¿Por qué deberías ver el relleno de Naruto?

Naruto es, independiente e invariablemente de cualquier opinión sobre su calidad, una de las principales obras del shonen. Importante responsable de su progresiva popularización en Occidente durante la década de los 2000 e influyente en inmensa cantidad de trabajos posteriores. Masashi Kishimoto logró construir un universo propio, atrayente y lleno de personajes que resonaban con el público. Además, supo mantener ese espíritu durante gran parte de su tiempo de publicación. Tanto es así que, a día de hoy, ocho años después de la finalización del manga en 2014 y cinco de la finalización del anime, sigue siendo de las obras más queridas y la principal razón por la que Boruto se encuentra en el top de «Lo más visto» en MANGA Plus.

En la comunidad anime ha habido muchos elementos de Naruto que han sido tema de conversaciones críticas durante años. Discusiones que involucran a las parejas finales del manga, la decadencia de la serie en los arcos finales de Shippuden o el desaprovechamiento de personajes con buenos diseños y grandes ideas a los que nunca se les terminó de dar el protagonismo y desarrollo que en realidad merecían.

De entre todas ellas, hay una que destaca sobre las demás, en la que todo el mundo piensa al hablar de Naruto: su relleno. Es uno de esos pocos conceptos elegidos que, durante sus años de emisión, se volvieron infames por tener que esperar varios meses para ver la continuación de la historia principal. Tanto fue así que se acuñó el término «Rellenuto» gracias al público hispanoparlante para referirse de forma despectiva al anime. Otro de esos afortunados podría ser Bleach, porque Pierrot buscaba superarse a sí mismo.

©Shueisha

Entonces la recomendación de darle una oportunidad precisamente a este contenido, con la mala fama que le precede, igual suena algo ridícula. Más aún teniendo en cuenta que la búsqueda más numerosa en Google tras «¿Cuántos capítulos tiene Naruto?» seguramente sea «¿Cuántos capítulos de relleno tiene Naruto?».

Y no es para menos. Sin contar Boruto, el anime original tiene un total de 720 episodios en su haber, de los cuales 283 son presuntamente de relleno. Esto significa que casi un 40% está compuesto por material que no proviene del manga homónimo. Y esto contando solo aquellos episodios que son relleno de forma absoluta, no los que mezclan elementos canónicos con otros originales del anime. En cuyo caso podríamos acercarnos incluso al 45%. Lo anterior se resume en que hay más de 100 horas de visionado única y exclusivamente de relleno. Es mucho, muchísimo tiempo. En lo que tardaríamos en ver todo eso podríamos visionar más de 50 películas, leer varios libros o ver todos los animes isekai del año sobre un chaval sosísimo y, con bastante probabilidad, misógino transportado a un mundo de fantasía siendo un masoquista, o con su madre, o transformado en gusano de la seda. Las posibilidades son infinitas.

Otra de las principales cuestiones es que al final, todo ese material nuevo sigue siendo relleno respecto al manga y, salvo confirmación expresa del autor, no contaría como un elemento de la historia principal ni tendría repercusión sobre la misma. Es algo que ya se da por sentado, pero siempre es bueno tenerlo en mente a la hora de abordar este tema, ya que los guionistas encargados de elaborar estos arcos tampoco saben los caminos que tomará el manga e igual hay partes que, aunque interesantes, no tienen un peso determinante en sucesos futuros.

Entonces, si es muy largo y no es canónico, ¿para qué perder tiempo en ver siquiera una parte? ¿Acaso no sería la misma experiencia, más dilatada y, en consecuencia, peor? No necesariamente.

Si los clones pueden sindicarse, todos podemos / ©Pierrot

Si en una historia, su mundo y las situaciones que se dan en el mismo son el cuerpo, los personajes son el alma, el elemento que nos introduce a ese cuerpo y hace que nos importe. Son nuestros ojos y oídos en un lugar novedoso e inhóspito, actuando como una ventana que nos convierte en testigos de su realidad y confidentes de sus pensamientos. Es mucho más fácil sostener una historia fallida con unos buenos personajes que viceversa. Por este motivo, siempre me han gustado los clásicos «episodios de playa». Y no me refiero de manera exclusiva a aquellos cuya trama consiste en ir a bañarse en el mar, jugar al voleibol y comer sandía. Más bien al espíritu de estos, centrados en interacciones alejadas de la trama principal en las que cada individuo puede brillar por sus características más definitorias, mostrar facetas nunca vistas con anterioridad o poco exploradas.

Y ahora vamos a ver los motivos por los que no solo es un buen material complementario para la obra, sino que potencia ciertos elementos de la misma y da pie tanto a la ampliación de temas que en el manga solo son mencionados como a la inclusión de algunos nuevos.

Uno de los puntos principales por los que merece la pena es, en realidad, de los más sencillos. Es divertido, muy divertido en ocasiones. El relleno permite introducir a los personajes en todo tipo de escenarios absurdos y mostrarnos cómo son fuera de los dramas de las tramas principales. Ya sea una carrera con las manos por una villa de la Hoja destruida tras el ataque de un villano, un viaje para asistir a un velatorio de un fin de semana en el que tienen que evitar reírse para ganar la herencia del difunto, unos espías que se hacen pasan por Gai y Lee para conseguir información de la villa y todos se dan cuenta excepto Naruto, una búsqueda de un avestruz, proteger a un cartero ninja o que los clones de Naruto inicien una huelga para exigir mejoras en sus condiciones laborales. Todo tiene cabida y buena parte de estos capítulos tienen esas situaciones más distendidas que permiten respirar. Si nos gustan gran parte de los personajes de Naruto el simple hecho de poder verlos en estos contextos ya resulta agradable.

Aquí observamos a tres chavales haciendo el imbécil en estado salvaje / ©Pierrot

Las relaciones interpersonales también pueden ser profundizadas o matizadas en el relleno. Naruto muestra hacia Sasuke una relación de amistad platónica durante Shippuden, pero desde el comienzo de la historia hasta su separación no habían tenido muchas escenas que compartir para desarrollarla. Estaban bien establecidos como rivales y compañeros, pero no tanto como verdaderos amigos. Gracias a estas situaciones más mundanas podemos observar esa faceta. Al final, gran parte de la amistad se construye con tiempo, con muchos momentos en los que, en realidad, no pasa nada y con infinidad de ellos en los que el principal objetivo consiste ser idiotas, pero idiotas juntos. Además, nos deja ver a Sasuke fuera de ese carácter callado y sombrío que le acompaña durante el inicio de la serie.

El ejemplo más claro es el episodio en el que Naruto decide quitarle la máscara a Kakashi y tanto Sakura como Sasuke se suman al plan—episodio 101 de Naruto—. En este se presenta al equipo siete más unido que nunca, junto a un Sasuke mucho más espontáneo, ridículo y divertido; que se deja llevar por la estupidez y la ingenuidad como el chico de 12 años que es, dando en el proceso algunos de los chistes más descacharrantes de toda la serie. Otra muestra de esto ocurre con el personaje de Jiraiya en uno de los episodios ubicados en el arco de relleno Vida paradisiaca en un barco, que se da tras la reunión de los cinco Kages—episodio 235 de Shippuden—en el que deja claros sus sentimientos por Tsunade de una forma sana, aceptando que es algo no correspondido y que desea apoyarla para que sea lo más feliz posible.

Desafortunadamente, yo ya he dado mi corazón a una mujer. Aunque creo que estoy solo en eso. Ella ya perdió a todos los que amaba, uno tras otro. Así que ahora se niega a amar. He jurado cuidarla, y llevar el peso de su futuro en mis hombros. No me ama, ¿acaso importa algo tan pequeño? Oraré por su amor y rezaré por su felicidad.

Jiraiya
Cuando digo que la animación es increíble no exagero en absoluto. Solo por ella ya merece la pena ver Chikara / ©Pierrot

Hay arcos de relleno que dejan ver elementos muy interesantes del mundo ninja, de entre ellos se podría destacar ChikaraPoder—. Seis episodios situados justo antes del inicio de la Cuarta Guerra Mundial Shinobi—del 290 al 295 en Naruto Shippuden—en los que se profundiza en un aspecto del Nueve Colas que se dejó de lado con el avance de la serie, su encarnación de la maldad pura. A lo largo del arco se hace hincapié en como Naruto está utilizando poderes procedentes de una entidad con origen maligno y de capacidad destructiva inconcebible, que debe aprender a dominar para evitar ser corrompido, evitando así dañar a quienes quiere proteger. Cabe mencionar la increíble calidad de animación presente durante la totalidad del arco, a un nivel altísimo que a día de hoy nos tiene a muchos preguntándonos porqué en Pierrot decidieron soltar esa cantidad de billetes en un arco de relleno.

Por supuesto, todo lo anterior no significa que el relleno sea de calidad excepcional o que sea invite a verlo en su totalidad. Aún así, hay muchos momentos que merecen la pena y son omitidos de forma automática como consecuencia de su condición de material realizado para no alcanzar al manga durante su publicación. Este artículo existe buscando dar un poco de protagonismo a algunos de los episodios o arcos favoritos para un servidor, y reivindicar en el proceso parte de uno de los aspectos más vapuleados de Naruto.

Terminemos mirando el lado positivo, si este relleno no te atrae en absoluto lo puedes omitir y disfrutar del resto de la obra adaptada de buena forma. No vas a necesitar un grupo de fans dedicados que arregle el ritmo desastroso del anime, en lugar del estudio de animación, porque su forma de no alcanzar al manga consiste en estirar cada momento canónico hasta el absurdo, esto no es One Piece.

6 comentarios en “¿Por qué deberías ver el relleno de Naruto?

  1. Pingback: Loguetown: una ciudad con mucho que contar | Futoi Karasu

  2. Dos arcos «de relleno» que recuerdo con mucho cariño y emoción son los de Utakata y Guren que, respectivamente, trataban sobre los Jinchurikis de seis y tres colas. Tal vez porque, en su día, no los reconocía como relleno tal cual pero, recuerdo ver sus capítulos una y otra vez, emocionándome por ver a más personajes únicos de la serie interactuando con un grupo random que se formaba exclusivamente para cada misión de su correspondiente arco. Curioso que arcos «inventados» hayan sido la única visión que teníamos sobre conceptos tan importantes en la serie como lo son las bestias con colas.

    Le gusta a 1 persona

Replica a Oscar Acosta Cancelar la respuesta