«Me tiño cada semana y media, acostúmbrate».
Con esta frase, Ramona Flowers se quedó en el subconsciente colectivo como aquella chica peculiar, misteriosa e impredecible, con una estética alternativa de la que su color de pelo era su principal símbolo. Si bien durante toda la duración del cómic, la película y el videojuego no se ha visto en ninguna ocasión dicho acto, en el reciente anime de Scott Pilgrim da el salto este forma parte de muchos de los episodios, pues sigue inmediatamente a la secuencia de apertura. Si la lectura de dicho anime es meramente superficial puede pensarse que simplemente se reutilizó metraje para rellenar, pero esto no puede distanciarse más de la realidad.
Este ritual es una forma de introducir un cambio gigantesco y gráfico respecto a la concepción que el público general extrajo del personaje en sus apariciones previas, donde este hecho se limitaba a una simple curiosidad que reforzaba la imagen de manic pixie dream girl. El recurso no se siente artificial en absoluto, pues usa esa imagen que ya estaba implantada en el subconsciente de los fans de la franquicia para darle una vuelta de tuerca y darle un significado —a la vez que respeta ese estereotipo de «pelo nuevo, vida nueva»—.
Cada vez que Ramona se tiñe el pelo, se le da una pista visual al público de cómo está progresando el personaje; el arcoíris de colores entre su icónico cabello inicial magenta con puntas azul eléctrico hasta su pelo rubio con puntas azul celeste del capítulo final, cada uno con un significado directamente relacionado con una etapa de la maduración y de su evolución interna respecto a todos los problemas del pasado que la persiguen. No es casualidad que su color más «artificial» sea el usado al inicio del anime, cuando pretendía huir de su pasado, mostrar una imagen artificial y en cierto modo falsa de ella misma; no es casualidad que la primera vez en la que se enfrenta al primer ex su pelo sea rojo con puntas amarillas, siendo uno de los enfrentamientos más físicos, donde podemos ver por primera vez a la Ramona real y el único entre dos mujeres; no es casualidad que, en el episodio final, el ritual dure menos de lo esperado, porque su pelo vuelve a ser su rubio natural y solo conserva las puntas teñidas de azul cielo, mostrando que finalmente se aceptó a sí misma y que vuelve a un estado de calma.

El uso de los colores para mostrar arquetipos de personajes o evolución de los mismos no es un recurso que inventase Scott Pilgrim, sino que viene desde los orígenes de la ficción y de la creación visual. A su vez, este uso es un arma de doble filo. Utilizar el código visual para introducir ideas en el subconsciente del público es bastante útil, pero puede ser peligroso en el momento en el que la psicología del color cambia, y puede tener significados tanto negativos como positivos, dependiendo de la cultura que lo percibe o del contexto en el que se usa.
Buscar un color con un significado universal es virtualmente imposible pues, por ejemplo, tanto un español como un japonés verían el rojo como color representativo de su país —en el país del sol naciente se percibe el sol como algo rojo, imagen potenciada por su propia bandera—. A su vez, este color en la península ibérica está relacionado con la masculinidad más tradicional, mientras que en Japón se percibe como un color totalmente femenino, dado que es el color usado tradicionalmente por las sacerdotisas en los templos más tradicionales y el color de la diosa Amaterasu, diosa del sol. De hecho, esta concepción puede reflejarse en productos de todo tipo en este país: no es casualidad que Carrefour, multinacional que cuida al máximo su imagen comercial en todos los países, intentase aventurarse en la isla nipona con un anuncio protagonizado por dos mujeres vestidas de rojo.
Otro color con bastantes interpretaciones es el blanco. Este ni siquiera es un tono propio, sino más bien es la ausencia de otros tonos. Debido a este hecho, puede percibirse como un color puro e inocente, sin malicia ni maldad, que usan los personajes más inocentes, bendecidos por los dioses o que nunca han sido mancillados por nada ni nadie. Sin embargo, muchas veces se ha usado con el fin opuesto, siendo este color un indicio de algo artificial, no natural o incluso demoníaco, al igual que el hecho de que algo esté desprovisto de color. En numerosos videojuegos o animes, se puede establecer una relación directa entre la persona con cabello blanco y un fenómeno supernatural. De esta forma, en un mismo color pueden llegar a comprenderse dos ideas totalmente opuestas, como son lo sagrado y lo maldito.

Toda esta información puede recordar a análisis informales en los que se relaciona directamente a personajes de un cierto color y longitud de cabello con un arquetipo de personaje. Si bien en algunos casos dicha relación es cierta, es más bien la consecuencia de un objetivo buscado por diseñadores de personajes, quienes buscan ajustar la estética de sus creaciones a lo que la sociedad espera y que no choque diametralmente con las ideas preconcebidas del público —pues una mala decisión de diseño puede afectar directamente a la aceptación y, consecuentemente, a las ventas de un producto—. Con todo, puede que estos colores sean simplemente una decisión de moda y solamente busquen decirnos que a esa persona le gusta el rojo.
Buscar significados en todo puede ser divertido e inducir a hipótesis muy interesantes sobre el carácter, pasado o desarrollo de un personaje. Sin embargo, no hay que olvidarse que estos colores pueden significar para el creador algo completamente diferente que para la cultura que consume sus productos, por lo que no se deberían hacer afirmaciones categóricas solo basándose en estas pistas. Si Ramona Flowers solo se tiñese el pelo pero continuase comportándose como el primer episodio, simplemente se trataría de un acto vacío e insignificante; es el contenido del propio anime lo que refuerza la hipótesis de que el color del que se tiñe significa algo y, de esta forma, el código visual y el argumento se retroalimentan.
Por lo tanto, al ver un producto diseñado, debemos ser consciente de todo lo que hay por detrás. La estética de los personajes puede estar medida al milímetro y un cambio mínimo puede significar que algo ha sucedido… o no. Es como en la vida diaria. Puede que alguien haya decidido cambiarse el color de cabello porque le ha dado el archiconocido «mental breakdown». O puede que no y simplemente haya visto que ese tinte estaba de oferta. Lo que realmente puede señalar que hubo algún cambio significativo detrás de ese cambio de cabello es su conducta o sus hábitos. De esta forma, y como conclusión al artículo, no se debería juzgar el estado o la persona de alguien por algo tan simple como su estética o el color de su pelo. Lo realmente importante es el comportamiento de esa persona, sus acciones y sus sentimientos reales, por lo que la sociedad debería prestarle algo más de atención al contenido y no tanto al continente.
solo vine buscando imágenes para referencias de color para mi pelo, pero terminé encontrando oro.
Me gusto mucho el análisis sobre Ramona y su acción de pintarse el pelo
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En conclusión, si los escritores no son flojos se usan todos los recursos posibles para mostrar como avanza una trama y sus personajes. Es una lastima que muchas veces las cosas solo se hagan por moda. ¡Saludos!
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