Tengen Toppa Gurren Lagann: Per Aspera Ad Astra

Este artículo contiene spoilers importantes de Gurren-Lagann.
Se recomienda discreción al lector.

—El proyecto Lima dice que estamos solos en el universo conocido. No puedo irme. No puedo fracasar. No puedo dejar que fracase.

—Papá, no has fracasado. Ahora sabemos que somos todo lo que tenemos.

Ad Astra (2019)

En abril del año 2007, se emitiría en Japón el primer episodio de Tengen Toppa Gurren Lagann —conocida como TTGL—, anime dirigido por Hiroyuki Imaishi, también director de Kill la Kill, Dead Leaves o la reciente Cyberpunk Edgerunners. A mediados de la década de los 2000, este hombre decidió que el concepto de molar que la humanidad había tenido desde sus inicios había estado increíblemente limitado debido a la escasa capacidad de nuestras mentes homínidas. Solo habíamos tenido breves y débiles destellos de molonidad en el oscuro e insondable abismo de ser la hostia. Por ello, tomó un objetivo con compromiso firme y voluntad férrea. Iluminaría ese abismo con la fuerza de mil soles. Para disipar las sombras y que la verdad fuera visible con una claridad inusitada. Así, toda la humanidad podría mirar las profundidades como un solo ser y, al unísono, exclamar «esto es increíble».

Para llevar a cabo esta noble misión, contó con los talentosos y experimentados trabajadores del estudio Gainax. Es importante destacar aquí la labor de Kazumi Nakashima, proveniente del mundo del teatro, como uno de los guionistas principales.

«Los humanos deben mirar hacia adelante para poder ver el horizonte y continuar avanzando.» / ©Gainax

TTGL es un anime lleno de fuerza. Rebosa excentricidad, energía e hipérbole. Su escala sigue un aumento progresivo en el que, cuando pensabas que ya no podía subir más, te sorprende con unas dimensiones que pasan de lo gigante a lo colosal y de lo colosal a lo descomunal. Es una épica en tanto que trata las hazañas de un grupo de personajes que cargan con grandes ideales; y es épica al transmitir con una intensidad y franqueza fuera de lo común.

Esta escala se refleja en todos sus elementos. Personajes, historia, animación e incluso la banda sonora. Solo hay que fijarse en dos de los temas principales, Rap wa Kan no Tamashii DaRow! Row! Fight the power!— y Libera me from hell. El primero suena desde el inicio de la serie, desde esa salida del subsuelo y se usa en gran parte de los momentos de superación en la lucha contra los hombres bestia. Ya en el final del anime, cuando la batalla ha alcanzado una escala cósmica, Libera me from hell empieza a sonar, incluyendo fragmentos del tema anterior. Un tributo a esos orígenes terrestres, a ese ascenso desde lo más bajo.

Son objetos de gran valor, dignos de apreciar y con una calidad incuestionable, que ya de por sí hacen a la obra imprescindible. Pero quedarse solo en la epicidad es rozar la superficie de todo lo que tiene Gurren Lagann. Serie que sigue siendo querida y comentada más de una década y media tras la finalización de su emisión. No solo por su dinámico tratamiento de la acción o su estética perfectamente reconocible. También porque supo construir un universo vivo, con personajes de carisma inconmensurable —ya fuesen protagonistas o secundarios con pocos minutos de pantalla— y unos valores en los que cree firmemente y sin paliativos. Porque toda la acción bombástica o todos los monólogos grandilocuentes pueden estar ahí; pero llegan verdaderamente al corazón cuando tras ellos se esconde un cimiento honesto. Se quedan ahí y pensamos en ellos mucho después de haber dejado la pantalla. Resuenan con nosotros, conectan.

«No hay razón para castigarse a uno mismo. Si sigues viviendo y esforzándote para ser mejor, aprenderás a enmendar tus errores.» / ©Gainax

Si algo tiene TTGL a raudales es honestidad. Una que golpea constantemente, sin ningún freno. Sabe qué serie es, qué quiere contar y cómo. Todo ello con desparpajo y estilo, sin refrenarse por convenciones o porque algún individuo la pueda considerar «ridícula». Se podría hablar de sus simbolismos, de sus personajes o de la expresividad de sus mechas; pero este artículo busca centrarse en el espíritu irrefrenable mencionado con anterioridad.

Ese espíritu actúa como estandarte de todos los mensajes de la serie. Ya desde su mismo comienzo, cuando los protagonistas atraviesan el techo que les había privado del mundo exterior desde que nacieron. Dejan la relativa seguridad y cotidianidad de la madriguera para aventurarse en un peligroso e inhóspito mundo que les es desconocido. Rompen las cadenas que les atan, las enseñanzas que llevaban inculcándoles toda su vida, para poder encontrar sus propios caminos. Aprender quién es uno y hacia dónde quiere dirigir su vida lleva a conflictos inevitables con lo establecido. Ya sea a nivel personal, familiar, de amistades o con el entorno.

Toda la serie transcurre con la ruptura de estas barreras. Estas se presentan de formas tanto físicas como mentales. Anteponiendo la voluntad frente a cualquier obstáculo que se presente. Con una creencia inigualable en la bondad del ser humano. En la colaboración y el apoyo mutuo como método imparable del progreso.

El origen de la verdadera amistad entre Simon y Kamina es un reflejo de esta importancia de los vínculos. Cuando quedaron atrapados bajo tierra debido a un derrumbamiento, ambos estaban aterrados. Kamina se sentía impotente y Simon incapaz. Este último comenzó a cavar y, al verle, Kamina solo pudo animarle con todo lo que tenía. A mayores los ánimos, mayor la confianza de Simon para seguir cavando.

La demostración de que dos personas que se sienten absolutamente inútiles pueden confiar de forma mutua y resultar un apoyo vital incluso en la situación más nefasta. Uno porque ve esa espalda que no retrocede ante la adversidad. Otro porque sabe que tiene a alguien amparándolo de forma incondicional, que confía en él.

«¡Sigue adelante! No te distraigas con los «qué pasaría si…», «qué debería haber hecho» o «si tan solo…». Lo único cierto es lo que eliges por ti mismo, ¡esa es la verdad de tu universo!» / © Kazuki Nakashima / Hiroyuki Imaishi / Gurren Lagann Project

Simon cree en Kamina y, como Kamina cree en él, eso le hace creer en sí mismo. Gracias a su amigo puede sacar a relucir un valor que ya tiene; pero cuyas inseguridades y temores le hacen ocultarlo y dudar constantemente de su validez y utilidad, tanto para él como para los demás. Esto no significa que su relación sea perfecta. Tienen desacuerdos, discuten, pelean y ven el mundo de forma diferente. El hermano mayor tiene una ambición sin límites fruto de nunca echarse atrás, lo que le lleva a poner mucho en peligro múltiples veces; y el menor carece de la confianza para valorar sus buenas cualidades.

Ambos actúan como un refuerzo positivo. Uno empuja y otro retiene. Aprenden, se escuchan y entienden. Pero no es hasta la muerte de Kamina cuando Simon se da cuenta de que no puede depender de los demás y los demás no pueden depender de él. Todos juntos han de buscar la forma de salir victoriosos para conseguir un futuro mejor.

Y precisamente esa victoria es lo que logran. Años después de la derrota de Lord Genome y los hombres bestia, con la consecuente conquista de la superficie, aparecen los Anti-Espirales. Unas criaturas aparentemente omnipotentes y omniscientes que detuvieron su proceso evolutivo y utilizaron su gran poder para extinguir a aquellas formas de vida que se desarrollaron demasiado.

Estos seres temen al progreso. A lo que podría pasar si la vida evoluciona y se extiende sin control. Prefieren someter y eliminar por miedo a la destrucción de la vida. Pero ellos no tienen la potestad para decidir por todas las especies del universo. Además, el progreso es inevitable. No hay que temerlo, hay que asumir la responsabilidad de ese progreso y hacerlo de tal forma que sea sostenible y todo el mundo se beneficie de él.

En un momento dado, toda la brigada Dai-Gurren es sumida en un profundo sueño en el que cada miembro experimenta una realidad alternativa. Algunos en esa realidad ven cumplidos sus deseos más anhelados, aquellos que ni siquiera sabían que tenían porque nunca se habían planteado esa posibilidad. Y, sin embargo, el deber los llama; y tienen que renunciar a ese lugar idílico para ir a luchar por la realidad. No pelean y se sacrifican por motivos egoístas. Lo hacen por aquellos que perecieron para que ellos llegasen a donde están, por quienes no pueden y por los que vendrán. Para que las futuras generaciones tengan un mundo, un universo, en el que puedan vivir en paz.

«Ahora lo entiendo. Yo también tenía sueños ingenuos.» / ©Gainax

TTGL nos demuestra que podemos llegar más lejos. Descubriendo a cada paso que somos más fuertes de lo que creemos. Aunque suframos. Aunque nos duela y dejemos mucho por el camino. Aunque perdamos a alguien y creamos que todo ha terminado. No significa que vaya a ser justo ni fácil. Tampoco que tengamos que poner la otra mejilla. Ni siquiera que vayamos a obtener aquello que deseamos. Solo significa que hemos continuado luchando hasta el final, incluso cuando no nos quedaba nada que perder. Que hemos gritado a ese vacío infinito que es el cosmos para demostrar que estamos aquí, que seguimos vivos.

Porque podremos llegar hacia las estrellas, a través de todas las dificultades.

Los chicos como Henry necesitan héroes. Unos valientes que se sacrifiquen por los demás, que sean un ejemplo para todos. Todo el mundo quiere tener un héroe.(…)Yo creo que todos llevamos un héroe dentro. Que nos hace ser sinceros, que nos da fuerza, que nos ennoblece; y finalmente que nos permite morir con orgullo. Aunque a veces tengamos que mantenernos firmes y renunciar a lo que más queremos, incluso a nuestro sueños.

Spiderman 2 (2004)

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