Si algo tienen los otomes es, precisamente, la variedad en todos los aspectos posibles. Hay historias para todos los escenarios imaginables, abarcando todos los subgéneros propios de la ficción; un número sin fin, también, de artistas trabajando en el arte del juego, guionistas y compositores. Por supuesto, también hay personajes de todo tipo: algunos más queridos, otros a los que se les encuentra más odiosos, de todas las personalidades y edades. Sin embargo, hay un hecho bastante común que se ve en los círculos de este fandom, y más en la gente de fuera —que, normalmente, ve las adaptaciones de los otomes a anime—: el odio injustificado a muchas de las MCs —Main Characters— o heroínas.

Cada persona juega los otomes de mil formas distintas: algunas hacen self-insert y piensan que los personajes se dirigen directamente a ella, otras lo ven como si fuese una película y ellas solo fuesen un espectador, viendo como florece el amor entra la MC y el interés romántico, y otras que se identifican con la MC a la hora de jugar, pero ya está. No hay ninguna opción más válida que otra, pero esto sí acaba repercutiendo en el odio que reciben las MCs según el nivel de personalidad que les hayan dado.

Otra cosa que, se mire por donde se mire, será siempre un misterio: hay gente que odia los juegos otome porque te obligan a jugar con una MC femenina —al menos, los juegos otome japoneses—. Sinceramente, ¿la gente es consciente de lo que juega o se compra los juegos con los ojos cerrados? Ojalá decir que esto sea mentira, pero hay mucha gente que odia a las MCs única y exclusivamente por ser mujeres.

No es raro entrar en r/OtomeGames y encontrarse al menos una vez a la semana, un post diciendo “¿Soy la única persona que piensa que —la víctima que toque ese día, pero siempre una MC— es inaguantable?”. Ojo, para gustos los colores, por supuesto que te puede gustar —o disgustar— un personaje por el motivo que sea, pero no es casualidad que SIEMPRE sean las MCs las que reciben gran parte de esta carga negativa. Cada poco, además, aparece un post como “¿A qué MCs odiáis y por qué?” ¿Por qué seguir jugando? ¿Qué necesidad hay de continuar algo que no gusta?

Lo que la gente nunca parece tener en cuenta, y donde reside parte de este odio, es en que siempre juzgan a las MCs desde una perspectiva occidental. Nadie se sorprende, a estas alturas de la película, que Japón tenga una de las sociedades más machistas del mundo. Los otomes japoneses están enfocados en un público japonés, con lo que eso conlleva: normas, percepciones y otros aspectos —tanto sociales como culturales—. No podemos esperar que una MC esté hecha a nuestra medida, con nuestras ideologías, creencias y normas occidentales, porque en ningún momento somos su audiencia principal.

No es raro ver quejas sobre la inocencia de las MCs, como si un beso casto fuese un acto escandaloso para ellas. Obviamente, a nuestros ojos, esto nos parece una absurdez. “Es un beso, no correr desnudo por la calle”, pensamos. Pero hay que llevar esto a la sociedad japonesa, donde se espera que las mujeres sean puras, recatadas y absolutamente inocentes, casi virginales. O sin el casi. Es normal, por tanto, que la MC represente este ideal de mujer. Por supuesto, no todas son así, hay algunas más abiertas, incluso a temas románticos o sexuales. Será por variedad, si nos paramos a pensarlo. Aun así, no cuesta mucho buscar y encontrar que, en el caso de más de una MC, se la cataloga como directamente pesada o tonta solo por ser más inocente. Obviamente, aquí también hay capas que analizar, como el claro sexismo que se da en la sociedad japonesa y cómo esto se vuelca irremediablemente en todo medio cultural que produzcan, pero eso será en otro artículo.

Por lo general, podríamos decir que siempre es por misoginia. Si la MC no sabe defenderse, mal; si depende de los LIs —Love Interest—, mal; si no depende de los LIs, también mal. Que si tiene mucha personalidad, que si tiene poca; que si es rubia, que si es morena; que si es demasiado pasiva, que si es demasiado llorona, que si es demasiado alegre, que si… ¿Que si qué? ¿La gente se ha parado a pensar que NUNCA está contenta con la MC? Lo que es peor es que parecen no entender el contexto del personaje ni del setting entero, que es lo que da lugar a que MC tenga una personalidad u otra.

Por supuesto, hay ocasiones en las que el personaje está simplemente mal escrito y no tiene más vuelta de hoja, pero muchas veces es justo lo contrario. Desde luego que hay MCs mal escritas —Fuuka, de Ozmafia!!, por ejemplo—, pero hay una multitud que tiene un desarrollo increíble a lo largo del juego y que la gente prefiere ignorar para, simplemente, centrarse en cualquier otra cosa que consideren peyorativa.

Pero sí, muchas veces las críticas no tienen más trasfondo que la misoginia en estado puro. Cualquier cosa que haga la MC molesta, desde su actitud, su personalidad o su diseño. Claramente, la MC no va a actuar como tú lo harías, porque es indudablemente imposible hacer un personaje que guste a todo el mundo, pero hay que tener en cuenta que es un agente más dentro de la obra, con todo lo que eso conlleva. ¿Por qué a ellas se la juzga con más mano dura que a los personajes masculinos?

Se puede hablar de mil personajes que reciben odio prácticamente cada día, pero por poner un ejemplo: Chizuru Yukimura —de Hakuōki: Shinsengumi Kitan—. Tenemos a una chica de 16 años al inicio del juego, viviendo sola con hombres guerreros y buscando a su padre, el cual desconoce si está muerto o no, y ocultando su verdadera identidad. Pues bien, no hace falta buscar demasiado para ver que le llaman de todo menos guapa. Pero vamos a ver, por favor, por un solo segundo, ¿alguien se ha parado a pensar en el contexto que rodea al personaje? ¡Es normal que esté asustada, que dependa de los LIs y que, quizás, no sea tan fuerte como la gente quiere! Estamos hablando de una chica que ve los horrores de la guerra de primera mano. ¿Qué esperan, que coja una katana y se lance a una muerte segura?

Podemos seguir, claro. Liliana Adornato —Piofiōre no Banshō— es una MC que ha vivido toda la vida en un orfanato regentado por la Iglesia y que, de la noche a la mañana, se ve envuelta en plena guerra entre mafias, donde ella es una pieza clave y todos la están buscando. A la gente le molesta que sea más pasiva, que no se defienda, que sea sosa, que no se valga por sí misma, que no se resista. ¿Estamos jugando a lo mismo? ¿Alguien se ha parado a pensar que estamos hablando de una civil atrapada en una guerra que no es la suya, corriendo el riesgo de morir tanto ella como sus allegados? Quizás es que simplemente odiáis a las mujeres y necesitáis cualquier excusa patatera para poder justificaros.

Siempre se espera que una MC sea fuerte, y cuando lo es se la juzga. Si se muestra más temerosa, también se la juzga. Hagan lo que hagan, siempre van a ser criticadas y odiadas sin motivo aparentemente. Por lo visto, la gente prefiere fijarse siempre en los aspectos que consideran negativos en vez de sus puntos fuertes: quizás una MC no sea tan fuerte como nos guste, pero es empática y siempre tiene palabras de ánimo para los personajes. A lo mejor nunca se rinde, pese a tener todo en su contra. Quizás esté dando todo de sí, dentro de sus posibilidades, siendo un gran personaje y siendo fuerte a su manera, pero la gente opta por decir que es una tonta que no es capaz ni de levantarse de la cama sola. ¿Qué sería preferible, una Mary Sue en toda regla?

Molesta siempre todo lo que hace la MC. Eso sí, lo que se critica de esta, se alaba en los LIs. Qué curioso, ¿no? No son pocos los clichés/tropos que gustan en un LI, pero ni se te ocurra aplicarlo a la MC. ¿Por qué, si es una chica, molesta? Esto en cuanto a los clichés, claro. Se defiende a capa y espada a los LIs, aun con todas las cosas malas que puedan llegar a hacer, pero como la heroína se equivoque en una sola ocasión… Anda que no hay MCs bien chulas ahí fuera, siendo —en algunas ocasiones— incluso más interesantes que los personajes masculinos, pero claro, es que en una escena aleatoria eligió pistachos y no cacahuetes y, automáticamente, es el peor personaje que existe.

Que este artículo no se entienda como un “Es obligatorio que os guste la MC, que la defendáis con vuestra vida si fuera necesario y que jamás digáis nada malo de ella”, sino una llamada a la reflexión sobre por qué esa mano dura a la hora de criticar a los personajes femeninos y no a los masculinos. ¿De verdad disfrutáis jugando otomes si nunca os gustan las MCs?