En la mente de: Delita Heiral (Final Fantasy Tactics)

En la mente de es una serie de artículos dedicados a profundizar individualmente en las características y motivaciones de algunos de los personajes más queridos e interesantes de los videojuegos y el anime.

Final Fantasy no necesita presentación, pues tan legendarias son sus aventuras y personajes como los inagotables ríos de tinta —a favor o contracorriente— que han anegado las páginas de revistas físicas y digitales de todo el mundillo. Sin embargo, hoy no vamos a hablar de ninguna de las entregas numeradas, sino un spin-off. Posiblemente el más reverenciado de todos ellos: Final Fantasy Tactics, y su deuteragonista, Delita Heiral.

Este artículo contiene destripes importantes en lo relativo a la historia y personajes de Final Fantasy Tactics

Largo y cinéreo es el camino de la corona / ©Square-Enix

Pero, antes de analizar el viaje, desarrollo y motivaciones de Delita, es necesario contextualizar las piezas del tablero. En primer lugar, Final Fantasy Tactics deja bien claro el desenlace de su periplo desde sus primeros compases: Ramza Beoulve, el protagonista factual de la historia, ha sido olvidado en la historia de Ivalice, aunque desconozcamos los motivos. Delita es el rey que pasó a la posteridad, un héroe aclamado por haber puesto fin a la Guerra de los Leones, un conflicto por la sucesión dinástica de la nación.

FFT inicia in media res, sin que el espectador conozca bien, con Delita secuestrando a la Princesa Ovelia frente a la mirada de Agrias Oaks, su leal protectora, y Ramza, quien reconoce a su viejo amigo tras no haberlo visto en bastante tiempo. Solo entonces comienza el primer acto, una retrospectiva que nos trae al inicio del conflicto global —la disputa por el trono de Ivalice de los duques Larg y Goltanna y sus candidatos a monarca— y personal. Con inspiraciones evidentes en La Guerra de las Dos Rosas (1455-1487) y William Shakespeare, particularmente El Rey Lear (1605) y Macbeth (1623), Yasumi Matsuno desarrolla un personaje nacido plebeyo que terminará siendo el rey de Ivalice.

Delita crece bajo el amparo de la familia Beoulve, un clan nobiliario de alta raigambre, junto a su hermana menor, Tietra. En la tensa lucha de clases que envuelve Ivalice, muchos son los nobles que miran a los Heiral por encima del hombro, aludiendo a su origen para justificar su desprecio, siendo Ramza el escudo desde su posición privilegiada. Así, siendo confundida por una Beoulve, Tietra es secuestrada y ambos amigos, a pesar de las contraindicaciones de los hermanos mayores de Ramza, se lanzan a liberarla, con un resultado fatal: a fin de derrotar a su enemigo, Zalbaag Beoulve permite que Tietra sea herida para alcanzar con una saeta a su captor. La muerte de Tietra, sacrificada como daño colateral, servirá como catalizador del cinismo y la desesperación de Delita, pero también como fuerza motora que impulse sus acciones. Aquí termina el primer acto de Final Fantasy Tactics antes de devolver el cauce de la historia al presente.

La historia de dos sendas: la gloria y el olvido / ©Square-Enix

Delita navega en la delgada línea que separa al anti-héroe del anti-villano. No solo se trata de un personaje puramente maquiavélico y con una moralidad compleja y gris, sino que aúna diferentes arquetipos propios de este tipo de entornos y los entremezcla. El fin último del personaje es indudablemente beneficioso: la abolición del sistema estamental arraigado en el reino para evitar que personas como Tietra puedan ser vistas como prescindibles. Para ello, recorre una senda marcada por la sangre y la traición hasta el final. Así, se alinea con la Orden del Cielo del Sur, el ejército de Goltanna, y la Iglesia de Glabados, la organización que ha espoleado la guerra en pos de su propia agenda, con el objetivo de traicionar a ambos. Tras secuestrar y posteriormente a la Princesa Ovelia, Delita se gana su confianza jurándole fidelidad y un reino nuevo sobre el que reconstruir Ivalice. Ella tampoco sería inmune a sus maquinaciones.

Delita ejemplifica características propias del héroe byroniano: melancolía existencial, fuerte rechazo por el orden establecido, orgulloso por fuera y miserable por dentro, pero con una fuerte voluntad para seguir adelanto, pero también de(con)struye otras: todas las muestras de afecto hacia Ovelia o Ramza se ponen en entredicho a posteriori, pues Ovelia termina siendo un peón de Delita, y Ramza es tildado de hereje por enfrentarse a la corrupta Iglesia de Glabados y borrado de la historia. De la misma forma, no siente un desdén marcado por su clase, pues pertenece a un estamento no privilegiado y es precisamente la nobleza el objeto de ese odio, sino que aspira a colocarse en la parte más alta para conseguir el poder necesario para cambiar las cosas.

Como los jugadores sabíamos, al final de la historia Delita consigue su propósito: convertirse en el rey de Ivalice, justo y querido por sus ciudadanos. Pero la baraja del destino de Matsuno guardaba un puñal, y no hablo de forma figurada: tras la supuesta muerte de Ramza, la ahora reina Ovelia deduce que cada paso dado por el monarca es fruto de una agenda deliberada, incluso su boda, poniendo en duda si realmente la quería o solo fue su trampolín para ascender al trono. Así, el día de su cumpleaños, Ovelia apuñala a Delita cuando este le traía un ramo de flores. Con el mismo filo, Delita le devuelve la puñalada a Ovelia, matándola en un final digno del bardo de Stratford-upon-Avon. Si bien el final de Delita es ambiguo, los registros históricos indican que sobrevivió al ataque.ç

Así, FFT muestra el paralelismo final entre las historias de Delita y Ramza, el plebeyo y el noble cuyos viajes desembocaron en líneas opuestas, mediante un monólogo del rey que se pregunta qué habrá Ramza con sus elecciones en la vida. Así, Beoulve es tildado de hereje, perseguido y finalmente dado por muerto, libre para marcharse de Ivalice con su hermana Alma e iniciar una vida nueva fuera de las ataduras de su apellido, mientras que Heiral consigue la gloria, el reconocimiento y ver cumplido su sueño de una nueva Ivalice, pagando un alto precio: la soledad y la culpa. Todos aquellos que le resultaban cercanos han desaparecido o muerto en su ascenso hacia la cima.

¿Delita Heiral es el héroe o el villano de la historia? Sinceramente, no lo sé. Lo que sí tengo claro es que se trata uno de los personajes más interesantes que ha dado Final Fantasy en sus 36 años de historia y que merecía un artículo para él solo.

«No soy el perrito faldero de la Iglesia. No respondo ante nadie, salvo ante mí mismo»

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