Siete one-shots que quizás os gusten

En un mundo en el que las series de manga se alargan semana tras semana, en el que One Piece ha superado hace ya un tiempo el millar de capítulos y en el que el fandom se puede permitir consignas como «no, lo que pasa es que Gintama se pone bueno a partir del episodio 150, tienes que ser paciente», los one-shots son un oasis, un charco de agua fresca entre kilómetros de áridas dunas. Planteamiento, nudo y desenlace contenidos en, habitualmente, menos de cincuenta páginas. Suelen servir o bien para que nuevos autores muestren de lo que son capaces —de hecho, gracias a la buena aceptación del one-shot de Phantom Seer se le dio luz verde a la serie regular, aunque luego llegó la Jump con su hacha de cancelar y ya sabéis la historia— o para que los que ya están consagrados puedan explorar nuevos horizontes creativos que de otro modo no tendrían excesiva cabida en sus mangas habituales, costumbre que, por ejemplo, tiende mucho a utilizar nuestro muy querido Tatsuki Fujimoto. Y hoy en Futoi Karasu hemos decidido traeros siete recomendaciones de one-shots estupendos para leer una tarde que necesitéis relajaros con buenas historias o, simplemente, daros un respiro de los 777 capítulos que tenéis pendientes de KochiKame.

4-funkan no Owari ni (Yariku Hiramatsu)

Las parcas tienen una jornada laboral muy determinada: 4 minutos cada día. Si consigues evitar que durante ese tiempo consigan cosechar tu alma con su gélida guadaña, estás libre, al menos hasta que vuelvan a recibir el encargo de segar tu existencia. Anita es una de las mejores asesinas del mundo y, quizá debido a su contacto constante con óbitos y decesos variados, logra percibir a la encarnación de la muerte y burlarla una y otra vez. A lo largo de los años nuestra parca protagonista recibirá en diferentes ocasiones el encargo de terminar con Anita y a lo largo de los años ella conseguirá sobrevivir siempre un día más. Y así, una relación muy especial comenzará a germinar entre ambos. At the end of 4 minutes es una obra directa, trágica pero a la vez cargada de vitalismo. Yariku Hiramatsu, pese a ser un autor completamente novel, huye de forma extremadamente hábil de los habituales tropos cínicos o directamente edgys, que tan fácilmente tendrían cabida en un relato de estas características y abraza una suerte de optimismo un poco melodramático, pero que deja con muy buen sabor de boca. Atentos estaremos a nuevas creaciones suyas.

Yuusha Goikkou no Kaerimichi (Ryōuji Hirano)

Hirano es un mangaka inusual. Con sólo cuatro años de carrera a sus espaldas nunca le ha temblado el pulso a la hora de enfrentarse a proyectos de peso, y gracias a eso nos entregó no sólo la estupenda Kimetsu no Yaiba Gaiden – Stories of Water and Flame, sino también esa increíble Fate/type Redline, que es probablemente la mejor iteración actualmente en publicación de la franquicia original de TypeMoon. Pero quizás ha sido el one-shot que nos ocupa donde, hasta ahora, más ha brillado. El planteamiento, si bien en su momento original, puede haber sido fagocitado en mayor o menor medida por el éxito de Sousou no Frieren, pero la dura emotividad y el gancho directo a nuestros lacrimales siguen totalmente vigentes. Los cuatro héroes que comenzaron una aventura para derrotar al Rey Demonio vuelven a casa, guiados por la hechicera del grupo, tras un largo periplo. Lo que comienza como un cuento tranquilo y cálido terminará teniendo un trazo mucho más triste de lo esperado.

Nosotros no estamos llorando, vosotros estáis llorando / ©Shueisha

Ruri Dragon (Masaoki Shindō)

«Turning Red, pero aún mejor» no sería mala manera de definir este manga. Si en la exitosa película de Pixar se sorteaba el coming-of-age para identificarnos la llegada de la adolescencia y los cambios físicos y psicológicos que induce en una persona con el hecho de convertirse en un panda rojo gigante, la obra de Shindō, publicada en 2020, hace lo mismo, pero con un dragón. La joven Ruri se despierta un buen día con unos sospechosos cuernos en su cabeza, sus pupilas comienzan a convertirse en las de un reptil y, pronto, cada vez que estornuda, una peligrosa llamarada sale de sus fosas nasales. Intentando entender las inesperadas transformaciones que están teniendo lugar en su cuerpo, pide consejo a su madre, quien le revela la realidad: su padre, largo tiempo desaparecido, es un auténtico dragón. Ambas viajarán entonces a la montaña en la que se rumorea que él aún se encuentra, guardando un antiguo santuario. Ruri Dragon destaca por ser un relato familiar, lleno de buen humor, optimismo y un mensaje muy sano y necesario sobre aceptarnos a nosotros mismos y a la gente que nos quiere.

RKD-EK9 (NisiOisin y Takeshi Obata)

El bueno de NisiOisin no sólo es uno de los escritores más interesantes de las generaciones recientes niponas, sino también uno de los más prolíficos. A sus ya archiconocidas series de novelas, como Monogatari, Zaregoto o The Memorandum of Kyoko Okitegami, hay que sumar trabajos en manga como la hilarante Medaka Box e incluso one-shots como el excelente genderbend Aru Asa Okitara. Parte de sus trabajos cortos en el mundo de la viñeta están recopilados en Oogiri, un tomo que reúne colaboraciones con artistas tan reputados como Mizuki Kawashita —Ichigo 100%— o Akihisa Ikeda —Rosario+Vampire—, pero probablemente la narración mas interesante de este recopilatorio es la que lo junta con Takeshi Obata, autor de Death Note. Juntos, Isin y Obata entregan una historia llenísima de humor negro y personajes entrañables a los que es complicado no coger ni un poco de cariño en apenas la veintena de páginas que dura. La ciencia ha demostrado por fin que el Paraíso existe y que el acceso al mismo depende de un sistema de puntos tan exigente que prácticamente ningún mortal puede alcanzarlo. Tres estudiantes se unirán entonces para llevar a cabo un experimento que les permita trampear el tiránico sistema de puntos del Cielo y poder acceder a él.

Los habituales diálogos ingeniosos de Nisio junto a la pluma de Obata son una combinación explosiva / ©Shūeisha

Me wo Sametara Onnanoko ni Natteita Yamai (Tatsuki Fujimoto)

Los one shots de Fujimoto tienden a ser sinónimo de calidad. Tanto Look Back como Adiós, Eri, de la que se ha hablado largo y tendido en esta web, han cosechado críticas positivas a diestro y siniestro, pero buena parte de los trabajos autoconclusivos del autor de Chainsaw Man salieron a la luz antes de la explosión de su fama internacional y no por ello son menos interesantes. When I Woke up I Had Become a Girl Disease es quizá uno de los mejores ejercicios recientes de un autor nipón mainstream por comprender y enfocar de manera mínimamente adecuada la temática trans. Nuestro protagonista despierta un buen día con un cuerpo femenino debido a una enfermedad incurable. A partir de ahí, tendrá una crisis de identificación de género y orientación sexual tras otra, pero, pese a que Fujimoto se esfuerza en mostrarnos concienzudamente la confusión reinante en los personajes, en su cabeza las cosas están totalmente claras y el mensaje que este one-shot transmite no podría ser más sano, optimista y respetuoso con el colectivo trans, un auténtico faro de luz en un mar de fetichización e incomprensión.

Shinrei Shashinshi Kouno Saburou (Kaiu Shinrai y Posuka Demizu)

Se comentaba al principio del artículo que en ciertas ocasiones un buen one-shot puede dar lugar a una exitosa serie regular, y en el caso que nos ocupa, es casi tragédico que no haya ocurrido así, al menos por el momento. Spirit Photographer es relevante por todo aquello a lo que podría haber dado a luz. Un misterioso fotógrafo de entes sobrenaturales vaga por Japón no sólo realizando reportajes visuales de fantasmas y espectros varios, sino ayudando de paso a aquellos afectados por las acciones de los espíritus de turno. Aquí hay mucho suspense, drama, un toque sutil pero adecuado de truculencia y, sobre todo, esa intencionalidad patente de dar pie a una serie que podría haber dado muchísimo de sí.

La habilidad de Tatsuya Endo para que todas las señoras protagonistas que dibuja sean guapísimas es casi sobrenatural / ©Shueisha

Rengoku no Ashe (Tatsuya Endo)

Os gusta Spy × Family, nos gusta Spy × Family, a absolutamente todo el mundo le gusta Spy × Family, y si existe todavía alguien a quien no, probablemente sea porque no tenga alma, pero el exitoso manga de espías —con su actualmente exitoso anime— no es el primer trabajo del que fue ex asistente de Fujimoto en los tiempos de Fire Punch. Tista o Gekka Bijin fueron, por citar un par, algunos de sus previos intentos de llegar al gran público en el mundo del manga, pero nosotros nos quedamos con el one-shot Rengoku no Ashe, donde, aparte de revelar dónde nació el adorable diseño de Anya Forger —aunque aquí el personaje en cuestión sea adulto—, nos contaba una historia sobre Bel, un abnegado y tontorrón caballero hospitalario que conoce a Ashe, una hermética y seria pero bondadosa joven, quien cura sus heridas. Cuando esta última es acusada de brujería y posteriormente sometida a juicio, Bel intentará ayudarla por todos los medios. Endo nos ofrece una mezcla muy condensada y funcional de buen humor, cierto drama y toques de acción fantásticos, dejando entrever muchas de las virtudes que han convertido hoy en día a Spy × Family en una de las obras del momento.

Hasta aquí las recomendaciones de hoy, hay one-shots para aburrir y muy probablemente en un futuro os ofrezcamos una nueva serie de sugerencias. Quizás os hablemos de la preciosa Touzouku to Houseki Shoujo o puede que de la emotiva Sekai no Owari no Pen-friend. Hasta entonces, esperamos que estos os gusten estos tanto como a nosotros.

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