En lo referente a literatura japonesa clásica, siempre hubo nombres que resuenan con fuerza, algunos más que otros y a diferentes niveles. Al retroceder un poco en la historia, se pueden encontrar generaciones de escritores con integrantes que, de una manera u otra, consiguieron llegar también al público de todo el mundo. Uno de los afortunados que obtuvo reconocimiento del panorama general internacional fue Ranpo Edogawa, aunque lo alcanzó de una forma un tanto peculiar. Para muchos, la primera vez que se escuchó este nombre fue en el segundo episodio de Detective Conan, cuando un Shinichi Kudo versión niño elige su nueva identidad, pues junta partes de los nombres de dos grandes escritores del misterio: Conan, por Sir Arthur Conan Doyle, y Edogawa, por Ranpo Edogawa. Pocas personas no conocen la obra del caballero inglés, pero el escritor japonés continuó siendo un desconocido para muchos —de hecho, en muchos doblajes ni siquiera se menciona a este segundo escritor—. Por lo menos, hasta hoy, pues en este artículo resolveremos ese misterio. ¿Quién era Ranpo Edogawa?
En primer lugar, se debe aclarar que este no es su nombre verdadero; Ranpo Edogawa es el pseudónimo de Tarō Hirai, nacido el 21 de octubre de 1894 y fallecido el 28 de julio de 1985. Se trata de una de las figuras más reconocidas de la literatura japonesa de misterio. Ya desde joven sentía una fascinación especial por este género, pues llegó a intentar traducir obras del propio Doyle cuando era estudiante. El escritor británico, junto a G. K. Chesterton, Maurice Leblanc y Edgar Allan Poe fueron una gran fuente de inspiración para el joven Hirai, y de hecho su nombre de autor es una transcripción fonética evolucionada de la pronunciación japonesa de Edgar Allan Poe — de Edogaa Aran Poo pasamos a Edogaaaranpo y terminamos en Edogawa Ranpo, en orden japonés—. Sin embargo, su inspiración no era solo internacional, pues Japón ya contaba con una amplia lista de autores icónicos modernos de este género, como Ruikō Kuroiwa y Junichirō Tanizaki, aunque ninguno de ellos logró alcanzar la fama y prestigio de Hirai.

Sus primeros pasos en el medio llegaron con la publicación en 1923 de Ni-sen doka —Moneda de cobre de dos sen—, en la revista Shin Seinen, una historia centrada en el proceso de resolución de un misterio muy relacionado con la cultura japonesa. En sus siguientes novelas continuó con este enfoque y muchas de ellas están consideradas a día de hoy clásicos de la literatura nipona, como D-zaka no satsujin jiken —El asesinato en la Calle D.—. En estas novelas conocemos al detective Kogorō Akechi, quien guarda muchos paralelismos con el famoso detective londinense, tanto en su carácter, fama, estructura narrativa y elementos de la novela —por ejemplo, Kogorō cuenta con el «Club de los muchachos detectives», sus propios «Irregulares de Baker Street»—.
Ranpo Edogawa no se limitó al estilo de sus novelas iniciales, en las que se sigue una estructura narrativa muy influenciada por la novela negra occidental; sino que durante los años 30 sus novelas empiezan a tomar un giro hacia unas características muy específicas debido a su erotismo, su grotesquidad y su sinsentido. Estos elementos agradaban al público más rebelde, pues desafiaban los estándares y la concepción de lo correcto de la sociedad japonesa de la época. De esta forma, Edogawa es uno de los primeros autores en clasificarse en la categoría de ero guro nansensu, actualmente más conocido como eroguro. A pesar de esto, se debe tener presente que, dado que esta tendencia estaba aún empezando y estableciéndose, la obra de Edogawa no responde a la concepción actual tan «agresiva y explícita» de hoy en día, sino más establece de forma sólida y reconocible los aspectos más básicos. Aún con todo, era lo suficientemente erótica, grotesca y sin sentido para que, debido a que el país se encontraba lidiando con dos conflictos bélicos importantes, el gobierno japonés quisiera censurar su última obra por aquel entonces, La oruga, pues se consideraba antibelicista, perjudicial para el orden público e inadecuada para el momento histórico, dado que la trama podría poner en detrimento el esfuerzo colectivo para ganar la guerra.
Sin embargo, el reconocimiento del que goza Edogawa en su país no es solo por sus novelas para un público más moderno. Desde la época de la postguerra, su influencia no pasa desapercibida en la sociedad y panorama literario japoneses. Edogawa se dedicó a investigar y escribir sobre el propio género literario para llegar a entender su historia en el país y promover nuevos escritores; de hecho, en 1946 apoyó a una nueva revista dedicada a la literatura de misterio llamada Hōseki, y en 1947 fundó el «Club de Autores Detectives», que más tarde cambiaría el nombre a «Asociación de Escritores de Misterio de Japón» —organización que creó el Premio Edogawa Rampo, a día de hoy el galardón más prestigioso de literatura de tal género del país—. A su vez, se encargó personalmente de ayudar a la traducción de una antología de sus relatos al inglés, escribió novelas de nuevas aventuras de Kogorō Akechi y compañía para un público más joven y trabajó para completar y publicar una historiografía queer que un antropólogo amigo suyo había dejado inconclusa. Como broche final, es importante remarcar que Edogawa tiene su presencia también en el cine, pues después de su muerte muchas de sus historias fueron adaptadas a la gran pantalla.
Al igual que muchos escritores influyentes, Ranpo Edogawa se ha introducido en la vida de muchas personas a través de su aparición o cameo en alguna obra de ficción actual más generalista. Ya se ha mencionado su protagonismo en Detective Conan, donde además su personaje más célebre hace también su aparición —aunque Kogorō Akechi era mucho más perspicaz que su tocayo en esta serie, Kogorō Mouri el Durmiente—. Dentro de animes, se pueden encontrar también a Ranpo Kitan: Game of Laplace, un anime conmemorativo del 50 aniversario de la muerte del autor e inspirado directamente en su obra, y a Trickster: Edogawa Ranpo “Shounen Tanteidan” yori, que sigue las aventuras de Akechi y su club de detectives. En otros medios relacionados se puede destacar el videojuego de Persona 5, en el cual hace su aparición Goro Akechi, basado en el detective estrella de las obras de Edogawa. Sin embargo, una de las representaciones más relevante a día de hoy se encuentra en un anime que ya hemos tratado en esta web: Bungō Stray Dogs.

La premisa ya en sí era una oportunidad clara para añadir a autores famosos japoneses; desde el mencionado en este artículo Junichirō Tanizaki hasta el archiconocido Osamu Dazai hacen su aparición en esta serie, junto con retazos de su carácter real que se refleja en los personajes de la obra. En este ambiente, la inclusión en un anime de detectives del mayor representante de literatura de misterio en Japón no sorprendería a nadie pero, aún así, los creadores de esta historia se la ingenian para que Ranpo Edogawa conserve la frescura y asombre al público.
Spoilers del anime de Bungō Stray Dogs en los siguientes tres párrafos
La primera vez que el público conoce a Ranpo puede pensar que es un personaje que está ahí por estar, sobre todo si este público no ha oído hablar nunca de dicho autor. Simplemente es un joven con apariencia detectivesca que existe como recursos cómico que sacar a relucir en momentos tensos; solamente come dulces, no tiene ninguna escena de acción, se pierde en los trayectos por la ciudad más sencillos —de hecho, Rampo significa «paseo aleatorio»—. Incluso, cuando en el anime dicen que es el detective más brillante de la agencia, se puede llegar a pensar que es una broma o que es un farsante. Con todo, las escenas y capítulos en los que él es protagonista nos demuestran todo lo contrario. Su ingenio y planes milimétricamente medidos salen a la luz en los momentos de verdadera necesidad, demostrando en numerosas ocasiones que la inteligencia vale mucho más que la fuerza.
Dentro de un aspecto más propio de la historia, este personaje también da una sorpresa al público. Ya se ha aclarado que la mayoría de los personajes son autores literarios, cuya vida y personalidad reales influyen su versión en este universo. Sin embargo, su obra más representativa también juega un papel fundamental en Bungō Stray Dogs, pues es la que establece su habilidad especial y sus características: Osamu Dazai, con Indigno de ser humano, anula las habilidades especiales de otros; Atsushi Nakajima se convierte en tigre, reflejando El poeta que rugió a la luna y se convirtió en tigre, una de sus obras más famosas… En todos los personajes principales se da este paralelismo. Ranpo Edogawa, por su parte, declara que su habilidad se llama Superdeducción, la cual le permite resolver cualquier crimen en un tiempo récord con solo ponerse las gafas. Sin embargo, no hay ninguna obra real de este autor con este título. En un primer momento se podría pensar que los creadores de esta historia han patinado en este aspecto, pero no se trata de eso en absoluto. En los propios capítulos se aclara que no se trata de ninguna habilidad especial, sino del propio intelecto del joven. Con todo, ni el mismo Ranpo es plenamente consciente de esta «mentira», pues «ponerse las gafas para activar la habilidad» es una condición que le han impuesto desde que se fundó la agencia de detectives en la que trabaja, para no frustrarse cuando la gente no comprendía su punto de vista y así poder encajar en la sociedad —y con este aspecto, se puede establecer una relación entre la censura que sufrió el propio autor en la vida real—.

También es curiosa la forma en que Ranpo se relaciona con los autores extranjeros que hacen su aparición en la segunda temporada del anime, sobre todo si tenemos en cuenta que una de las incorporaciones al curioso elenco de personajes es el mismo Edgar Allan Poe. Entre estos dos individuos, brillantes intelectualmente, no hay relación alguna de rivalidad pese a estar ambos en diferentes equipos en un principio. Si bien en la vida real era Ranpo quien tenía en altísima estima a Poe, en esta ocasión se invierten los papeles —de una forma similar a la relación entre Dazai y Akutagawa—; el europeo es quien se declara fan incondicional del otro y confiesa que se unió a la organización en cuestión para tener la posibilidad de desafiar a Ranpo, quien supera la prueba poniendo en manifiesto de nuevo su capacidad intelectual.
Sin duda, Edogawa fue y sigue siendo uno de los autores más representativos de la literatura en Japón, capaz de establecer bases de géneros que hoy en día están en auge en otras modalidades más actuales. Siempre es posible leer sus relatos si queremos descubrir más de él —algunos de los cuales cuentan con traducción al español—, pero otra forma de descubrirlo es gracias a estos productos relacionados en los que se ven él mismo o su obra representados. Ahora mismo, Bungō Stray Dogs está en su cuarta temporada, cuyos capítulos iniciales están fuertemente centrados en la figura de este autor y los cuales, seguramente, nos ayudarán a deducir más aspectos sobre una figura tan misteriosa a la par que conocida en occidente como lo es Ranpo Edogawa.