Sonrisas y lágrimas en Sora Yorimo Tōi Basho

En la temporada de invierno de 2018, Sora Yorimo Tōi Basho, conocido de forma abreviada como Yorimoi, se reveló como uno de los animes mejor valorados por los espectadores. Muchos de ellos lo describían como el “K-On! Antártico” y no iban desencaminados, teniendo en cuenta que compartían tres elementos en común: pertenecer al género slice of life, tener un elenco de protagonistas adolescentes en busca de cumplir sus sueños y poseer una animación y una banda sonora prácticamente maravillosas. Era de esperar que este anime tocara las teclas exactas para hacer llorar a más de uno y en este artículo os explicaremos por qué Mari Tamaki, Shirase Kobuchizawa, Hinata Miyake y Yuzuki Shiraishi, unas estudiantes de instituto cuyo objetivo es viajar a la Antártida, consiguieron conmover a tantas personas.

En primer lugar, hay que destacar los tiempos que el propio anime proporciona a los hechos de la historia para sucederse. Podrían haber presentado a las protagonistas directamente en la Antártida jugando con los pingüinos y haciendo batallas de bolas de nieve para aprovechar el efecto moe—sentimientos de cariño o adoración generados por las características físicas o las personalidades de personajes usualmente femeninos—en su máximo esplendor.  Sin embargo, en Yorimoi, se prefiere mostrar todo el proceso que estas adolescentes deben atravesar para conseguir su objetivo, desde el entrenamiento donde aprenden a medir la latitud del punto en el que se encuentran mediante una brújula y un GPS hasta las vicisitudes que sufren durante su travesía en el rompehielos.  Esta decisión acerca a la audiencia de forma sencilla y divertida al mundo de las expediciones científicas, de tal forma que se muestra la importancia que tiene el uso de banderillas a la hora de realizar rutas en lugares de condiciones extremas o cómo realmente consiguen desplazarse los rompehielos en la Antártida, donde deben recular y montar sobre los bloques de agua congelada para conseguir avanzar. A todo esto, hay que sumar que los distintos aspectos de la preparación y consecución de la expedición permiten conocer mejor a nuestras protagonistas, ya que se pueden observar sus comportamientos en distintas situaciones, mostrándose así sus verdaderas motivaciones y valores.

Mari midiendo el punto exacto en el que se encuentran mediante una brújula © Yorimoi Partners

Y es importante conocer las motivaciones de cada una de las protagonistas porque al fin y al cabo….. ¿qué adolescente a sus 15 años de edad decide por voluntad propia irse a un lugar tan inhóspito como la Antártida? ¿Qué narices se les ha perdido ahí como para tener tantas ganas de ir? Son preguntas que cualquiera se formularía ante la mera sinopsis de este anime. En el caso de una de ellas, Shirase Kobuchizawa, está claro, puesto que está en busca de su madre, la cual fue en una expedición anterior a la Antártida y no consiguió volver. Desde entonces, ha estado ahorrando dinero para su viaje, ante el escepticismo de sus compañeros de clase, que le otorgaron el apodo de “Miss Antártida”.

Shirase no posee el mismo interés que su madre por la Antártida y se embarca en su búsqueda para entender qué podía tener ese lugar para el cual su progenitora dedicó un libro entero titulado «Un lugar más lejano que el universo«–en japonés, Sora Yorimo Tōi Basho, menudo title drop ¿eh? —. No es hasta que conoce a Mari Tamaki, que comienza a cumplir su objetivo, gracias al optimismo y empeño de ésta. Pero esta relación, como toda conexión humana, es bidireccional, ya que la determinación de Shirase inspira a Mari para unirse a su periplo. Mari es un personaje que, aunque dé una primera impresión de persona optimista, alegre y despistada, no termina de atreverse a realizar proyectos por su cuenta, y debido a su incapacidad para llevar a cabo lo que se propone hasta el final, siente que está desperdiciando su juventud y que depende en exceso de los demás. Por esa razón, algo tan singular como un viaje a la Antártida sirve como aliciente para conseguir todo aquello que ha anhelado y así crecer como persona.

Aquí de tranquis para ver un rompehielos © Yorimoi Partners

Hinata comparte con Mari una iniciativa similar. También desea realizar algo memorable antes de entrar en la universidad, y por eso decide unirse al equipo. Hinata es la chica más extrovertida y con los pies en la tierra de las cuatro, pero no es oro todo lo que reluce y a lo largo de los episodios se dan una serie de pistas para entender mejor por qué dejó el instituto para dedicarse a trabajar a media jornada en una tienda cercana al instituto de Mari y Shirase. Como se puede observar, este anime otorga una mayor profundidad a los arquetipos que normalmente son representados en los grupos de amigas en el anime, de tal forma que aquellas que se muestran más despreocupadas son más dadas a desconfiar y aquellas que parecen más serias tienden a ser más ingenuas de lo que parecen, siendo este último caso ejemplificado por Yuzuki. Esta adolescente es idol desde temprana edad y debe ir a la Antártida para hacer un programa de entretenimiento, aunque lo que Yuzuki verdaderamente desea es tener amigas y llevar la vida de una estudiante normal y corriente. Como siempre ha estado de rodaje en rodaje, Yuzuki, al interaccionar con el resto de grupo siempre cuestiona hechos que se dan por sentado, siendo uno de ellos la supuesta amistad entre las cuatro protagonistas.

La amistad es un tema más que remanido en la mayoría de los animes habidos y por haber, pero que sea un argumento muy utilizado no significa que no pueda ser de interés si aporta nuevas perspectivas. La directora de Yorimoi, Atsuko Ishizuka, decía en una entrevista concedida a Crunchyroll—la cual podéis leer con más detalle aquí—que tras conocer a los miembros de la estación japonesa Syowa, comprendió que pese a tener distintas motivaciones, los integrantes de la expedición se comportaban como una gran familia con un objetivo común y esa idea es la que quería transmitir a través de las chicas, que justamente van a dicha base como parte de su viaje. Yuzuki ya cuenta con un grupo de amigas, aunque se conozcan desde hace relativamente poco, porque la calidad de las amistades no viene determinada por la antigüedad de estas. Hinata es capaz de dejarse cuidar y comprende que confiar en los demás no es sinónimo de debilidad. Mari está aprovechando su juventud no por ir a la Antártida, sino por conseguir inspirar a las personas de su alrededor con esa actitud espontánea de la que tanto se avergonzaba. Y Shirase comprende por fin que el encanto antártico que tanto atrajo a su madre se encuentra en el equipo con el que iba a investigar ese níveo escenario, algo parecido a lo que vive ella gracias a la compañía de Mari, Hinata y Yuzuki.    

Nuestras protagonistas cantando bajo la luz de los pilares solares antárticos © Yorimoi Partners

La clave del éxito de Yorimoi, como se ha podido observar a lo largo del artículo, yace en las personalidades de cada una de las protagonistas. Ya sea por las dificultades a la hora de distinguir entre amistades verdaderas y no tan verdaderas, ya sea por tener objetivos que a la mayoría le parecen irrisorios o bien sea porque una historia de amistad y superación siempre es bienvenida, la verdad es que no faltan razones para que Yorimoi ocupe un merecido puesto en los corazones de todas las personas que han podido conocer las sonrisas y las lágrimas de este entrañable grupo de amigas.   

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