Hay conceptos muy locos que, cuando se anuncian, son la comidilla de las redes sociales durante varios días. Es un truco tan clásico de la publicidad que no debería sorprendernos a estas alturas, pero lo sigue haciendo de todas maneras. No nos estamos refiriendo a tráileres de series o películas esperadas por el público, como el reciente retorno de Panty & Stocking, sino de anuncios que presentan un concepto que sin duda se podría tildar de sorprendente, como aquella lejana revelación de Cars 3 en la que veíamos a Rayo McQueen sufrir un accidente aparentemente mortal a una muy buena definición. Todo esto nos conduce a Suicide Squad Isekai, cuyo anuncio llegó en julio de 2023 y que hemos podido ver este año como serie original de Max. El alocado concepto de ver a Harley Quinn en un mundo de fantasía con este estilo de animación sin duda fue un buen reclamo, pero… Quizás es todo lo que tenga que ofrecer. Hoy vamos a analizarla para vosotros.
Suicide Squad Isekai fue presentada por la división japonesa de Warner Bros y producida por Wit Studio, con Eri Osada como directora y Tappei Nagatsuki —Re: Zero— como guionista principal. Esta obra es una aventura original basada en los cómics de El escuadrón suicida, publicados por la editorial de cómics DC, conocida mundialmente. Estos tebeos nos presentan a varios supervillanos recurrentes de la editorial, colaborando con el gobierno a cambio de reducir sus condenas penales tras ser detenidos. Han aparecido en otros medios además de los cómics y tenemos ejemplos tan notorios como la película de 2021 dirigida por James Gunn o un videojuego bajo el subtítulo Kill the Justice League.
El argumento de Suicide Squad Isekai es tal como os lo podríais imaginar leyendo el título. Un grupo de supervillanos, con la notoria Harley Quinn a la cabeza, son enviados a otro mundo por Amanda Waller, directora de la agencia gubernamental A.R.G.U.S. para hacer un reconocimiento de esta dimensión y poder expropiar sus recursos. En este páramo se encontrarán con criaturas fantásticas, distintas facciones de seres mágicos y un reino en descontrol que ha de ser salvado por unos héroes. Es decir, la experiencia «viaje a otro mundo» —de cuyo auge ya os hemos hablado en esta web— solo que esta vez mandamos al Escuadrón suicida, un grupo de personajes conflictivos y destructivos que pondrán patas arriba este lugar. O esa era la idea, ya que la serie nos presenta una idea ambiciosa ejecutada sin sabor ni gracia alguna.
Si debemos empezar por algún lado, sería por el susodicho Escuadrón Suicida. Del gran elenco de personajes que puedes escoger entre los supervillanos de DC, no eligieron mal. Tienes a caras muy reconocidas dentro de este repertorio: Harley Quinn, Killshot, Cara de Barro, Rey Tiburón y El Pacificador. Sin embargo, el uso de estos personajes durante estos 10 episodios es vacío y reaccionario. Harley Quinn es quién llevará la voz cantante pero su desarrollo se basa únicamente en conocer personas en este mundo, sin llevarla a ninguna clase de arco de personaje. Cara de Barro aporta el alivio cómico, pero su repertorio de chistes son simples metacomentarios sobre el concepto de los isekai y el encontrarse en otros mundos. Efectivamente, este humor envejece demasiado rápido. Para rematar, Rey Tiburón y El Pacificador directamente son relegados a un segundo plano, es decir, están ahí para rellenar escenas de combate y para encabezar alguna ocurrencia ocasional. Pueden ser graciosos en alguna que otra ocasión, pero podrías borrarlos de la ecuación que es esta serie y no pasaría absolutamente nada. De hecho, El Pacificador parece estar presente solo para justificar soluciones rápidas a conflictos banales y es una pena, pues este personaje puede dar mucho juego a cualquier historia en la que esté, hecho que se ha probado con otras obras en las que aparece.

A través del último miembro a mencionar, Killshot, podemos resaltar otro problema argumental de Suicide Squad Isekai, que viene a ser la falta de identidad propia a la hora de desarrollar sus episodios. En una de sus primeras misiones, el escuadrón ha de hacer frente a otro supervillano que ha acabado en este mundo, El Cazador de Ratas. En esta confrontación, se nos presenta una curiosa subtrama entre Killshot y el Cazador, con un toque descarado, que desarrolla a este primer personaje. El problema sería que este es el único momento en toda la serie en la que vemos un atisbo de este tipo de dirección, nada más. Aquí se puede evidenciar los problemas de guion al intentar lanzar al aire varias tramas que luego no llegan a ningún lado.
Este problema también se repercute en el mundo en el que nuestros héroes se encuentran. Al presentarnos un continente totalmente nuevo, conocemos sus conflictos y su caos descontrolado. Podemos dilucidar esto principalmente a través de la princesa del reino, Fione, y en el principal caballero de la corte, Cecil. En su descontento y sus reacciones se puede ver el sufrimiento de este reino y cómo estos irán comenzando a sospechar de la Reina y sus frías decisiones. Pero el quid de la cuestión está en que esto no se profundiza lo suficiente ni se dedica el suficiente tiempo a ello como para que el espectador empatice con los personajes. Todas estas elecciones de guion a medio cocer hacen que la sucesión de acciones se queden como una predecible historia de antihéroes causando rebelión en un mundo vacío, con una resolución formularia y carente de emoción.
En definitiva, la serie nos presenta unos personajes cuya utilidad es pobre, un mundo que no merece la pena explorar y unos conflictos que se resuelven de manera predecible y sin chispa alguna. La cosa es que tampoco podríamos tildar a este anime de atrocidad. La acción es decente, la comedia tiene algunos puntos muy buenos y otros aspectos, como la banda sonora, cumplen muy bien su función. Esto hace que situemos este anime en el limbo de la mediocridad, pues es lo bastante sosa como para considerarse buena y lo suficientemente decente como para no ser horrible. Pero, como sabemos, las obras buenas y las obras horribles son mencionadas y recordadas, mientras que las mediocres no.
Cuando Suicide Squad Isekai fue anunciada, las redes sociales se pusieron patas arriba, tanto positiva como negativamente. Una vez salió el anime y vistos sus primeros capítulos, la gente lo fue dejando de lado y apenas se ha hablado de él. Su recepción ha sido mixta y, aunque el final del anime nos prepara la situación para una segunda temporada, incierto es el posible lanzamiento de esta. Y lo que podemos asumir de todo esto es que esta obra es todo humos y espejos, un reclamo por concepto y un resultado vacío.

Pensadlo de la siguiente forma: coges una franquicia popular como El Escuadrón Suicida. Creas una temática que, sobre el papel, impresione con decir solo una frase: «Pones a Harley Quinn y compañía en un mundo de fantasía a hacer locuras». Te esfuerzas en presentar este mundo mediante sus tráileres, pues así obtienes recepción suficiente como para crear reclamo de gente que venga a contratar tu servicio de streaming. Ahora bien, ¿qué hacemos con el anime en sí? No hay nada por lo que preocuparse, contratas a un equipo de gente que ha trabajado en este tipo de historias, creas un argumento sencillo en el que la gracia está en el concepto del anime en sí y ya estaríamos, ¡éxito garantizado! Pues se ve que la cosa no es tan sencilla.
La idea de poner a un grupo de personajes conocidos en un estilo y argumentos distintos a los que están acostumbrados es buena. Pero una cosa es la teoría y otra la ejecución y, en este caso, estamos ante una de las obras más insípidas de 2024. Si no oíste hablar de Suicide Squad Isekai por los tráileres, es posible que esta reseña te haya pillado por sorpresa y es normal. No recomendamos su visionado a no ser que realmente tengas curiosidad. El primer episodio desde luego te presenta todo lo que irás viendo, para el que quiera tantear, y luego la decisión es de cada cual.
Sin embargo, no queremos terminar este análisis con un mal sabor de boca. Ya que hemos tratado una insípida historia de superhéroes y villanos, lo mejor es que os traigamos un contraste con una serie de recomendaciones muy interesantes y, sobre todo, entretenidas. Porque nada superará jamás a una historia nacida desde la pasión y del deseo de mostrar al mundo una narrativa que transmita emociones diversas y estimulantes.