Hunter x Hunter no necesita muchas presentaciones. Tras el fin de la emisión del reboot de su anime de 2011, su popularidad no ha hecho más que crecer. Los memes de su eterno hiato son algo recurrente en todos lados y las teorías de los fans buscando explicaciones de su irregular ritmo de publicación ya han llegado a un punto muerto.

A lo largo de estos años he sido muy fan de Togashi —incluso antes de saber que existía una persona con ese nombre—. De pequeño ya había visto algunos capítulos sueltos de Yu Yu Hakuso, que se emitía por la cadena autonómica de Cataluña a principios de los 2000 y siempre recodaré que el primer manga que adquirí fue el primer tomo de esta misma serie —que en aquel momento en España editaba Glénat—.
Antes de descubrir Hunter x Hunter, mi interés por los típicos shonen de peleas había disminuido bastante. Y no solo eso, sino que tampoco conseguía encontrar una obra que me diera lo que estaba buscando —puede que tampoco supiera exactamente qué era lo que estaba buscando—. Pero llegamos a aquel verano de 2012 en el que decido empezar este anime de un niño que quiere convertirse en cazador para encontrar a su padre. La música y los colores de los dos primeros capítulos fueron suficientes para despertar mi interés y que no pudiera dejar de ver un capítulo tras otro. Además, mantenía un poco la esencia de Togashi —aunque en aquel momento yo seguía sin saber quién era Togashi y tampoco tenía ni idea de que era el mismo que había escrito Yu Yu Hakusho— que a mi me gustaba: los personajes conseguían salir de los embrollos gracias a su ingenio y de maneras que a mí nunca se me hubieran ocurrido, sus diseños tenían un aire que me resultaba muy familiar y el mundo que les rodeaba estaba lleno de singularidades que necesitaba descubrir. Pero lo más importante es que por primera vez en mucho tiempo había encontrado una historia que me hacía desconectar por completo de los problemas del mundo real.
Hunter x Hunter despertó en mí un tipo de fanatismo equiparable al que había tenido por Sakura Card Captor cuando tenía 10 años o por Naruto a los 13. Fue esto lo que me llevó hacer algo que nunca antes había hecho: buscar obras del mismo autor. Ahí fue cuando puse por primera vez el foco en el nombre de Togashi, lo vinculé con Yu Yu Hakuso y, visto que en su día también había disfrutado tanto de su otra gran obra, me forcé para que gustaran otros mangas suyos más antiguos como podía ser Level E. Pero dejando a un lado el cariño que le tengo a Yu Yu Hakusho, Hunter x Hunter sigue teniendo un pedazo mi corazón —sobre todo tras el clímax del arco de las Hormigas Quimera y las consecuencias posteriores—.

Si no recuerdo mal, poco tiempo después de que la emisión de su anime llegara a su final —por ahí en 2013—, y luego en 2016, el manga volvió de uno de sus largos hiatos. Era un buen momento para ponerse al día, pues muchos esperábamos que Togashi hubiese recuperado su salud y que con ello hubiese recuperado también el ritmo regular que había seguido durante los primeros años de la serialización. La tanda de capítulos que nos llegaron en aquella época fue increíble —en cuanto a trama se refiere—. Si bien es cierto que la sobreexposición de información se podía hacer algo pesada, era algo a lo que estábamos acostumbrados. Aun así, también es cierto que, al menos en mi caso, eso último se me hacía algo farragoso y entre toda la información nueva a similar y a los tropecientos personajes nuevos, seguir el hilo se convertía en una tarea un tanto ardua. Tampoco ayudaba que la periodicidad siguiera siendo irregular.
Desde entonces han pasado varios años desde el último capítulo de esa tanda y nos encontrábamos en el hiato más largo de toda su trayectoria. Hasta que, recientemente, ha empezado a haber rumores de que Togashi podría estar trabajando en nuevos capítulos. No sé hasta que punto esto está confirmado ahora mismo y lo cierto es que, sea algo real o no me he dado cuenta de que… me da igual.
Ya he explicado cuánto es de especial Hunter x Hunter para mí pese a ser una obra que seguramente quede inconclusa —al menos yo llevo años asumiéndolo—. Aún así, se supone que debería emocionarme ante ese regreso, aunque fuera tan solo para darnos una dosis de cuatro capítulos. Pero quizá la desconexión que siento ahora con la obra, el tener que hacer una relectura —y no precisamente ligera— para recordar cientos de detalles del nuevo arco, mas el hecho de saber que la trama tampoco va a avanzar tanto hace que no haya ni un ápice de hype en mi interior.
No culpo a Togashi, ni a sus médicos, ni a los editores de la Jump. Si alguien tiene la culpa de esto quizá sea el ritmo de trabajo que llegan a tener los autores de la revista debido al modelo que tiene implementado Shueisha desde siempre. Puede —y quiero remarcar que esto es solo una conjetura— que los problemas de salud del autor de HxH sean una consecuencia de esto.
Dudo que Togashi sea un vago como muchos dicen. Alguien sin ganas de trabajar nunca podría haber seguido el ritmo que se exige a los autores en la industria manga y que él mismo ha seguido en el resto de sus serializaciones y durante casi diez años en Hunter x Hunter. Está claro que hay alguna clase de problema externo.

Pero volvamos al hecho de que ante el regreso de HxH mi hype es inexistente… ¿esto está pasando debido a lo que he mencionado o tiene que ver algún otro factor?
Nana es otro de esos mangas que están en un hiatus eterno y aún así también tiene un lugar muy especial guardado en mi corazón. Si me pongo en el escenario ficticio de que Ai Yazawa anuncia que va sacar cuatro capítulos casi me entran ganas de llorar. ¿Puede tener que ver que llevamos sin noticias de Nana mucho más tiempo que de Hunter x Hunter? Seguramente, pero este es otro tema.
El hype es una cosa que indudablemente existe y que mueve la comunidad de manga y anime como nunca antes se había visto. Solo hay que entrar a Twitter cada vez que sale el capítulo del anime popular de turno o cuando va a salir una nueva temporada.
Kimetsu no Yaiba es un anime que me gusta, es entretenido y tiene una animación de diez. Aún así, no despierta en mí las emociones que veo que despierta a la mayoría de personas que siguen esta obra. Tardé meses en ver la película después de que llegara a España y aún no he encontrado el momento para empezar la nueva temporada. Sé que esto puedo sonar un poco como lo que diría alguien que odia los animes populares solo porque son populares, pero no es así. Pues espero con ansias el anime de Chainsawman, me lo paso bien leyendo Spy x Family y One Piece sigue siendo de mis mangas favoritos.
La preocupación aparece cuando no consigues conectar con una obra… aunque no haya nada de malo en ello. A veces puede suceder porque estás en una época de tu vida en la que buscas un tipo de historia muy concreto o porque las preocupaciones de tu día a día te impiden concéntrate en lo que estás viendo o, efectivamente, porque tus gustos están cambiando. Cada persona vive esta clase de cosas de distintas maneras dependiendo del estado vital en el que se encuentre.
En lo personal puede que sienta que mis gustos han cambiado, pero la conexión con Hunter x Hunter ha estado allí durante muchos años porque fue lo único que conectó conmigo justo cuando las preocupaciones de mi día a día me impedían conectar con absolutamente nada. Por eso seguirá en mi corazón pese a que ya no me genere ese hype que me generó hace años. Aunque mis gustos cambien y haya asumido que nunca veré su final, en mi interior, en alguna parte de ese pedazo de corazón en el que guardo mi amor por Hunter x Hunter, hay una voz que aun desea que ese hype vuelva y pueda disfrutar los nuevos capítulos como si fueran los primeros.