No es ningún secreto que uno de los temas más significativos de todo One Piece es la discriminación entre distintos pueblos. A medida que avanza la serie, por si el mensaje no es lo suficientemente claro, nos vamos dando cuenta de que todo apunta a que el objetivo final de este viaje es la unión de todos los países del mundo y todos los pueblos conviviendo bajo un mismo sol.
La discriminación es algo que está íntimamente relacionado con el principal tema de la serie: la libertad. Cuando alguien es excluido sea por el motivo que sea —color de piel, género, altura, etc— se le está limitando como ser vivo. Por eso, no es casualidad que prácticamente todos los miembros del Gobierno y de la Marina sean humanos, son los que dominan el mundo y coartan la libertad de los demás en todos los sentidos —esclavitud, censura, purgas, etc—.
Las otras especies apenas tienen presencia en los primeros compases de la serie. Hasta que conocemos a Arlong y su tripulación, un grupo tritones que se han hecho con el control de la villa Cocoyasi. Es el primer contacto que el lector tiene con una especie civilizada que no sea la humana. Y no es coincidencia que Arlong sea alguien que discrimina a los humanos por el simple hecho de considerarlos seres inferiores. Cientos de capítulos más adelante entenderemos de donde viene este odio y se profundizará mucho más en el tema. Pero esta discriminación es algo que se nos introduce en uno de los primeros arcos de la serie porque va a ser una de las cuestiones principales a tratar.
En el arco de Sabaody descubrimos la máxima representación de la discriminación: la Casa de Subastas. La superioridad de los humanos está a tal nivel que pueden permitirse subastar esclavos de todo tipo. Lo de Arlong no era un caso aislado de discriminación y su odio hacia los humanos no era algo unidireccional. Y cuando los Sombrero de Paja llegan a la Isla de los Tritones entendemos por fin la raíz del conflicto. Conocemos el pasado de los piratas Sol y la actitud de la reina Otohime con los humanos. Mientras los humanos seguían perjudicando a su especie, ella estaba convencida de que era posible crear una vía de convivencia entre los tritones y la gente de la superficie.

Por si no era suficiente, el mensaje que deja el final del arco de la isla de los Tritones es bastante claro. En una de las escenas más relevantes de toda la serie, Jinbe dona su sangre a Luffy —a diferencia de su antiguo compañero tritón Fisher Tiger, que prefirió morir antes que recibir una transfusión de la sangre de un humano por todo lo que le habían hecho—, demostrando así que, pese a ser diferentes, ambos son seres vivos hechos de lo mismo y que tienen derecho de vivir libres por igual sin ningún tipo de prejuicio.
Con esto creo que no debería haber dudas de cual es uno de los mensajes más importantes —y que sigue desarrollándose con nuevos matices— en One Piece.
Pero hace poco se reveló una nueva tanda de actores para live action de Netflix. Entre ellos el actor afroestadounidense MicKinley Belcher III en el papel de Arlong. Una parte del fandom de la serie no tardó en mostrar su descontento porque, según ellos “si el personaje va a tener la piel morada como en el anime, podrían coger a alguien blanco”. Otra parte decía que el hecho de haber escogido a este actor para hacer a un personaje racializado ya era racista por sí solo. A esto, el propio MicKinley respondió que la oportunidad de interpretar a un personaje como Arlong significa que se encuentra en cierta forma en una posición privilegiada. Así que el problema de los fans parece ser que va más bien con el hecho de que Arlong no sea interpretado por un actor blanco.
Esta disonancia entre el mensaje y los fans no es algo nuevo. Cuando en el manga se reveló el color de la piel de King —el segundo al mando de los piratas bestias comandados por Kaido— gran parte de los fanarts que se hicieron del personaje eran con withewashing incluido.
Pero la cosa no se queda solo en cuestiones racistas por parte de los fans. Otro de los actores que se reveló fue el de Morgan Davies en el papel de Coby. Este caso tampoco tardó en ser criticado por el simple hecho de que a algunos no les gusta la idea de que ningún personaje sea interpretado por un actor transgénero.
Es cierto que Oda ha cometido algunos errores representando al colectivo LGBT en su obra, confundiendo orientación con identidad de género y con el travestismo, englobándolo todo en lo mismo1. Pero trescientos capítulos más adelante ha intentado arreglar esta representación introduciendo de manera correcta a personajes transgénero, como es por ejemplo Kiku —una obra que lleva publicándose desde hace 25 años es normal que evolucione a la vez que el autor, pero también os digo que un poco de investigación previa desde el principio no costaba tanto—.
También se introdujo hace dos años a Yamato, el hijo de Kaido que, pese a no tener cispassing, todos los personajes tratan en masculino. Es cierto que las cuestiones de identidad del personaje van más allá de su género y que aún hay gente que todavía duda de si deberían tratarlo como él o como ella. A todo esto no puedo evitar preguntarme: ¿si el propio Yamato se trata a sí mismo en masculino y el resto de los personajes también se refieren a él de esa manera —más allá de que quiera ser Oden y de todo lo que pueda haber detrás de ello— por qué la mayoría de fans se empeñan en tratarle como mujer?

Sea Yamato transgénero o no, One Piece habla sobre el respeto. Así que si estamos viendo que todos los personajes le tratan en masculino porque es con lo que se siente cómodo, ¿por qué no deberíamos respetarlo nosotros también?
Como veis, One Piece aboga por construir un lugar lleno de diversidad en el que todo el mundo sea respetado y viva con la tranquilidad de saber que nunca nadie va a ser discriminado. ¿Así que qué mejor que escoger a actrices y actores que representen dicha diversidad?
Y si te desagrada la elección de un actor por su color de piel o por su identidad de género y te justificas diciendo “no soy racista, es cuestión de gustos”, siento decírtelo pero… que tus gustos se vean influenciados directamente por el color de la piel de una persona esto te convierte en una persona racista. Y que prefieras a un actor cis antes que a un actor trans solo porque sí, sin otro motivo de peso esto te convierte en una persona tránsfoba. Esto te convierte en una persona que no respeta ni tolera a los demás solo por ser diferentes a lo que tú consideras normal. Te convierte en alguien que no sería capaz de sentarse al lado de absolutamente cualquier persona en la gran fiesta que reuniría a todo el mundo bajo el mismo sol. Te convierte en un fan de One Piece que no está entendiendo One Piece.
1Nota del editor: Ah, la sociedad japonesa