Gónadas y natación: teorías sobre la reproducción de los Zora

En el año 2017 se estrenaba The Legend of Zelda: Breath of the Wild, que llegó para convertirse en una de las entregas más populares de la renombrada saga, sino la que más. Un juego que, indudablemente, ostenta un lugar destacado entre los lanzamientos disponibles para Nintendo Switch, incluso cinco años después. Múltiples fueron las novedades que introdujo este título con respecto a los anteriores, como fueron la premiada modalidad de mundo abierto o la reconversión de las mazmorras en santuarios, enfocados a probar el ingenio e intelecto del jugador.

Sin embargo, el tema que causó indudablemente más furor, atendiendo a las fuentes consultadas (Ref. 1. Cibeles, La. Madrid, 2022), fue el renovado diseño de los Zora, destacándose especialmente en coprotagonistas carismáticos como Sidon o la nostálgica Mipha. Y es por ello que, dada la curiosa naturaleza del ser humano, con esta incuestionable mejora estética llegaron las preguntas que atormentarían a cualquier persona de bien.

Preguntas a las que busca dar respuesta este artículo: ¿Cómo se reproducen los Zora? ¿Qué características anatómicas poseen? ¿Sería posible la concepción de descendencia entre Zora y Hyliano?

A la hora de abordar el marco teórico de la cuestión que nos ocupa, ha sido necesario realizar una búsqueda bibliográfica exhaustiva. Sumergirse en algunas de las más rigurosas bases científicas, tales como Wattpad, Archive of our own, o aquel documental sobre salmones de Jorge Chachero y David Álvarez (ndr: realmente El Viaje del Salmón es un documental estupendo y muy informativo que ganó un premio de la Universidad de León).

¿Rutela, de Twilight Princess, y su esposo concibiendo a Ralis? / ©Jorge Chachero y David Álvarez

Con respecto a las dos que encabezan la lista, es posible que estas Bibliotecas de Alejandría del saber moderno resulten desconocidas para todo lector que carezca de cuatro másteres y dos doctorados. Sin embargo, todo lo que necesita saberse es que se especializan en el campo académico de la ficción para fans o, en inglés del bueno, de Cambridge, fanfiction.

Afortunadamente, la propia saga nos proporciona también un punto de partida, dado que en la entrega The Legend of Zelda: Majora’s Mask, se revelaba que los Zora nacen de huevos, que han de ser conservados en agua clara y limpia para poder madurar.

Con ello en mente y atendiendo a la clasificación existente sobre los métodos de reproducción, podemos encontrar criaturas vivíparas —con desarrollo en el útero materno, como las vacas o los humanos—, ovivíparas, —crecimiento en un huevo dentro del vientre, como las boas constríctor o las mantarrayas— u ovíparas, donde el animal se forma dentro de un huevo pero fuera del cuerpo de la madre, como los peces óseos y, por supuesto, los cuervos. Con la información oficial disponible, es posible descartar las dos primeras. Sin embargo el asunto que nos ocupa está lejos de encontrarse resuelto. Y es que la reproducción ovípara tiene dos variantes: la interna —con cópula— y la externa —liberación de huevos y esperma en el medio externo—, en función de la especie.

Paralelamente, a la hora de acotar el cerco, es preciso trazar similitudes biológicas entre los Zora y las especies existentes en nuestro mundo. Quizás, lo más sencillo, sea comenzar por el hábitat, así como algunas características fisiológicas y etológicas destacadas. Los Zora son criaturas mayoritariamente acuáticas y, aunque pueden ser observados en tierra, no son capaces de permanecer demasiado tiempo en este medio sin volver a sumergirse en el agua. Consecuentemente, podemos aventurar que quizás los grupos más afines sean, por ello, anfibios o, ateniéndonos a las partes de su morfología no humanoides, peces.

De Mipha no diremos nada tróspido porque es nuestra protegida y la queremos y respetamos / ©Nintendo

Los hábitos reproductivos de la mayoría de peces y anfibios parten de ciertas características comunes, requiriendo de un medio húmedo para depositar los huevos, el agua. Es aquí donde entrarían en juego las ya mencionadas variantes de la reproducción ovípara. Una de las posibilidades, frecuente en anfibios y la mayoría de peces, implica la fertilización externa. La hembra depositaría los huevos en el agua y, posteriormente, el macho Zora, zambulléndose en el mismo curso líquido, expulsaría su esperma sobre los mismos. Esta opción, aunque plausible, es aparentemente la menos favorita entre autores de fan-ficción. Autores que, por alguna razón, parecieran resistirse a escribir un relato que incluya a Sidon esparciendo su simiente en el agua cual aspersor maltrecho, concluyendo la escena surgiendo triunfante de entre la espuma, con su característica sonrisa, su guiño y el pulgar hacia arriba.

Por ello, son numerosas las personas que escogen trazar una línea diferencial con salmones y ranas, buscando similitudes biomorfológicas con otra especie muy diferente, los tiburones. Esta relación es mayoritariamente aceptada, ya que ciertamente la forma de la cabeza y aletas dorsales en diversos ejemplares Zora, especialmente en Breath of the Wild, recuerda a la de estos grandes selaquimorfios.

Estos peces tienen una característica particular ya que, pese a la presencia de huevos, emplean la reproducción interna. Es decir, la cópula, el coito, el abrazo pasional. Tanto es así que los machos de tiburón habitualmente cuentan con dos apéndices peneanos —a menudo observables en ilustraciones de los visionarios artistas fanáticos de la saga de Zelda, comprometidos con la búsqueda del más exacto rigor anatómico en la representación del desnudo—. Quizás esta sea, por lo lógico, la más popular entre las teorías.

Recuperando otra de las cuestiones, todo lo expuesto podría llevar al jugador promedio a pensar que la concepción de un bebé entre un individuo Zora y un Hyliano sería improbable, sino imposible. Bien es cierto que en el mundo animal individuos de la misma familia pueden tener descendencia híbrida, como es el caso de caballos y asnos o tigres y leones, pero esto no se da cuando hablamos de especies taxonómicamente más alejadas, pues por mucho que nos gustase CatDog, un espécimen así sería biológicamente inconcebible. Y fuera de cuestión quedaría, por ejemplo, un híbrido cocodrilo-mangosta.

Sidon aprueba este artículo, ¿y vosotros? / ©Nintendo

No obstante, algunos autores, defensores de la corriente filosófica «Bueno, esa es tu opinión» aseveran que existe una remota posibilidad, respaldada por un elemento clave en el diseño canon de los Zora, que no es otro que los pechos. Y es que, ¿por qué una especie ovípara, similar a peces o anfibios, tendría mamas, cualidad tradicionalmente exclusiva de mamíferos? Alguno podría argumentar que la decisión artística de poner pechos a las Zora responde a la sexualización femenina que ha afectado tradicionalmente a los personajes mujeres. Lo que a su vez quizás explicaría por qué, coincidiendo con la evolución de la sociedad y su impacto en el medio, los diseños actuales de la especie incluyen un busto más discreto.

Paralelamente, otros pudieran aseverar que dicha iniciativa responde a la necesidad mayor de hacer una distinción fácilmente reconocible entre machos y hembras. Sin embargo, en ocasiones, uno debe pensar «fuera de la caja». Quizás, la existencia de esta característica responda a un eslabón común en algún momento en la línea evolutiva. O tal vez sea una puerta que deja abierta la naturaleza, esperando a que algún día haya un Hyliano o Hyliana que, junto a su pareja acuática, sea lo suficientemente valiente como para desafiar las leyes preestablecidas. Esas a las que se agarran aquellos que carecen de buen gusto y osadía. Como Link.

Lamentablemente, es aquí donde concluirían las teorías más populares o factibles al respecto. Y es que no es posible zanjar contundentemente el debate sobre cómo se reproducen los Zora porque aún no existe suficiente información oficial, y lo más probable, es que esto no cambie próximamente. Sin embargo, ¿serían las grandes preguntas de la humanidad —a dónde vamos, de dónde venimos, tiene Sidon dos p— tan nobles, si no mantuviesen a académicos, científicos, civiles y escritores de fanfics despiertos incontables noches?

Artículo escrito por Ártica, profesional del campo de la salud experta en otomes y fanfics de Ao3

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