéroes que todos conocemos.

Otra cosa no, pero se ve que Horikoshi tiene un gran amor por el cómic americano | ©Shueisha, Marvel, DC Comics

Dentro del propio multiverso de Marvel, la cultura japonesa ha sido tocada tangencialmente en su mayoría por las obras de los X-Men. A pesar de que, dependiendo del multiverso en el que estemos, Lobezno ha visitado y vivido en Japón en varias ocasiones, no hay mucha más referencia a este país más allá de la presencia de villanos menores como son Silver Samurai o Lady Deathstrike. A pesar de que Japón contó con dos openings propios para la serie de animación de los noventa de X-Men —los cuales siguen un estilo bastante cercano al de Jim Lee—, la serie tampoco terminó de calar allí del todo. No obstante, esta falta de interés por cosas de Marvel fuera de su universo cinematográfico nos hace preguntarnos cuál fue la decisión detrás de los animes para televisión animados por Madhouse entre 2010 y 2011, así como obras como Marvel Disk Wars, que transforman a los Vengadores en una especie de pokémones que pueden sacar sus dueños temporalmente para luchar contra el mal. Actualmente en Disney+ se puede encontrar únicamente uno de los animes producidos en esta época, Los Vengadores del futuro de Marvel.

No son pocos los autores japoneses que han trabajado para Marvel, de una forma u otra, como ya os comentábamos una vez en esta web. Sin ir más lejos, Secret Reverse del difunto Kazuki Takahashi, autor de Yu-Gi-Oh!, presenta un viaje de negocios de Tony Stark a Japón donde su alter ego Iron Man tendrá que enfrentarse a un villano que usa una baraja de un popular juego de cartas japonés para hacerse más poderoso. Yusuke Murata, dibujante de One-Punch Man, ha realizado innumerables ilustraciones para Marvel, tanto por placer como por colaboración. Y por último, pero no por ello menos importante, Peach Momoko, una de las ilustradoras japonesas con un estilo más propio, ha tomado las riendas de su nueva versión de los X-Men que está actualmente en publicación y de la que esperamos poder hablaros con más detenimiento en un futuro. Y no podemos cerrar este párrafo sin recordar que Attack on Avenger fue un cómic que existió, donde los Vengadores y los Guardianes de la Galaxia hacían frente a hordas de titanes sacados de Shingeki no Kyojin.

Ilustración de Yusuke Murata para promocionar el lanzamiento de Spider-Man: Across the Spider-verse | ©Marvel, Yusuke Murata

En resumidas cuentas, el público japonés vuelve a demostrar sus peculiaridades y diferencias con el público occidental, aceptando poco a poco parte de esta globalización americana promovida por las tiránicas garras del capitalismo más extremo que representa Disney, algo de lo que la gran mayoría de nosotros somos también parte. Si, tras leer estas líneas, habéis despertado cierto interés en lo que la viñeta de superhéroes tiene que ofrecer, no podemos sino remitirnos a las recomendaciones que también realizábamos hace no mucho sobre este mismo tema.

Un comentario en “Japón y los superhéroes, una relación difícil

  1. Pingback: Kamigawa, el río divino del neón | Futoi Karasu

Deja un comentario