En este mundo, toda opinión surgida desde el respeto debería ser válida. Si algo te gusta, te encanta, te horroriza o te rompe por dentro, esto debería ser algo que puedas compartir sin problema con el mundo entero. Sin embargo, el carácter público de la crítica implica que lo que se dice va a tener ciertas repercusiones, ya sea en poca o gran medida, de forma individual o colectiva —esto es, si acaba derivando en la opinión generalizada que se tiene de algo—. Aunque el lado más negativo de las críticas suele estar en su parte destructiva o hiriente, hoy vamos a abordar un aspecto que quizás no es tan inmediatamente alarmante pero que, mal practicado, puede llegar a dar ideas equivocadas a los demás e incluso trastocar la imagen de la obra que se trate. Es decir, hablaremos de la crítica que se basa exclusivamente en la ausencia de ciertos elementos, más que en los que están presentes.
No obstante, primero tendríamos que arrojar algo de luz a este fenómeno ejemplificándolo. A su vez, debemos establecer algunos límites, pues este es un tema algo delicado en cuestión de sus parámetros, es decir, lo que puede abarcar. Por poner un ejemplo, en la saga The Legend of Zelda hemos observado el cambio constante en su gameplay durante la última década, con títulos como Breath of the Wild. Una de las críticas más sonadas a estas entregas recientes es la omisión de los elementos más clásicos de su fórmula, entre los que cabría destacar la ruptura de la progresión lineal.
Pues bien, lo que queremos comentar no está en la crítica de este elemento en sí, sino en el tono o la relevancia que se le da a este tipo de comentarios tan reduccionistas, que son tan fáciles de hacer desde fuera del respeto. Son incluso capaces de ensombrecer los méritos de una obra, por el solo hecho de no incluir un elemento en concreto o por la ausencia total de este, pese a no ser ni la intención de los autores ni haberlo prometido.

Antes mencionamos que deberíamos sentar unos límites pues, evidentemente, que una obra no incluya un elemento puede ser también objeto de crítica y la ausencia de este puede tener una repercusión negativa. Muestra de ello serían las elecciones de personajes en los elencos de los juegos de lucha —hacemos énfasis en los títulos como Smash Bros. o Tekken, cuyas discusiones sobre personajes potenciales es más sonada—. Que no incluyan a tu luchador favorito o a uno muy solicitado por la comunidad, razonablemente, puede resultar un poco decepcionante. Y por supuesto, si el motivo de la ausencia del personaje o elemento deseado está rodeado de cierta irracionalidad —véase, Persona 3 Reload se presentaba a sí mismo como la versión definitiva del clásico de PS2 y, aun así, no incorpora el contenido de la versión Portable—, sí que debería hacerse eco del descontento con ello. Pero, ¿qué ocurre cuando la crítica hacia esta ausencia desprestigia el título o se hace de forma únicamente despectiva? Esto es lo que queremos apuntalar como negativo. Estamos totalmente en contra de que estos casos lleguen a los peores escenarios, como insultos o amenazas graves a los creadores.

/ ©Nintendo
Como dijimos al principio, el respeto es ley. Otro aspecto tóxico de este estilo de críticas omisivas es que, valga la redundancia, omiten la obra en sí. Con esto queremos decir que, aunque un juego al que querías jugar no incluya un modo de juego o un elemento adicional que querías, este no va a ser necesaria o automáticamente un mal título, ni mucho menos. No obviamos, por supuesto, que al final la elección de querer jugar, ver o leer algo es del propio consumidor pero también es cierto que, idealmente, tenemos que medir responsablemente nuestras expectativas y evitar los cinismos si no queremos privarnos de obras que, de formas inesperadas, todavía son capaces de sorprendernos muy gratamente. Como se suele decir, no puedes dejar que los árboles —o la ausencia de estos, en este caso— no te dejen ver el bosque.
A fin de cuentas, un texto como los que podemos hacer nosotros no os va a dar órdenes sobre cómo valorar o criticar algo. No obstante, con estos párrafos hemos querido ilustrar brevemente que hay bastantes más casos de los que creéis en los que una crítica, el decir que un título es peor porque «falta X» o «debería haber habido Y», se puede abordar de una forma inocua y meritoria. Es más, los casos que os hemos estado mencionando a veces ni siquiera tienen la profundidad como para consistir en un feedback completo, de modo que se quedan en una superficialidad que puede llegar a la toxicidad. En esta misma web, hemos cimentado opiniones en base a multitud de artículos en los que os animamos a dar una oportunidad a obras imperfectas o a no valorar la ausencia de algo inmediatamente como un error. Cada caso es un mundo y merece una comprensión y un análisis individualizado y justo. Porque, quién sabe, igual el motivo es que el título está jugando contigo.
La próxima vez que quieras emitir un juicio sobre un título y uno de tus argumentos sea »me parece mal que X cosa no aparezca», piensa en qué quieres decir con eso. Intenta no ser cruel, condescendiente o quitarle valor a un título. Si el capítulo de esta semana de tu manga favorito ha sido de una calidad excelente, que la ausencia de cierta interacción no lo convierta en «el peor episodio de la historia». Puede sonar absurdo pero, tristemente, esta negatividad excesiva anega multitud de conversaciones de una forma excesiva y precisamente el hartazgo a la hora de ver estas situaciones es lo que ha motivado la creación de este artículo. Por favor, sed justos. Con las obras, con quienes os leen y con vosotros mismos.