Nuestras BSOs de videojuegos favoritas

No es inusual el debate en foros y redes sociales sobre si el apartado visual de un videojuego es más importante que su historia, o si es su jugabilidad la característica que más puede pesar. Discusiones holistas o reduccionistas al margen, a veces se tiende a olvidar a las bandas sonoras, cuando son un argumento tan fuerte como cualquier otro en favor del videojuego al que representan. Una mala selección de composiciones puede lastrar el título que estemos jugando, pero una buena lista de canciones lo puede elevar a los cielos —Tony Hawk’s Pro Skater 2 es buena e inesperada prueba de ello—. Por tanto, en Futoi Karasu nos hemos reunido, una vez más, para ofreceros algunas de las bandas sonoras videojueguiles favoritas de nuestra plantilla.

Leiachansan

The House in Fata Morgana — Varios artistas

No mentiríamos si dijésemos que las canciones de The House in Fata Morgana son uno de los principales atractivos de la novela visual. Al iniciar mismamente el juego se nos recomienda usar auriculares durante la lectura para disfrutar al máximo los diferentes tracks. Y ya no solo eso, en un juego en el los personajes no están interpretados por ningún actor de voz, la música de fondo toma un papel crucial a la hora de referirnos al apartado sonoro de la misma. Las diferentes canciones incluyen una cantidad considerable de melodías con letras, para más inri, en portugués. Desde luego no estamos acostumbrados a que juegos de origen japonés utilicen idiomas que no sean el propio o el inglés para sus bandas sonoras. Incluso a la hora de elegir una lengua de orígenes indoeuropeos se suele seleccionar el latín debido a su estatus cultural y su concepto como una lengua clásica y mistificada. Sin embargo, el uso del portugués le otorga a la OST una personalidad propia indiscutible, que se mezcla talentosamente con la sensación que quiere producirnos cada parte. Y es que el evocar sentimientos es otro de los puntos fuertes de esta. Los temas varían desde músicas alegres y calmadas hasta sonidos de apremio y extremo horror. Tampoco penséis que la existencia de canciones con letra durante todo el juego se hace repetitivo, la manera en la que han conseguido integrarlas y repartirlas a lo largo de la narrativa no más hace que cada vez que una de estas canciones aparezca la reconozcamos con gusto y no nos cansemos de escucharlas.

Lambo

Mario & Luigi — Yoko Shinomura

La saga Mario & Luigi es una de las series dentro de las aventuras del fontanero bigotudo más recordadas por muchos. Desde Superstar Saga hasta Paper Jam, no hay duda que este giro a las peripecias de los hermanos es un deleite divertido y frenético. Y por supuesto, su banda sonora ayuda muchísimo. De la mano de la increíble compositora, Yoko Shimomura, nos trae consigo unas desenfrenadas pero a la vez frenéticas piezas como Come on, again! de Superstar Saga o Grizzly Dessert en Partners in Time. Yoko supo crear la armonía perfecta entre su estilo y el que siempre ha caracterizado al de la saga Mario. El resultado ha sido una fusión entre lo épico y lo jovial, dando un toque muy único a la subfranquicia. Uno podría asociar estas piezas a los días más soleados y activos, ¿verdad? Es lo que siempre me ha transmitido la música en esta saga y, aunque por desgracia no lo vaya a volver a hacer, queda en el recuerdo.

Y esto resuelve un misterio dentro de Mario & Luigi: Superstar Saga. ¿Por qué Mario y Luigi siempre están bailando en los combates? Porque están escuchando la banda sonora de su propia aventura. Por eso mismo.

PyroBTyping

Metal Gear Rising — Jamie Christopherson

Las mil gracias de esta banda sonora ya han sido cantadas durante años, pero es que nunca es suficiente. La intensidad, esa sensación de venirse arriba con el juego sabiendo exactamente en qué punto de las peleas introducir la letra, la cual habla de cada uno de los personajes más allá de lo que la historia del juego deja ver. Es una música pensada para venirse arriba y anda que sí lo logra. Y con sobresaliente.

Flower, Sun and Rain — Masafumi Takada y Shingo Yasumoto

Aunque por desgracia nos llegaría traducida solo la versión de DS con la música comprimida — y, aun así con un cierto encanto— la versión original de Playstation 2 nos trae a un Masafumi Takada y Shingo Yasumoto no solo con unas canciones propias que, como suelen ser en una banda sonora en la que está envuelto Takada, son muy buenas, sino además varias reinterpretaciones en su estilo de música clásica de Debussy, Gershwin o Scott Joplin que nos transportan al paraíso tropical de Lospass con estos giros a la música tradicional que tan agradables se hacen de escuchar.

Persona 3 — Shoji Meguro

Además de ser muy buena de por sí, tengo cierta historia personal con este juego y su banda sonora ocupó gran parte de mi tiempo escuchando música. El ambiente que transmite, alejado de sus descendientes en la saga, hacia un aire más cercano al hip-hop le sienta muy bien al ambiente del juego gracias a la aportación de Lotus Juice. No había día en el que no escuchara, por lo menos una vez cada poco tiempo, When the Moon’s Reaching Out Stars, o pequeños detalles que a día de hoy me desgarran el corazón con, por ejemplo, varias rendiciones de la misma canción conforme la trama va avanzando. O directos cambios de canción asignada a algo por otra distinta. La banda sonora de Persona 3 es un piso compartido entre mi cabeza y mi corazón.

Hachedehelp

Chrono Cross — Yasunori Mitsuda

El bueno de Mitsuda había dado muestras de su talento con sus primeras composiciones para un videojuego en Chrono Trigger —con la inestimable colaboración del maestro Nobuo Uematsu— y, especialmente, Xenogears, pero fue probablemente la banda sonora de Chrono Cross, secuela de su primer trabajo, la que le aupó a unos altares de los que no se ha bajado hasta hoy.  Las melodías, desde esa maravillosa obertura que es Scars of Time, eran delicadas y sostenían un tinte melancólico de manera casi omnipresente, que se adaptaba como un guante a las temáticas que manejaba la trama del videojuego. Mitsuda confía aquí de manera predominante en cuerdas para la composición de la gran mayoría de los temas y, aprovechando el punto de partida conceptual del título respecto a mundos y dimensiones paralelas, establece propuestas espejadas que se asemejan y, a la vez, distancian entre sí, como las dos melodías de la Aldea Arni.

Y el nivel nunca baja, hablemos de The Girl who Stole the Stars o de Prisoners of Fate, entre otras, que demostraron a propios y extraños que ya en los años 90 los videojuegos podían rivalizar en sus bandas sonoras con los dramas más importantes de Hollywood. Mención especial y aparte merece On the Beach of Dreams — Another World, un breve viaje, enigmático y emocional, cuyo violín parece condensar todas y cada una de las intenciones del maestro nipón para con la obra en apenas dos minutos y medio.

Bravely Default — Revo

Pocos se esperaban que el creador de los famosos openings de Shingeki no Kyojin saldría en 2012 de su zona de confort, tan basada hasta entonces en álbumes de rock sinfónico y power metal, para darnos la mejor banda sonora que pudimos escuchar por los pequeños altavoces de nuestra Nintendo 3DS. Sin abandonar del todo la potencia guitarrera —That Person’s Name Is es un cañonazo headbanger de proporciones cósmicas—, el compositor de Tokyo se dedicó a construir un universo sonoro muy especial, que hiciese justicia al rico trasfondo y a la emocionante historia del videojuego al que acompañaría. Hasta los temas ambientales aparentemente pasajeros están minuciosamente cuidados y a lo largo del casi medio centenar de composiciones hay espacio para el heavy metal más cañero, las campanas ominosas, la influencia folk y los pianos delicados.

Que cada personaje tenga su propia melodía, como un leitmotiv, que suena durante sus ataques especiales y que todas ellas se sucedan de golpe a mitad del tema de combate del villano final es absolutamente delicioso. Que el instrumento principal de la pista de Tiz, la flauta, y el de Agnès, el violín, dialoguen alternadamente durante los inicios de Beneath the Hollow Moon para unirse en sintonía conforme avanza la canción, en hermosa representación de cómo los destinos de ambos se entrelazan es, directamente, pura genialidad emocional. Después de sentar cátedra con semejante obra maestra, Revo volvería recientemente a las batutas en Bravely Default II, tras un Bravely Second que tuvo al tan prolífico como talentoso Ryo, de Supercell, a cargo de su música.

Drazz

Dark Chronicle — Tomohito Nishiura

Es hora de traer a la palestra un músico del que, aunque muchas de sus composiciones sean populares, mucha gente desconoce aún su nombre. Tomohito Nishiura es quien nos brindó la maravillosa banda sonora de la franquicia de Layton, pero sin desmerecer a la famosa saga de puzles —al que escribe estas líneas se le eriza la piel con algunas de sus composiciones de la tercera entrega— hay otro trabajo que toca reivindicar: Dark Chronicle. En este título vemos a un Nishiura en su salsa, plasmando un encantador aire de fantasía en todas las distintas pistas. Es así como tenemos melodías tan melancólicas como Stella Valley, temas enérgicos como Battle of the Future o incluso una emotiva canción de créditos con Time is Changing. Sin embargo, si tuviéramos que quedarnos con una, no habría otra mejor que la de introducción, que evoca perfectamente el sentimiento de aventura que los jugadores vivirán acompañando a Mónica y a Max. Con ustedes, Never Ending Adventure

Jack Norman

The World Ends With You — Takeharu Ishimoto y Jyongri

Conocido por su trabajo en DISSIDIA, Kingdom Hearts o Type-0, TWEWY muestra la cara más versátil del compositor nipón. J-Pop, Electrónica, Rock Alternativo, Nu Metal o, por qué no, mezclar todo en una batidora y que quede coherente. Empapándose del magnetismo de Shibuya, su juventud es fresca e insultante, insuflando una personalidad arrolladora en una época sumamente complicada para el género. Lullaby for You es el tema de cierre de TWEWY. Y, como tesis del mensaje del juego, encierra un potencial semántico que va mucho más allá de lo puramente musical. Porque, aunque nuestros miedos nos afecten, podemos y debemos ir más allá de la máscara que hemos creado. Por supuesto, es un ejercicio Pop redondísimo con un estribillo estremecedor, una línea de piano repleta de encanto y un uppercut emocional que supone el colofón perfecto a un juego que te recuerda que tu mundo empieza contigo, y un mundo con canciones así merece la pena. Como nuestros seres queridos, siempre estarán allí, a nuestra vera.

Kingdom Hearts II — Yoko Shimomura

Hablar de Yoko Shimomura son palabras mayores. Live A Live, Street Fighter, Parasite Eve, Final Fantasy XV, Xenoblade Chronicles… y, cómo no, Kingdom Hearts. Como directora de orquesta incuestionable de la saga de Sora y sus amigos, KH2 no sólo se alza como la entrega clásica por excelencia de la saga, sino también como una de las partituras más memorables de la historia del medio. Como canción a destacar, Darkness of the Unknown. El tema que representa a Xemnas, antagonista principal del juego, se divide en tres partes que corresponden a los diferentes enfrentamientos a lo largo del desenlace del videojuego. Posiblemente se trate de la pieza más variada y compleja de la grandiosa Yoko Shimomura, y siendo mi compositora predilecta en esto de vibrar con videojuegos, elegir una por encima del resto era una tarea harto difícil. Creo que esta elección llenará nuestros corazones.

13 Sentinels: Aegis Rim — Hitoshi Sakimoto y más

Entre lo vocal, lo Pop, lo electrónico y lo sinfónico, la banda sonora de 13 Sentinels tiene un rango semejante al del propio juego y, como es costumbre en los trabajos del magnífico Hitoshi Sakimoto —Ivalice Alliance, Tactics Ogre o Valkyria Chronicles—, el sentido de la grandilocuencia no va reñido con lo íntimo y lo personal. Seaside Vacation es, más allá de sus vaivenes temporales y lo deliciosamente enrevesado de su guion, el compromiso de 13 Sentinels con su identidad ochentera. Así, no solo vive de kaijus, mechas, adolescentes y pandillas, sino que traslada su conocimiento de la cultura Pop al propio género, esa corriente de la época llamada City Pop que popularizaron artistas como Mariya Takeuchi o su marido Tatsuro Yamashita. Por supuesto, se repite como cierre a la mastodóntica obra, porque bien está lo que bien acaba y porque un tema tan increíblemente redondo era demasiado bueno como para usarlo solo una vez.

Ana of the Valley

Ace Attorney — Varios artistas

La música es algo que en el género de las aventuras gráficas cobra una especial importancia. Tiene que sonar justo la pieza indicada en el momento preciso para provocar el máximo impacto en el público y puede llegar a convertirse en uno de los aspectos clave y más reconocibles de la propia saga. De esto puede servir como ejemplo Ace Attorney, que desde su primera entrega ha ido actualizando su banda sonora para adaptarse al momento en el que se encontraba la industria cada vez que se lanzaba una nueva entrega. De hecho, su popularidad es tal que en Japón no es extraño que se convierta en conciertos o se editen álbumes con versiones de la misma —entre los que destacan la versión orquestada y la versión jazz—; de hecho, hay numerosos vídeos y discos disponibles en YouTube, gracias a los cuales se puede disfrutar de la maravillosa banda sonora de esta saga.

Sin embargo, ¿a qué se debe toda esta fama? ¿Por qué la banda sonora de Ace Attorney es tan querida? Pues bien, con varios compositores principales a lo largo de sus juegos oficiales y spin-offs, si hay algo que destaca en todos es la consistencia y la relación entre la música de cada una de las entregas. Desde la primera, se establecieron leitmotivs muy claros, tanto para los propios personajes como para los momentos clave de las entregas. Cualquiera que jugase a esta saga puede reconocer al instante el tema de las hermanas Fey, pues se ha quedado grabado en su cerebro porque siempre sonaba cuando estas aparecían, siendo el mismo tanto en Phoenix Wright: Ace Attorney —2002— como en Ace Attorney: Spirit of Justice —2016—, con variaciones y actualizaciones a la época, obviamente. Mismo caso que con el inspector Gumshoe, Franciska Von Karma o Klavier Gavin. Incluso aquellos personajes que son protagonistas de sus propios juegos tienen una sonoridad muy diferente en sus composiciones. Si bien Phoenix cuenta con tres temas principales, todos ellos concuerdan con el espíritu del juego en el que aparecen y el momento vital en el que se encuentra el abogado; en el tema de Apollo Justice se detecta cierto cambio, al igual que en algunas composiciones de su título, en consonancia con el giro que se quería realizar ante lo establecido hasta aquel momento; Miles Edgeworth sume al jugador en un mundo dominado por la sensación de tenerlo todo bajo control, pero no por ello menos emocionante y frenético; con Athena Cykes llega una jovialidad inusual para los asuntos que se tratan en su entrega; y finalizamos con Naruhodo Ryunosuke, cuyo tema sumerge al espectador en un mundo victoriano en el que encarna un samurái en búsqueda de la verdad.

Esta consonancia entre personaje y juego se extiende a todos los temas para cada uno de los momentos. Hay una composición específica para cada juego con el mismo nombre, por ejemplo, Pursuit. Con todo, cada una de ellas, a pesar de que suena en el mismo momento clave —poner contra las cuerdas al criminal— y transmite los mismos sentimientos —la determinación y adrenalina de atrapar al culpable—, no transmite una sensación de repetición. Simplemente, se trata de la canción que todo el mundo espera en ese preciso momento. Una canción tan reconocible que podrías escuchar mil veces, de cien maneras diferentes, y todas ellas haría que tu corazón se acelerase… hasta el punto de querer volver a sumergirte en los juzgados de la saga y gritar «¡protesto!» muy fuerte.

3 comentarios en “Nuestras BSOs de videojuegos favoritas

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