Opinión: Hablar de Mary Sues es un sinsentido

Seguro que el término Mary Sue no os pilla de nuevas, sobre todo si habéis frecuentado ambientes literarios. Si lo hace, no os preocupéis, pues en este artículo vamos a diseccionarlo y concluir por qué toda discusión acerca del término a la hora de construir personajes no solo es estéril, sino también contraproducente.

La primera vez que leí el término Mary Sue fue leyendo aquel fanfiction paródico (detalle que no se confirmaría hasta años más adelante) de Harry Potter llamado My Immortal. Siendo su equivalente masculino el Gary Stu, este nombre se utiliza para designar un arquetipo muy concreto cuyo mayor rasgo identificativo es el de la auto-inserción del creador. Es decir, el escritor toma rasgos distintivos de su propia personalidad, los idealiza y focaliza toda la trama en dichos personajes. Lo que en su día llamábamos un personaje Poochie, vaya: un agente narrativo «único, especial y diferente» que monopoliza la historia y los diálogos. Plano, sin más defecto que el ser irritante para el receptor y generador de todo el conflicto de la trama. Un peñazo supino, vamos. Vamos a enumerar con mayor detenimiento los patrones más habituales de este arquetipo:

  • Ante todo, representan una visión idealizada y distorsionada del creador. Este es el rasgo principal.
  • Toda la historia gira en torno al personaje. Si no está en escena, también.
  • Más allá de su perfección en varios campos y su falta de defectos evidentes, no goza de una personalidad muy definida.
  • Cuentan con un pasado trágico y misterioso, pero no presentan consecuencias por ello.
  • No solo son atractivos, también cuentan con algo distintivo que los hace especiales: heterocromía, marcas de nacimiento…
  • Se sitúan en el eje de tramas románticas, generando situaciones incoherentes en su entorno y diégesis.
  • Destaca en todo lo que se lo proponga, alcanzando cotas inusuales para su edad, especialmente en artes.

El otro día, en cierta red social del demonio leí una serie de comentarios de diversa autoría que, a modo de protesta contra las connotaciones machistas de todo lo que envuelve al concepto, tildaban de Gary Stu a varios personajes. Aplicado al mundillo del manganime (que es el que aquí nos interesa), leí en sendos comentarios los nombres de Light Yagami (Death Note) y Gilgamesh (Fate) como supuestos ejemplos que encajarían en dicho tropo. ¿Por qué se les mete ahí? Por ninguna razón de peso real, pero era una gran idea para sacarse unos erretés y, por la parte que me toca, escribir un artículo de narrativa. Como buenos cuervos, siempre al acecho de la noticia.

Además, si no sabéis utilizar los términos correctamente, os los tendré que expropiar.

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Falta la tilde, pero el mensaje se entiende ©PSUV

No, ahora en serio. El concepto «Mary Sue» existe, pero no se me ocurre ni un solo caso real en ficción «oficial» que cumpla a rajatabla dichas características, a pesar de los gruñidos de la turba de Internet. La inmensa mayoría de las veces, tildar a un personaje de Mary Sue lleva implícitas connotaciones misóginas: «es que este personaje es demasiado fuerte». «No tiene sentido que una mujer haga esto». «Ya está el Nuevo Orden Mundial vendiéndome que las mujeres y las minorías son seres humanos». Probablemente habréis leído varios comentarios del estilo, ¿no? Un ejemplo que destapó las iras de esa parte del público que me niego a denominar «el respetable» fue Rey, la protagonista de la última trilogía de Star Wars. «Su desarrollo es precipitado, es demasiado fuerte». Si bien su protagonista es el menor problema de la trilogía, no la considero particularmente bien resuelta a nivel de escritura. Eso no la convierte en una Mary Sue porque, más allá de que un personaje femenino tiene el mismo derecho a ser tan irregular como uno masculino (será por ejemplos)… en ningún momento cumple ninguna de las características que marcan al tropo.

Entonces, ¿de dónde deriva esa manía de ver al no tan manido Gary Sty (solo el masculino) en todas partes? Es puro efecto rebote. Asumiendo las reglas del discurso que señala a algunos personajes como Mary Sues (despojándolo de la carga social misógina, eso sí, que dentro del sinsentido que supone algo bueno tenía que tener), el impulso más natural es el «y tú más». Es, a todas luces, un error, en tanto a que la perpetuación del uso erróneo de terminología tan concreta termina por vaciarla de significado. Al grueso de la masa misógina, particularmente a la encuadrada en el «fenómeno fan» que, con fervor fundamentalista, dicta y ordena absurdos postulados, se la desmonta fácilmente sin recurrir a eso. ¿Por qué Rey no es una Mary Sue y por qué Yagami o Gilgamesh tampoco casan con su homólogo?

En primer lugar, y lo más evidente, en ningún momento representan una idealización de su creador porque no son personajes idealizados. Rey tiene una curva de aprendizaje más rápida que sus predecesores, pero también es una mujer obstinada e impulsiva, lo cual genera conflicto a partir de sus errores. Light Yagami es un sociópata narcisista de manual (y, a pesar de ser el personaje principal de Death Note, es innegablemente el villano de la función) y Gilgamesh hace bueno el dicho de «este mundo no es lo bastante grande para los dos», siendo las dos facciones su ego y el del resto de la humanidad combinado. Como personajes pivotales en sus respectivas obras (dos protagonistas y un antagonista, respectivamente), buena parte de la historia que atraviesan gira en torno a ellos. Y eso es normal. ¿Responden a la etiqueta de marras? En absoluto. El 98,78% de los «debates» acerca de la naturaleza idealizada de ciertos personales son un teatro del absurdo. El otro 1,22% son diarrea mental de gente enfadada porque en su saga favorita hay mujeres y minorías, que te habla de un nuevo orden mundial donde ya no manejamos el cotarro los redactores de Futoi Karasu y monsergas diversas. Bueno, no, diversas no.

No kiero muerjes en mis palículas ©FOX/Disney

¿Es posible que un personaje de ficción cumpla algunas de dichas características? Sí, claro, de la misma forma que aceptamos pulpo como animal de compañía y que blanco y en botella puede ser agua de escurrir pinceles cuando solo pintas nieve. A diferencia del listado de rasgos de arquetipos literarios bien establecidos, el concepto Mary Sue / Gary Stu proviene de un ambiente muy concreto: el fanfiction. Hay una nada desdeñable cantidad de personajes de ficción que, o bien por niveles de «putoamismo» exagerados o por una escritura descuidada se podrían ver abocados a este señalamiento. Nada más lejos de la realidad: la influencia del tropo abarca aspectos más allá del propio personaje mimado en la obra. El mundo gira en su entorno y sirve a su propósito, no al revés, además de que el azar y los giros del guion, ese intangible llamado fortuna, siempre le va a sonreír de cara. Al final, la Mary Sue es un monstruo de Frankenstein de tropos ajenos sin voz propia que convergen bajo el estandarte de la auto-inserción, por lo que cuadrar este amasijo de extremidades se convierte más en un ejercicio de talibanismo que de rigor. Quizás el problema no es ese. Tal vez solo sea la otra cara de la moneda de la creciente representación de personajes femeninos, donde una mujer no tiene que estar escrita de matrícula para molar o para gustar a la gente. Igual nunca fue solo una cuestión narratológica y solo estamos rebajando el nivel del discurso hasta donde ellos quieren. Pero tenemos herramientas para cambiar eso.

Un comentario en “Opinión: Hablar de Mary Sues es un sinsentido

  1. Hola.

    Tenía ganas de comentar este artículo y debido a falta de tiempo (cosas de la vida adulta, puaj) no he podido hasta ahora. Afortunadamente ahora puedo, así que vamos allá. Allá va mi valoración y opinión personales:

    Los conceptos de «Gary Stu» y «Mary Sue» en sí mismos no son malos y todo depende de cómo los uses porque hay casos en los que si tienes personajes TAN rotos en cuanto a poderes y habilidades un autor ha de saber usarlos porque podría acabar perjudicando a su obra. Se menciona en el artículo el caso de Rei y, si bien es cierto que no soy entusiasta de la nueva trilogía de «Star Wars» esto es más por cómo han manejado la historia y a ciertos personajes, Rei es (al menos para mí) el menor de los «problemas». Pero para esta franquicia preferiría otra entrada y otro comentario.

    Adicionalmente, hay que añadir que estamos viviendo una época en la que parece que todo es «Agenda Política Feminista» (como si antes no hubiese ese tipo de agenda con mensajes de «Cree en ti mismo» o «Tú todo lo puedes; no te esfuerzas lo suficiente» o «Larga vida a los valores de la libertad») y que todo se hace para joder y que joden las franquicias, cuando tienes la fácil opción de no consumir ese producto.

    Al punto al que quiero llegar es que se han juntado dos ideas que combinadas crean detritus en internet: Personajes rotos que pueden estar más o menos bien manejados y la supuesta agenda política. Una de las últimas polémicas fue con la serie de Netflix «Masters of the Universe: Revelations». Francamente, si nunca te atrajo la franquicia de Mattel, me parece bien, pero poner a esta serie de basura y alabar la de Filmation de los 80s es del género bobo; parece que la gente quiere quedarse estancada en las franquicia y no explorar las posibilidades que ofrece esta franquicia. Y ya confieso que a mí la serie me gustó mucho.

    Y ahora, como opinión puramente personal, daré personajes que, a mi parecer, funcionan muy bien o muy mal como «Mary Sue» o «Gary Stu». Allá voy:

    – Mary Sue que funciona bien:

    Lara Croft en los 6 primeros videojuegos de «Tomb Raider»: Ella era la protagonista «puta ama», indiscutible como arqueóloga y luchadora y funciona bien en su contexto. Y hasta en el cuarto videojuego se ven consecuencias de su conducta muchas veces osada e inconsciente y cómo tiene que percatarse de ello y revertir la situación.

    Haruka, de «Sailor Moon Super»: Es una chica que rompe con convenciones del género femenino, es una de la Sailor Scouts más fuertes y tiene sus confrontaciones con Usagi (Sailor Moon) por cómo afrontar ciertas situaciones. Forma parte del elenco protagonista en esa tercera temporada hasta el final de la serie y tiene su dosis de co-protagonismo para desarrollarla en condiciones.

    – Mary Sue que no funciona bien:

    Teela en la primera parte de la temporada de «Masters of the Universe: Revelations»; sí, es una chica fuerte y aguerrida pero que sea de superar casi cualquier obstáculo sin problema y su falta de perspectiva con respecto a lo acontecido con Adam/He-Man en el primer episodio me resulta difícil de tragar. Por fortuna para mí en la segunda temporada arreglan su arco y funciona a de maravilla.

    – Gary Stu que funciona bien:

    Ikki: El santo de bronce de Fénix de «Saint Seiya» es un personaje roto pero que cuenta con un bagaje atrás que hace que se justifique bastante bien su nivel de poder; además, sus apariciones suelen ser limitadas pero cuando sale es una gozada. Es posiblemente el más fuerte del quinteto protagonista de la franquicia creada por Kurumada.

    Gary Stu que no funciona bien:

    Kirito: De «SAO». ¿De verdad tengo que explicarlo? Jajaja.

    Un saludo y espero volver a comentar en esta página en breves.

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