Los gatos son uno de esos animales que solemos asociar a Japón. Quizás no sabemos la razón exacta, pero es una imagen que se nos suele venir a la cabeza, junto con otras como el anime, el manga, los cerezos o el ramen. Puede que se deba a la cultura popular japonesa, donde podemos encontrar gatos famosos, como Doraemon, Hello Kitty o Luna, la gata que acompaña a Usagi en Sailor Moon. Por otro lado, en ámbitos como la literatura podemos encontrar relatos que se centran en estos animales, como Soy un gato, de Natsume Soseki o El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide, entre otros. También se tienen leyendas de criaturas con forma de este felino, como el Bakeneko, que devora a personas humanas y puede transformarse en ellas o el Kasha, una criatura que roba cadáveres de los cementerios. Aún así, probablemente uno de los elementos más conocidos de Japón es la escultura y figura del Maneki neko.
El Maneki neko es una escultura de un gato, generalmente de color blanco —que se considera el color de la buena suerte, aunque se puede encontrar en otros colores, cada uno con un significado— que se coloca en una habitación ya que se dice que trae éxito o fortuna a quién la posea. En las representaciones, además, este felino suele portar una gran moneda de oro, conocida como koban, que es una antigua moneda que se utilizaba en la era Edo. El nombre consta de dos palabras, maneki, que viene del verbo maneku, que significa invitar —esto se debe a que esta figura hace un gesto con la mano, como si de verdad nos estuviera extendiendo una invitación— y de neko, que significa gato. Así, maneki neko vendría a significar el gato que invita.

Otro de los detalles característicos de este gato es que suele portar un collar rojo. Se dice que esto se debe a que es una referencia al Libro de la almohada, de Sei Shōnagon, famosa escritora del periodo Heian. En un pasaje de este libro, se nos describe a un gato blanco arrastrando una correa roja, de ahí que se decidiera poner el collar a esta escultura.
Existen diversas leyendas en torno a esta figura y el por qué de su gesto. Una de las más populares cuenta que, en el siglo XVII en el templo Gotokuji, situado en Setagaya, Tokio, vivía un monje con su gata, llamada Tama. El templo se encontraba en muy mal estado, debido a que no había fondos para remodelarlo. Un día, un samurái llegó a los alrededores del templo y cerca de éste vio un gran árbol, bajo el cual decidió parar a descansar. De repente, empezó una gran tormenta eléctrica y el hombre se sobresaltó, pero se quedó refugiado bajo el árbol, esperando a que la tormenta amainara. Mientras esperaba, vio a un gato que hacía un gesto con la pata, como si le estuviera invitándole a que entrara al templo. El samurái decidió ir al interior del edificio, y, justo cuando llegó a éste, un rayo cayó en el árbol donde se encontraba momentos antes. Pensando que aquello era una señal divina, el guerrero, en agradecimiento, decidió donar una gran cantidad de dinero al templo, gracias al cual se pudieron arreglar los desperfectos. En la actualidad, muches visitantes van al templo a dejar como ofrenda un Maneki neko a un dios o Buda, puesto que se tiene la creencia de que al hacer esto, se cumplirán tus deseos y tendrás una buena fortuna.

Otra leyenda cuenta que había una cortesana, de nombre Ugutsumo, que tenía como mascota a un gato, al cual adoraba. Una noche, el animal comenzó a jugar con el kimono de Ugutsumo. La mujer intentó que el felino parara, sin éxito. De repente, apareció el propietario del lugar donde ella trabajaba y vio la situación. Pensando que el gato estaba embrujado, el dueño le cortó la cabeza, que salió volando al techo y por casualidad impactó contra una serpiente que parecía que iba a atacarles, matándola. Ugutsumo quedó desolada por la muerte de su gato, y, para animarla, uno de sus clientes le regaló una escultura de madera a semejanza de su fallecida mascota. Ésta sería lo que se conocería a partir de ese momento como Maneki neko.
Sea como fuere, esta figura es ahora un elemento característico de la cultura japonesa y que se pueden encontrar en numerosos lugares, por ejemplo, tenemos a Meowth criatura de la franquicia Pokémon, que es precisamente un gato que porta un koban en la frente y hace referencia a esta escultura . Sin embargo, no es lo único en el que se puede ver una relación entre los gatos y los koban, las monedas de oro mencionadas anteriormente.
En la lengua japonesa, al igual que cualquier idioma, se pueden encontrar expresiones o proverbios —denominados kotowaza— en japonés, y, obviamente, los animales se usan para crear numerosas de estas expresiones y evidentemente, el gato es uno de ellos. Al igual que en español podemos encontrar expresiones que usan este felino, como, por ejemplo, dar gato por liebre, en japonés hay una en concreto que es muy popular, que es neko ni koban. Este dicho, que significa literalmente darle un koban a un gato, expresa cuan inútil es darle a alguien algo y que esta persona no sea capaz de apreciar el valor que este objeto tiene, al igual que un gato no sabe que una moneda de oro se tiene en alta estima, aunque el maneki neko porte una orgullosamente.

En cualquier caso, no podemos negar que los gatos y Japón tienen una relación muy estrecha y es que es un animal que suele ser apreciado, como se puede ver en la gran popularidad de los cafeterías en las que hay gatos que les clientes pueden acariciar, e incluso jugar con ellos. La próxima vez que veas una película, leas un manga, juegues a un juego, etc. que provenga del país nipón, presta atención a ver si aparece un gato o un elemento relacionado con éste y podrás darte cuenta de la gran cantidad de productos culturales donde podemos encontrar la presencia de este animal, aunque en un principio puedan pasar desapercibidos.
Los gatos animales místicos y fascinantes. Es interesante como a través de las creencias sintoístas y culturales japonesas se tejen historias alrededor de los gatos. 🤗
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