El mundo de los videojuegos es, sin lugar a dudas, uno de los universos más infinitos que existen. Habiendo títulos para absolutamente todas las consolas, plataformas y medios posibles, hay cabida para todo tipo de géneros, historias, personajes y bandas sonoras. Como con todo, hay cosas que gustan más y cosas que gustan menos. Sin embargo, siempre están los aventureros que van probando diferentes géneros, incluso aquellos que no forman parte de su zona de confort porque vida solo hay una.

En mi caso, de forma totalmente personal y subjetiva, no suelo salir de lo que yo considero juegos “tranquilos”, o dicho de otro modo, juegos cuya jugabilidad no requiere demasiada destreza: visual novels, juegos como Pokémon o cualquiera de simulación/granjas —el Animal Crossing, el Stardew Valley, el Harvest Moon… ya sabéis—. Me abro para vosotros, desconocidos lectores, porque no es motivo de vergüenza: me pone nerviosa cuando un juego es demasiado movido porque nunca me apaño y, al final, no disfruto jugándolos. Tan sencillo como eso. ¿Qué me queda, entonces? ¿Conocer los juegos solo por la boca de otros, buscando resúmenes en Reddit? ¿No conocerlos directamente? Y aquí entra el meollo de este artículo: los gameplays.

Conocí uno de mis juegos favoritos, Bloodborne, gracias a un gameplay. Siempre que lo digo, la gente me responde “¿Y por qué no lo juegas tú? ¡Porque de eso trata el juego!”, y yo siempre me quedo pensando… ¿Qué hace que un videojuego lo sea? ¿Su jugabilidad o la historia que cuenta? Lo normal es que sean ambas cosas —sumando el resto de cosas: parte gráfica, banda sonora…—. ¿Se puede decir que has jugado a un juego si te saltas el aspecto de la jugabilidad? La respuesta, en mi opinión, es sí. No pruebo el Bloodborne —que ya lo he intentado, todo sea dicho— porque sé que no voy a disfrutar jugando. De todo lo que tiene que ofrecer, que no es precisamente poco, lo que más disfruto es de la estética y del lore, y no necesito jugarlo para poder acercarme a ello —dicho de otra forma, con un gameplay me basta—. Menciono este juego, pero podrían ser muchos otros que son también parte de mis favoritos —o, al menos, que he disfrutado enormemente—, los cuales he conocido a través de un gameplay y que los he disfrutado más que si los hubiese jugado yo misma.

He llegado a leer a gente diciendo que no puedes opinar de un juego sin haberlo jugado —entendiéndose como haberse visto únicamente un gameplay—, porque no es lo mismo de ningún modo. Y mi pregunta es: ¿Por qué? Quizás la exploración que haces tú in-game la hago yo alternativamente en internet, buscando lore, easter eggs y leyendo debates de otra gente. He visto en qué consisten los combates y cómo enfrentarte a los jefes. Conozco el juego igual de bien que tú, ¿qué nos diferencia, que tú le has echado más horas que yo? ¿O que tú has machacado los botones del mando y yo solo tuve que pulsar el play?

Mientras escribo esto, y he recordado experiencias pasadas, se me ha venido una pregunta a la cabeza: ¿cómo se juega un videojuego? Quizás sea plantarse delante de la pantalla y, con sudor y lágrimas, ir superando los niveles. A lo mejor, por otro lado, es ver cómo otra persona lo juega —y lo comenta, o no, eso a gusto del consumidor—. Supongo que, al final, un juego se juega disfrutándolo, el cómo ya depende de cada uno.

¿Por qué la gente considera que verse un gameplay no es tan válido como jugar un juego? Conozco qué mecánicas hay que seguir para subir de nivel, qué armas son mejores y cuales no, el lore del juego y todos los posibles finales. Si hemos llegado al mismo punto y conocemos lo mismo, ¿no lo hemos jugado ambos, aunque cada uno a su manera? Además, hay mil motivos para verse uno: no tener la plataforma para el juego o no poder permitírtelo, querer verlo un poco antes de comprarlo o, simplemente, preferir verlo sin más. El objetivo final de los videojuegos es disfrutarlos, ¿no? Entonces, ¿por qué a la gente parece molestarle tanto de qué forma lo hagan los demás? Pues no, Juan Manuel, no le he metido 80000000000 horas al Dark Souls y tampoco las he pasado canutas para avanzar; me he visto un gameplay y más contenta que unas castañuelas.

Hay gente que argumenta que no es lo mismo, que no disfrutas del juego igual, que tu impresión puede cambiar. No lo veo así. Es cierto que, en parte, no es lo mismo; si lo juegas tú, te puedes tomar todo el tiempo que quieras para explorar. ¡Pero anda que no hay gameplays donde la persona que juega habla hasta con las piedras! No pienso que la historia en el juego —así como su disfrute— se vea alterada por no jugarlo de primera mano, porque incluso si quedan huecos, tienes tooooooda la inmensidad de Internet para rellenarlos —desde teorías hasta las wikis con información oficial—. La inmersión no es la misma, pero no es ningún impedimento.

Personalmente, creo que verse un gameplay es una de las cosas más cómodas que hay. Disfruto del juego mientras puedo ir haciendo otras cosas —irónicamente, jugar a otras cosas mientras—, como quien ve una película o una serie tirada en la cama. No sé por qué hay decir siempre, casi en voz baja y con vergüenza, que te has visto un gameplay en vez de haber jugado un juego como tal; como quien tiene que admitir que ha usado una guía o un walkthrough para poder avanzar y siente que está haciendo trampas.

Para concluir, jugar un juego por ti mismo te va a permitir muchas más cosas que no hacerlo: mayor nivel de inmersión, mayor exploración y quizás mayor disfrute; pero verse un gameplay es OTRA forma de jugar, tan válida como cualquier otra opción. Simple y llanamente.