La letra en el medio: tipografía y tono

Más de una vez, alguien ha podido estar jugando a Jackbox con amigos, comprando condimentos de Hacendado o viendo un tweet de Estopa celebrar el concepto de «Juernes» y decirse para sí mismo: «Anda, pero si es el mismo tipo de letra que la de los Yakuza». Su nombre es Edo SZ, fuente de licencia gratuita diseñada por Vic Fieger y una victoria tipográfica de Ryu Ga Gotoku Studio, haciendo que suela ir de la mano con su franquicia por asociación.

Despacito y buena letra, nunca mejor dicho, es una expresión muy aplicable a la importancia que la tipografía juega en todos los medios visuales, desde diálogos a interfaces pasando por logos, capaz de transmitir tono, énfasis y ritmo. Un buen uso de la misma es una herramienta poderosísima a la hora de entrar bien por los ojos del espectador y permanecer ahí, dándole claridad y contexto a lo que está leyendo.

¿Habéis oído hablar del efecto Bouba/Kiki? —¡A Kotaro Uchikoshi le encanta!— Si la respuesta es no, fue la versión actual de un experimento psicológico en el que se les presentó a varias personas una forma puntiaguda y una redondeada para después preguntarles: «¿Cuál es Bouba y cuál es Kiki?». Con una arrolladora mayoría del 95-98% asociando Kiki a la puntiaguda y Bouba a la redondeada. De algún modo, nuestra mente asocia las formas a los sonidos, y extrapolando esto a la tipografía, leer una fuente que emplee formas curvas transmitirá un tono mucho menos estridente o serio que una fuente con remates, puntiaguda como ella sola. Poniendo de ejemplo a dos famosos esqueletos: en Mundodisco, la Muerte habla no solo en Times New Roman, sino también en mayúsculas, ¿por qué? Porque tiene presencia. Si la comparamos con el relajado Sans, de Undertale, más allá del juego de palabras que es su nombre, la Comic Sans es una fuente circular, desenfadada y que le viene al personaje como anillo al dedo, letra y tono van de la mano.

«Tarjeta de negocios» contra «Fiesta de cumpleaños»

En el terreno de los videojuegos, existe un compromiso con la accesibilidad a la hora de elegir fuentes, tamaños e incluso idiomas, no es sino un dolor de cabeza localizar un juego al español cuando una de las fuentes que usa no tiene eñes, signos frontales de interrogación y exclamación y puntuación similar propia del español. Además de los propios ajustes que facilitan su legibilidad —ejemplos como Echo Night, juego de From Software para la Playstation 1, que permitía cambiar la fuente por otras en sus opciones—, ajuste de tamaño, sombra de fondo, borde… Si bien no es tan importante en un juego de acción como puede serlo en una novela visual, va a seguir siendo el principal medio de transmitir información importante al jugador.

Afortunadamente, muchas familias de fuentes vienen preparadas para uso universal gracias a estar creadas con su internacionalización en mente, un ejemplo de esto son los packs y licencias de pago que varías compañías tipográficas emplean para permitir el uso de su trabajo. ¿Alguna vez os habéis fijado en como Xenoblade Chronicles, Metal Gear Solid V y Devil May Cry 5 usan el mismo tipo de letra para sus subtítulos? Esta fuente se llama New Cinema A y es una de las muchas fuentes que la compañía japonesa Fontworks ha creado para uso comercial. Con un poco de investigación puedes ver su trabajo tipográfico tanto en juegos como anime, acompañado del nombre de las mismas fuentes empleadas.

Bien podría decirse que esta fuente «es cine» / ©Capcom / ©Konami / ©Monolith Soft

En un contexto más asociado al anime, nos desprendemos de la idea de interfaz y abrazamos todavía más la idea de tono y ritmo. Durante un discurso, ¿cuándo creamos la separación entre subtítulos? Más texto en pantalla aporta más diálogo traducido, pero quizás hace más tosco el ritmo. Menos texto en pantalla hace el ritmo de lectura más dinámico y quizás viene mejor para un diálogo conciso y enérgico. Otro factor a tener en cuenta es el de onomatopeyas y texto de fondo, ya que para cuadrar esto bien se puede tomar la tradicional vía de subtitularlo como diálogo o ir más allá y cuadrarlo en color y posición con el propio vídeo, aunque a veces en lo segundo se peque de sacrificar legibilidad por el estilo de subtitularlo. Aquí también entra muy en juego la legibilidad de los subtítulos, elegir la fuente, color de la misma, el uso de cursiva para el énfasis, tamaño, borde o sombra proyectada y más factores que denominan, junto a la traducción, cómo de sustancioso puede ser el subtitulado.

El manga, debido a su formato estático, tiene un acercamiento mucho más distinto que el movimiento constante con el que el anime nos presenta, teniendo muy en cuenta el typesetting, la acción de localizar el texto dentro de los bocadillos de una manera centrada y distribuido en líneas equilibradas dentro de los mismos. Otra diferencia respecto a su contraparte animada es la falta de sonido, es esto lo que permite el uso de tipografías distintas según el tono que se busque. ¿Contundente? Letras mayúsculas y de gran tamaño. ¿Aterrador? Letras que simulen sangre. ¿Susurrante? Letras finas, en un tamaño reducido pero legible, etc. Todo esto aplicándose también a las onomatopeyas y al texto integrado en la propia escena.

El marcado estilo visual nunca debería dejar de lado acreditar las fuentes tipográficas /©SHAFT

Ir reconociendo fuentes produce un extraño tipo de satisfacción. Piensas en la de juegos, películas, series, libros que han dependido del texto y nunca paras de contar. El mundo de las letras es un primor, ya sea con tipografía o letras hechas a mano para un logo y nada más. Merece la pena bucear en el mundo de las mismas y reflexionar sobre que decisiones de diseño llevan a un tipo de letra o cómo entra en relación con una obra la estética de su logo, entre muchas otras preguntas que alguien puede plantearse. Ante el poder de la tipografía, yo me arrodillo, enfrente de ella, al pie de la letra.

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