Creada por Hideaki Anno y producida por Gainax, Neon Genesis Evangelion vio la luz por primera vez en 1995. Desde entonces ha sido ―y será― un punto de referencia tanto para el género como para el anime en general. La historia nos sitúa en un mundo post-apocalíptico donde la humanidad está asediada por seres llamados Ángeles. Shinji Ikari es un muchacho normal y corriente al que la vida lo ha llevado por ciertos derroteros y, lamentablemente, le toca llevar la pesada losa que conlleva ser el piloto de un extraño robot con el poder de salvar a la humanidad. No dudamos ni por un segundo que el pequeño Shinji es el personaje más odiado de la serie y hoy venimos dispuestos a abrir ojos y defender al que, a día de hoy, es el personaje favorito de vuestra redactora de hoy.

¿Qué podemos definir como masculinidad tóxica? Se refiere a prácticas y actitudes culturalmente asociadas a lo que se considera ser un hombre, siendo no solo dañinas para la sociedad, sino para el hombre como sujeto en sí. El concepto desafía la idea de que ciertos comportamientos y/o emociones son inherentes al género masculino, argumentando que estas expectativas pueden promover conductas negativas y limitar al individuo.
Los aspectos clave los podemos resumir en los siguientes puntos:
- La supresión de las emociones, como por ejemplo el miedo y la tristeza, alienta a los hombres a reprimir estas mismas ya que son percibidas como signo de debilidad.
- Se valora y espera que los hombres sean físicamente fuertes, agresivos y dominantes. Lo que fomenta la violencia y el comportamiento abusivo.
- La autosuficiencia se considera el pilar. Los hombre no deben necesitar ayuda ni demostrar debilidad bajo ningún concepto.
- Desprecio por lo que no es «masculino». Aquí entra en juego el rechazo e interés a cualquier comportamiento y actividad que no se considere masculina y que no se ajuste a las normas tradicionales de la masculinidad. Lo que puede llevar a la intolerancia, la homofobia y la misoginia.
- Por último, pero no menos importante, también está la competitividad extrema. La presión para luchar y ser el mejor es un constante y no ser el que destaca crea una sensación de insuficiencia.
Percepción del personaje
Antes incluso de ver Evangelion, personalmente ya me habían advertido del «quejica» de Shinji, el cual «no se subía al puto mecha». El personaje tiene en la comunidad el estatus perpetuo de llorón y podríamos achacar a la masculinidad tóxica esto mismo. Shinji se aleja por completo de los estereotipos de género, específicamente del rol que esperan que tenga como hombre. Es un joven sensible a su entorno, empático, quiere evitar la violencia a toda costa y, sobre todo, quiere ser amado. Sin embargo, su padre, Gendo, es la encarnación de todas esas ideas preestablecidas de lo que es socialmente aceptable para un hombre: despiadado y frío. Se humillan e invalidan los sentimientos y acciones de un niño de catorce años de la forma más despectiva que uno se pueda imaginar, pero no los de un señor que perfectamente podría estar en tratamiento psiquiátrico.
Shinji también se encargó de romper el estereotipo de chavalín en el papel protagonista al que estamos acostumbrados, yendo a contracorriente y haciendo ascos a cualquier acto de valentía que cualquier otro protagonista tendría en su lugar. Hideaki Anno, ― el cual arrastraba problemas de depresión por aquella época y se ve claramente reflejado en Shinji― quería deconstruir el género mecha, así que por supuesto que no íbamos a ver al trigésimo tercer niño prodigio genérico que rebosa confianza. A cambio, tenemos a un muchacho que a pesar de arrastrar varios problemas mentales es un personaje creíble y de muchos matices, cuyo potencial como piloto esconde un oscuro secreto. El problema de los fanes con Shinji nace simple y llanamente de que este no se comporte acorde a su papel. Shinji no corresponde con la idea estandarizada del héroe, así que deja de ser un modelo al que seguir.

Eres un chico, ¿verdad? Pues actúa como tal
Esto es lo que Shinji escucha repetidas veces a lo largo de la serie, de boca de personajes como Misato y Asuka ―ambas teniendo problemas en su percepción y relación con la feminidad, pero eso podemos tratarlo en otro artículo―. Se le dice de forma despectiva que es un hombre, que dependiendo de ciertas situaciones debe tener sangre en las venas y reaccionar. Si Shinji no está reaccionando como un perro en celo cuando se le presenta la oportunidad, no es lo suficientemente hombre; si Shinji no es valiente ante una situación de gran peligro y demuestra temor, no es lo suficientemente hombre; si es «blandito» y está «domesticado», no es lo suficientemente hombre y si Shinji no demuestra fortaleza y confianza, no es lo suficientemente hombre.

Durante el episodio 16 ataca un nuevo Ángel que desconcierta al equipo de NERV, Leliel. Todavía no lo saben, pero su forma de atacar será hasta la fecha la más letal, dando donde más duele, atacando la mente misma. Las capacidades de Asuka para pilotar su EVA van en decadencia y, como de costumbre, hace lo que mejor se le da para no afrontarse a ella misma, abusar de Shinji. Comenta que Shinji debería liderar el ataque, ya que siendo la estrella en las sincronizaciones lógicamente el mejor tiene que ir delante. Shinji lleva varios días de buen humor porque, a pesar de odiar el EVA, lo están colmando de elogios, el chiquillo no ha sido más feliz en toda la serie. Así que con su masculinidad siendo de nuevo puesta en entredicho y con una confianza fruto del momento, Shinji decide adoptar el papel de hombre que tantos capítulos llevan exigiéndole, a costa de ser engullido por el Ángel ― por cierto y como dato curioso, el nombre del capítulo es: Ella dijo, «No hagas sufrir a otros por tu odio personal«― y pasar por una de las ya famosas escenas de introspección y existencialismo del anime. Existen varios yo: el yo que Misato tiene en su cabeza, el yo que Asuka tiene en su cabeza y el yo que soy yo. Shinji dice tener miedo de ser odiado, pero en realidad teme el ser purgado. Se dice a sí mismo que es una mala persona, que es patético por no ser capaz de hacer lo que se espera de él y que siente disculparse por todo, pero en el fondo quiere la aprobación y amor de su padre, busca validación. Odia la soledad pero no sabe conectar. La decisión de tomar las riendas y hacer cosas de hombres no le ha aportado nada que no sea dolor y seguir cuestionándose su lugar en el mundo. Al final el EVA desgarra el Ángel desde dentro simbolizando algo cercano a un parto, en este caso un renacer. Y a partir de aquí, Shinji va cuesta abajo.
Nací para conocerte
Asuka está fuera de combate, Rei ya no es Rei y la desconexión de Shinji con Mistato y su alrededor es absoluta. Se le ha tratado como un arma, no como una persona, y cada triunfo solo ha simbolizado el perderse a sí mismo. Sí, ha hecho lo que se esperaba de él, pero, ¿qué esperaba él de él mismo? Kaworu Nagisa entonces aparece cuando más lo necesita.
Los hombres con los que Shinji ha tenido relación a lo largo de la serie han sido autoritarios, distantes y a menudo crueles, pero entonces Kaworu le demuestra que puede ser un hombre compasivo y vulnerable. Ofreciéndole una relación basada en la aceptación y la empatía, desafiando la idea preconcebida que tenía Shinji sobre cómo deben relacionarse los hombres. Mostrando dulzura y compasión. En las interacciones con Kaworu, Shinji encuentra un espacio donde puede ser él mismo sin ser juzgado o rechazado y siendo Kaworu un Ángel ―física y metafóricamente hablando porque no podemos negar que es un trocito de cielo― seguramente su amor sea el más sincero y puro que haya conocido.
La relación tan intensa, pero que lamentablemente solo dura un capítulo ― a pesar de ser explorada más tarde― no solo desafía el concepto de masculinidad tóxica, sino también el de cómo las normas de género tan rígidas y la homofobia afecta a las relaciones personales entre hombres. Que a menudo desalienta la expresión emocional y promueve una fachada de fortaleza e inmutabilidad. Cada uno interpreta si los sentimientos entre ellos son románticos o no, pero, personalmente, somos unos fuertes defensores de que estos sí existen. Por primera vez en su vida, alguien le demuestra a Shinji lo que es el amor incondicional. Y es por esto que tras el final de Kaworu, Shinji termina de romperse.

Empatía
Ahora bien, tras haber expuesto lo más resumido que hemos podido temas tan complejos y relacionados con nada menos que Neon: Genesis Evangelion proponemos lo siguiente al lector: si eres una de esas personas que arremete contra Shinji por no tener lo que hay que tener para subirse al mecha, piensa por qué lo haces y qué harías tú en esa situación. Porque nosotros lo tenemos claro, si a nosotros ―que en muchos casos le doblamos la edad a Shinji― nos pones delante de un robot gigante y nos dices que tenemos que pilotarlo, nos lo hacemos encima. Personalmente, yo también he estado ahí, viendo Evangelion y odiando a Shinji por deporte. Pero los años han ido pasando, yo he ido cambiando y cada vez que vuelvo a Evangelion veo algo que antes me era desconocido. Shinji es un chico sensible y por supuesto que tiene sus cosas, pero no debería ser crucificado por tener unas cualidades y emociones que lo hacen ser humano. Porque al final, Shinji no quiere ser el más macho de la sala y ni siquiera le importa, tan solo quiere ser aceptado y amado a pesar del terror que le produce acercarse a alguien. Shinji se perdona en The End of Evangelion, así que el fandom debería hacer lo mismo.