Inquietudes traductoras en el panorama actual

¿Alguna vez habéis visto cómo se forma una tormenta? Hay veces en las que ya se ve al inicio del día que, en algún momento de la tarde, va a caer una tromba de agua impresionante y empapará a cualquier despreocupado que está por la calle. Otras veces, el cielo está tan despejado que nadie espera la calamidad que puede llegar a desatarse en un momento. Quizás el símil es un poco poético de más, pero es que así ha sido la comunidad de anime y videojuegos últimamente para cualquier persona interesada en la lingüística o calidad del lenguaje de este tipo de productos. Varias cuestiones se han ido cultivando poco a poco desde hace ya tiempo, pero ha sido en estos últimos días cuando se han puesto de manifiesto ante el público, con todas las consecuencias que estos problemas tienen en las industrias.

«La inteligencia artificial nos ayudará a luchar contra la piratería»

Los portales legales para ver anime en Occidente se han convertido en el día a día de muchos apasionados del género, sea por compromiso, moralidad o comodidad —y no tener que cerrar cien veces pestañas publicitarias o de otro contenido—. Una suscripción a estas plataformas garantiza ciertos aspectos que se ponen en peligro al elegir la opción pirata, como un acceso al contenido rápido y fiable, una calidad de imagen inigualable, trabajo profesional en el subtitulado e incluso un doblaje en diferentes lenguas de alta calidad, entre otros muchos aspectos. Sin embargo, el presidente de Crunchyroll ha comentado recientemente que baraja la posibilidad de implementar un sistema de subtitulado por medio de inteligencia artificial para aumentar la productividad y rapidez en la que los subtítulos llegan a su plataforma. En otras palabras, quiere abaratar costes y usa alguna que otra excusa que se ha puesto de moda en el panorama empresarial para no pagar a profesionales

Uno de los animes sobre los que la comunidad inglesa se ha quejado más ha sido The Yuzuki Family’s 4 sons, cuyos subtítulos en inglés incluso cometían errores gramaticales. / © Shuka

El proceso de subtitulado de cualquier obra es una odisea que no es recomendable dejar totalmente a una máquina. Solo hace falta observar los subtítulos generados automáticamente en un vídeo de Youtube para hacerse una idea de la calidad que tendrá este tipo de subtitulado. Si ya el inglés presenta numerosas dificultades de ajustes, problemas de traducción, desajustes sincrónicos y convenciones que respetar a la hora de crear subtítulos para el español, estos problemas se elevan a la décima potencia cuando se trata de idiomas tan particulares como el japonés. Distintos idiolectos, frases con numerosas capas de significados ocultos, dificultades gramaticales o de la propia estructura sintáctica de la lengua entran en juego, y los traductores humanos que se enfrentan a este desafío directamente desde el japonés deben tener un conocimiento de la lengua y cultura niponas extremadamente elevados, pues en ocasiones tendrán que hacer una modulación o un cambio del texto bastante radical para asegurarse de que el significado se entiende en su cultura meta.

Puede que esto ya sea un poco insistir siempre sobre el mismo punto, pero parece que realmente hay personas dispuestas a comprar este razonamiento sin darse cuenta de todo lo que hay detrás. No es la primera vez que en Crunchyroll juegan con la IA, pues ya hubo algunos episodios de ciertos animes en los que se detectaron subtítulos de malísima calidad y que dejaban ciertas pistas de un posible caso de traducción automática o posedición. Por estas prácticas, el papel de los profesionales de este sector se está viendo día a día más cuestionado por consumidores que, si bien no son extremadamente numerosos, son muy vocales con sus opiniones. Siempre hay que ser consciente de que el trabajador en sí no es el problema —pues seguramente se habrá visto forzado a aceptar una de los cientos de ofertas de este tipo de trabajo que inundan el mercado profesional—, sino la intención de la empresa de gastar menos dinero en trabajo humano y hacer una «inversión» en comodidad y rapidez para el cliente.

Mi imperio romano como traductora es que todo twitter se escandalizarse por la traducción de una serie coreana. Fue una campaña de marketing bastante buena entre la gente de nuestro sector, vaya. / © Twitter ATRAE

Con todo, se debe recordar que este problema no es exclusivo de nuestro ocio. Con la gran proliferación de series y contenido audiovisual, plataformas más mainstream como Netflix tienen en sus manos una grandísima cantidad de contenido que subtitular o doblar, con los cuales ya han intentado usar una solución relacionada con el uso de IA exagerado —como sucedió hace ya tiempo con los subtítulos de El juego del calamar—. Ya se ha tratado en esta web numerosas veces la importancia de un buen doblaje e incluso se ha diseccionado el proceso del mismo en cuanto a ciertos productos, pero el subtitulado tampoco es un trabajo que se haga de la noche a la mañana, que pueda realizar cualquiera que tenga conocimiento de las lenguas utilizadas o que incluso pueda ser posible para máquinas, estén solas o supervisadas.

«Los subtítulos no coinciden con lo que dicen los personajes en el idioma original»

Esta otra premisa ha empezado a coger fuerza en estos últimos días. Ya en la demo de Unicorn Overlord estalló mínimamente una pequeña polémica sobre el uso de memes en traducción, con los cuales «maquillaban demasiado» lo que decía el texto original en japonés, argumento que usaban bastantes internautas para calificar la traducción como «mala» o «sobretraducción». En primer lugar, calificar la traducción de un producto solamente por fijarse en un diálogo es un poco precipitado; en estas obras hay muchísimas partes implicadas durante los diversos procesos y es comprensible que algunas decisiones de traducción no sean siempre las mejores.

Con todo, fijarse en el idioma original para calificar la traducción no es siempre la mejor idea. No debe olvidarse que, en videojuegos, no solamente se traduce en texto, sino que se localiza el producto. El componente cultural de algunos juegos es tan alto que hay departamentos especializados en este tema, encargados de asegurar que el trasvase cultural que tienen que realizar los localizadores siempre respeta la intencionalidad original del videojuego. No el idioma, ojo, pues en muchas ocasiones este aspecto del videojuego es algo totalmente dinámico que puede cambiar muchísimo dependiendo de la lengua a la que se localice —para más información y un caso práctico, os recomendamos este video, en el que trabajadores de CD Projekt comentan la coordinación necesaria que debían establecer entre la sede y los equipos de localización—.

Mi otro imperio romano, pero si me acuerdo de este lloro. / © Square Enix

Alguno podrá pensar que esta adaptación es normal en títulos como The Witcher, tan marcados culturalmente ya en el propio planteamiento del juego, mas la cultura en la que se ha concebido una obra afecta a unos niveles inimaginables. En Final Fantasy X hay un ejemplo magnífico de las connotaciones culturales que pueden tener frases tan simples como un «gracias»; en la versión original en japonés de este juego, un personaje se despide del otro con esta frase, mientras que en la versión inglesa se cambia esta expresión por un «te quiero». Este cambio se realizó porque ambas expresiones significan casi lo mismo en sus respectivas culturas dentro del contexto en el que fueron pronunciadas. Tampoco ha sido solamente una inspiración del traductor, sino una adaptación sublime a las expectativas de los jugadores finales, quienes esperarían una declaración de amor entre estos dos personajes, por muy poco japonés que fuese pronunciar tan directamente un «te quiero». De hecho, esta adaptación ha sido aplaudida tanto por el público general —contentos de tener confirmación de la relación sentimental entre esos dos personajes— como por el propio equipo productor del videojuego —como comenta uno de los traductores en una entrevista—.

Sin embargo, la polémica actual no ha nacido solamente de inexactitudes culturales o adaptaciones, sino de que simplemente no coinciden los subtítulos con lo que dicen los personajes en el doblaje del Final Fantasy VII Rebirth. En primer lugar, me gustaría expresar mi frustración ante el hecho de que en el propio juego se dice que los diálogos pueden no coincidir con los subtítulos, pues muchas de estas quejas venían de personas que jugaban en con las voces en inglés y subtítulos en español, cuando la traducción de este último se ha hecho directamente desde el japonés. Esta situación ya da una idea del talante de las personas que expresan su descontento con la traducción del producto, pues además los argumentos que suelen esgrimir son similares a «yo conozco un poco de japonés, así que si me doy cuenta yo de las inexactitudes es que la traducción debe de ser horrenda». De esta forma podemos llegar a otro de los grandes problemas de la profesión en la actualidad: el intrusismo y el «yo puedo hacerlo mejor porque sé inglés/japonés y español». Hay ríos de tinta que explican con pelos y señales la necesidad de profesionales en este sector, los cuales deben formarse para todas las situaciones y saber actuar con criterio al tratar con productos de altísima calidad, donde las exigencias y expectativas son también elevadísimas. No voy a profundizar más sobre el tema, pero solamente me gustaría señalar que no veo a ninguna persona cuestionarle a un médico cómo hacer una RCP, aunque esta otra persona hubiese asistido a un curso sobre primeros auxilios.

Esta frase también ha tenido su aparición en los debates populares, en los que se discutía si esta era una buena traducción. / © Square Enix

Como extra, también estaría bien destacar el hecho de que estas quejas se podrían haber solucionado desde el principio de una forma bastante efectiva: añadirle un doblaje español al juego. Esta franquicia no es algo anecdótico o una apuesta por paste de Square Enix en España, sino que supone uno de los videojuegos más esperados este año y que más revuelo ha sido capaz de causar entre la comunidad. El importe destinado al doblaje de este título puede que sea elevado, pero esta inversión se recupera sin problema al poner sobre la mesa todas las copias vendidas.

Quizás, estas personas en vez de quejarse en Twitter de un trabajo que objetivamente está bien hecho, deberían abogar por la mejora en la calidad de productos y la inclusión de otros servicios. Quizás estas personas, en vez de quejarse en Twitter de que los subtítulos de su anime favorito tardan mucho en estar disponibles, deberían ser más vocales con aquellos que tienen una calidad nefasta y rellenar los formularios establecidos para ello. 

Un comentario en “Inquietudes traductoras en el panorama actual

  1. La lengua es social, dinámica, cultural, por tanto, realizar una traducción implica entender el contexto, la semántica del lenguaje, mejor dicho, demasiadas variables. Estoy de acuerdo contigo, por más que a una máquina se le entrene para realizar tareas de traducción, lo hacen mecánicamente sin interpretar o comprender su verdadero significado. Interesante artículo.

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