Tendemos a sacralizar en cierta manera a los creadores de las cosas que nos gustan, a rodearlos de un halo de misticismo, como si fuesen seres por encima del resto de los seres humanos; y hasta cierto punto me parece lógico, no es nada negativo per se idolatrar a personas que han creado cosas que nos gustan y nos hacen felices.
No obstante, creo que también hay que admirar a los autores con cabeza y ser conscientes de que son tan humanos como los que consumimos su obra. Al final del día, son tan susceptibles de cometer errores como tú y como yo, querido lector.
Eso significa, por supuesto, que no tenemos por qué estar absolutamente de acuerdo con todas las decisiones que toman nuestros creadores de ficción favoritos, y eso incluye pasar por el aro de entender que algunas cosas, por mucho que nos empeñemos, no son del todo buenas, y que aceptar eso no supone de ninguna forma que dicha obra pase a ser automáticamente mala. Casi nada en este mundo es totalmente negro o totalmente blanco (salvo los nazis, que todos sabemos que son escoria, eso no admite discusiones) y casi ningún producto cultural, por no decir que ninguno, es perfecto. Hay que saber ser consumidores críticos y esto de ninguna manera es incompatible con el disfrute, el aprecio y la admiración.
Recientemente, en Twitter, se ha criticado al famoso autor Brandon Sanderson por montar una campaña de Kickstarter para sacar adelante sus nuevos libros, cosa que siendo un autor tan reputado está un poco regular. Pues obviamente ha salido gente en su defensa, porque es que parece que a ciertos autores no se les puede toser. Tampoco me vale ser selectivamente crítico y criticar solo las cosas que no nos gustan mientras tratamos con algodones a los autores y cosas que nos gustan.

Hecha esta introducción, debido a esa sacralización del autor parece que no se puede decir que Fulanito o Menganito han hecho algo mal porque te masacran. Esto es especialmente sangrante con ciertas obras intocables. Pero yo vengo aquí a decir que, en mi humilde opinión, la visión del autor no es ni mucho menos sagrada. Porque, como ya he comentado, los autores también son humanos y también pueden (y, de hecho, lo hacen) tomar malas decisiones que afecten negativamente a su obra.
Aún recuerdo cuando salió el infame final del manga Shingeki no Kyojin y algunas personas pusieron voz en grito porque un grupo de fans decidió reelaborar el final a su manera. «Es que no estáis respetando la visión de Isayama». Mucha gente, como ya sabréis si estuvisteis pendientes de las redes sociales en su día, expresó su descontento ante la forma en la que el mangaka puso punto final a su célebre manga, yo entre ella. Y ante esto, pues no es de extrañar que haya fans que quieran hacer su propia versión de dicho final para sentirse mejor con ellos mismos y, ya de paso, ayudar a otras personas insatisfechas. La verdad es que no entiendo exactamente cuál es el problema de hacer esto y por qué a tanta gente le parece mal. El final canónico pensado por el autor no va a desaparecer, no se trata de una eliminación, seguirá existiendo para aquellas personas que lo disfrutaran y lo apoyaran, esto no es más que una alternativa que ni siquiera es canon. No dista mucho de los miles de fanfics sobre universos alternativos escolares, de mafiosos, de universitarios y de cualquier cosa que se os ocurra que existen de cualquier obra de ficción, y muchos de ellos son tan irrespetuosos con el material original como podría serlo una reescritura del final de la obra. No hace falta más que darse un paseo por AO3. Y, sin embargo, no veo que nadie se enfade porque se hagan este tipo de cosas.
El fenómeno fan se nutre de tomar continuamente ideas y personajes del autor y situarlos en otro escenario; el fanfic y el fanart son prácticas absolutamente válidas que muestran el derroche de creatividad que poseen muchas personas y, si tomásemos la visión del autor como algo absolutamente sagrado, no existirían. Todos sabemos que J. K. Rowling es una persona horrible porque desprecia al colectivo trans y, además, su obra está plagada de tintes rancios. No veo ningún problema en que la gente reescriba sus personajes y sus escenas para adecuarlos y que sean mucho más amigables para cualquier lector.

Pero es que ni siquiera hace falta que el autor sea una basura de persona. Moviéndonos ya al ámbito de los videojuegos, hay una visión de los juegos de From Software como algo intocable e intachable que no entiendo ni respeto. No voy a entrar en el debate de la dificultad porque eso da para otro artículo o un podcast entero y no pretendo meterme de lleno en este fango ahora mismo, pero no comprendo que haya gente quejándose porque la mayoría de juegos de From no tengan opción de pausa y se les insulte y se les diga que hay que respetar la visión de Miyazaki. Esto es algo que no veo con ninguna otra saga ni compañía, porque al final todos sabemos que la mayoría de videojuegos, exceptuando algunos títulos indie, son fruto de un esfuerzo colectivo, no de una única mente maestra (por mucho que esa cabeza pensante sea la que dirige y coordina todo). A mí lo de la pausa me parece una queja legítima y creo que los jugadores están en su derecho a expresar lo que sienten; al final, no todos tenemos el privilegio de poder sentarnos durante horas a jugar sin que se nos interrumpa o sin que otros menesteres o personas requieran nuestra atención y nos veamos, por tanto, obligados a pausar la partida.
Pero es que, al final, mucha gente usa la excusa de la visión del autor en este caso como un pretexto para hacer gatekeeping al más puro estilo gamer que ya todos conocemos. Si les dices que algunas cosas no están del todo bien, como lo de la pausa, te responden que git gud y que te aguantes porque Miyazaki lo ha querido así porque al final lo que quieren es que un único y selecto grupo de jugadores entre en su círculo, lo de siempre, porque tú no eres merecedor de estar en él por jugar de cierta manera o, sencillamente, por ser crítico. Lo curioso es que si esto ocurriera en cualquier otro juego les faltaría tiempo para echar espuma por la boca diciendo que que no haya pausa en 2022 es totalmente inadmisible.
Esto último se evidencia cuando vemos que la visión del autor realmente les da igual; me explico: meter pausa es alterar el juego y, por tanto, modificar la visión del autor, pero instalar 50 mods distintos para jugar con personajes de otros juegos o para que nuestro muñeco vaya en pelota picada por lo visto no afecta en absolutamente nada a la visión de dicho autor. Por otro lado, esa misma gente te dice que no puedes jugar como mago en los juegos de From porque es hacer trampa, pero es que esa clase te la da a elegir el propio juego, no es ningún añadido, entonces formaría parte de la visión del autor. Y es que esa visión solo interesa sacarla a colación para unas cosas, no para otras. Es un poco hipócrita por su parte.
Además es que me impresiona sobremanera que se pueda exigir selectivamente cosas a una obra, pero no a otra. Pokémon tiene que tener gráficos de última generación porque si no los desarrolladores son unos vagos, pero si la gente pide pausa en los Souls, «hay que respetar la visión del autor», cuando no existe ninguna excusa para no introducirla realmente, y menos cuando en Sekiro sí hubo pausa. Entiendo que al ser un juego online es complicado, pero a diferencia de juegos como Final Fantasy XIV, que te obligan a estar conectado si quieres jugar, en los de From puedes desconectarte de la red, por lo que no veo inviable que se introduzca para el modo offline. Es un hecho que los juegos de From Software son absolutamente intocables, y raras veces he visto este fenómeno de protección de los fans con otras sagas o juegos, por lo menos a este nivel, lo cual no significa que no exista, por supuesto, porque además el guerraconsolismo es una cosa que está ahí y eso ya sabemos que da de sobra para gente defendiendo lo indefendible y tirando caca porque sí. No digo que una de las dos cosas esté bien y la otra mal porque creo que en general deberíamos ser más exigentes con la industria triple a (y con exigentes no me refiero a llevar a los desarrolladores hasta el crunch para incluir detalles absurdos como físicas innecesarias o nuevas animaciones pudiendo reutilizar las que funcionan), sino que se use el mismo rasero crítico para todos los títulos y con todos los autores, ni más ni menos.

Con todo este tema, no quiero defender cosas como modificar fanarts, ni mucho menos. Eso me parece una práctica horrible y, si quieres hacer una interpretación de un fanart de un artista, siéntete libre de hacer tu propio arte aparte referenciando el original, no modificando directamente este.
No defiendo que nadie vaya y modifique el texto original de una novela para que a partir de ese momento se publique así. Esto me parece una falta de respeto. Lo que defiendo es hacer contenido fan aparte de la obra y, además, que se permita ejercer la crítica no destructiva cuando sea preciso. En el tema de los videojuegos entiendo que es algo más complicado por la naturaleza de los mismos, pero estoy totalmente a favor de mods y trainers, porque al final son una experiencia individual que no implica modificar los archivos de todas las copias existentes de un videojuego. Si yo quiero jugar a Resident Evil 2 cambiando a los zombis por el ganso de Untitled Goose Game, esto no afecta a ningún otro jugador ni a los creadores del juego porque solo modifica mi copia y, además, es reversible. De la misma manera, la inclusión de opciones que deberían considerarse QOL no tienen por qué afectarte necesariamente si se agregase un botón para activarlas o desactivarlas; si quieres jugar sin pausa, perfecto, desactívala y disfruta. Pero no impidas que otros se quejen por la ausencia de algo que es básico.
Quiero finalizar reiterando que ni el autor ni su visión son sagrados y que los fans tenemos derecho a expresarnos al respecto, bien sea creando contenido fan que de ninguna forma elimina la obra original, bien expresando el descontento o la crítica. Porque esto último, además, es necesario.