La dificultad de los elitismos

Hoy, día 25 de febrero, sale Elden Ring en todo el mundo, todo un acontecimiento de masas y hype que se ha granjeado críticas muy positivas. Se habla de la enorme libertad que tiene, de la variedad, de cómo todo lugar tiene una historia, algo que explorar. También se habla de una mayor accesibilidad en el título y una ventana de inicio mucho menos incómoda para el recién llegado que sus predecesores.

«No se habla de los que lo jugaron el jueves no no noooo.» / Disney©

Y se ha desatado la polémica. Una pequeña. Casi residual.

Perdonad si esto parece tomárselo un poco a la tremenda, pero es que siempre pasa algo parecido cuando sale un juego de From Software. Y ya ni hablemos en cuanto se habla de algo relacionado con su dificultad, es como abrir las puertas al Abismo —pun no intended—.

Los juegos de Hidetaka Miyazaki los conoce ya todo el mundo, se han convertido en un estándar en la industria y cada ocasión en la que aparece uno nuevo se convierte en un acontecimiento muy laureado. Son títulos con un sistema sólido, unas bases mecánicas que pueden llegar a ser profundas y mutables y un halo de misterio e interés que ha dado para mil vídeos y artículos distintos sobre su lore, sus personajes o su mundo. Si hasta ha creado una comunidad extensa de gente que los juega sin que les golpeen o reciban daño, jueguen con un hula-hoop y demás locuras.

Es innegable la tremenda influencia de los Soulsborne en juegos de otras compañías, en el diseño estructural de sus mundos o en cómo se percibe la dificultad. ¡Si hasta hay referencias a las famosas hogueras en más de una obra y en más de dos!

También es innegable que haya cierto elitismo en la franquicia de From Software. Hemos avanzado mucho desde la salida del primer Dark Souls y los años que le siguieron, pero sigue ocurriendo. Sigue existiendo esa cabaña del árbol de gente que, por algún motivo u otro, no permite que otras personas fuera de la franquicia entren. Incluso aunque no haya un modo “fácil” como tal que ayude a esa entrada.

Estas cosas, por desgracia, son el pan de cada día y pasan no solo por los videojuegos, sino también en el cine, series, o libros. Supongo que el panorama cultural tiene asociado como compañero inseparable esa figura con cara de superioridad y desprecio de quien se cree el más listo del reino.

Desde luego no el creador, pero sí el que ha vuelto a poner de moda los pantanos / From Software©

El elitismo en el mundo de los videojuegos, y más aún en ciertos fandoms, es una constante en este, nuestro medio preferido. Y uno muy vocal. Las guerras de fans del Shin Megami Tensei entre la vieja guardia y los que han aparecido por los Persona. Las fanbases de los juegos de lucha —incluso en el Smash— que pelean por si han nerfeado demasiado a tal personaje o porque el moveset era más profundo antes que en la última entrega.

Los Souls, como ya he dicho, no se libran de esas cadenas de espino que tratan de impedir su movimiento. Y es en la propia dificultad donde se destila esa manida y hueca frase de “Git Gud”. Como todo, no voy a generalizar, porque estaría haciendo un ejercicio de escasa praxis, además de estar mintiendo. Pero no sacar el tema o hacer como que no existen no es la solución.

El desprecio hacia a los novatos o a los que se frustran bastante con una parte concreta, burlándose de ser unos “mancos”. Incluso esa mirada por encima del hombro se da cuando ven a alguien “hacer trampas” como son el invocar npcs o jugadores. ¡Y esto a pesar que el propio juego te da desde el principio esas herramientas!

Ahora que ha salido al mercado Elden Ring, una de las cosas que se han hablado en múltiples análisis es que es probablemente el título más accesible —que no fácil— de From Software. Y aún así, hay gente que piensa que esto es una afrenta contra los juegos y la propia filosofía de trabajo de Miyazaki. Porque supongo que sabrán más de las obras que el propio creador de las mismas, imagino.

Cuando se habla de accesibilidad se refiere a la manera en cómo alguien puede enfrentarse a una situación de diversas formas. No solo con habilidad, sino también con ingenio. Ahora en Elden Ring no tienes que comerte un grupo de enemigos o un miniboss de forma obligatoria, sino que puedes despistarlos o darles esquinazo. Las builds de magia ahora son más fáciles y posibles de hacer.

From Software©

Miyazaki ha querido hacer un título que se siente como un Greatest Hits, pero a su vez creando algo completamente nuevo. Y en ello, la filosofía de llegar del punto A al punto B ya no es una línea recta, sino varias bifurcaciones. Y si eso significa que más gente puede entrar, quejarse de ello es propio de alguien que no salido de 2014.

Si cuando empecé el Dark Souls 1 me hubieran venido varios listillos a decirme que lo dejase estar al morir por quinta contra el Demonio de Tauro, probablemente me hubiese rendido y jamás habría visto las maravillas de Anor Londo, el extraño mundo pintado de Ariamis, o entrar en las catacumbas de Nito. Mucho menos pelear contra el carcomido y trágico Gwyn. Porque los videojuegos no tienen por qué ser para todos los gustos, pero tampoco es cuestión de cerrar puertas cuando pueda haber potenciales invitados.

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