Pokémon reventó el mercado a finales de los 90, con un boom de popularidad inaudito para la época y de una escala difícilmente repetible. Es una de las sagas más valoradas de la historia del entretenimiento, ya no solo de los videojuegos. Y como es lógico, ese boom tuvo repercusiones, asentando un género de videojuego, de franquicia, que comenzó a llenarse de competidores. Entre estos juegos de colección de monstruos – por no llamarlos pokemoides – se encuentra Medabots (conocido en Japón como Medarot), una IP que, si bien no alcanzó las cotas de éxito de series como Pokémon o Digimon, supo abrirse camino en los corazones de mucha gente.

Medabots es, en su esencia, un juego de recolección y pelea de monstruos. En lugar de monstruos digitales, en la saga se combate con los seres que dan título a la IP, robots con inteligencia artificial que están basados en animales, principalmente insectos. Como comentaba, la saga tuvo éxito: adaptaciones a anime y varios videojuegos de muy buen corte, con una buena recepción a nivel mundial, pero sin llegar a ser tampoco un million seller. Quién sabe por qué, el último título que vimos en occidente de la saga fue Medabots Infinity, una entrega RPG desarrollada por Natsume para Gamecube. El juego se puso a la venta en 2003, de esto hace la friolera de 18 años.
La saga en Japón, sin embargo, sigue fuerte. Tanto Natsume como Imagineer —que son quienes tienen el derecho de la IP allí— siguen lanzando tanto títulos como mangas a día de hoy. El problema está en que ese desuso de la IP en occidente hizo que quedase sin dueño hace 10 años. El trademark del nombre Medabots era libre para aquel que estuviese dispuesto a comprarlo, y eso fue lo que hizo el empresario español Kevin Comadrán en 2018.
Kevin se autoproclamaba un gran fan de la saga, de ahí esa adquisición. Pasta mediante, se hacía con todos los derechos del nombre Medabots en occidente. Esta compra no afecta, en principio, a Japón, ya que allí conocen a la saga como Medarots, pero supone un problema de bastante envergadura para Natsume e Imagineer; sin la autorización de su nuevo comprador, no es posible lanzar títulos bajo el nombre clásico de la franquicia en occidente. A la hora de intentar traer el juego gacha de la franquicia a occidente, Medarot S, se encontraron con el pastel; no era posible utilizar el nombre de su propia franquicia sin mediar un pago de derechos antes. Llegó hasta a ser denunciada por intentar hacerlo.
De haberse quedado ahí esto habría sido una mera anécdota y poco más, una curiosidad del mundo del videojuego similar al tema que ocurre entre Harvest Moon y Story Of Seasons —mira por dónde, otra IP de Natsume, las cosas que tiene la vida—. Pero, por desgracia, el asunto se pone un poquito más turbio.
Kevin, que como decía antes proclama ser un fan de la saga, quiso revivir la IP en occidente con su propio juego de la franquicia. No puede utilizar los personajes clásicos de la saga —pertenecen a Imagineer y Natsume— pero al fin y al cabo el nombre de la IP en occidente es suyo. Así que reunió a un pequeño equipo y se puso a trabajar. Se suponía que era una buena noticia para los fans porque, al menos, enseñaba a Natsume y compañía que todavía existía un interés por su franquicia en occidente. Y yo que sé, igual el juego estaba hasta guapo. Así nació Medabots World.
Durante su desarrollo, sin embargo, comenzó a ganarse el odio de los fans. La campaña de Indiegogo no auguraba nada bueno. En una de las imágenes de la propia campaña se veía abierta la tienda de assets de Unity, justo debajo de un párrafo que alababa como todo el contenido del juego era enteramente original. Tan original como esta comparación entre uno de los robots de World y uno de los diseños más clásicos de la saga. Y ojo que no es solo este caso; hay ejemplos para aburrir. Parece una cosa hecha con bastante poco cariño y la insistencia de sus desarrolladores en impedir que Natsume pueda utilizar el nombre con el que se conoce a su franquicia en occidente ha sentado bastante mal a la comunidad. Ante esta falta de apoyo, llegaron los dichosos NFTs.

Efectivamente, esto va de criptos. Concretamente de MEDA, una moneda virtual que Kevin y su equipo quieren implementar en Medabots World para, en teoría, darle más caché a su juego y crear una «experiencia distinta». Mi posición ante las criptos ya ha quedado bastante clara en otros artículos. A nivel legal, por desgracia, todo esto cumple la legislación. Y de MEDA, obviamente, no van a ver ni un duro ni Natsume ni Imagineer, aunque su trabajo esté siendo utilizado, como poco, como gancho nostálgico para hacer dinero a su costa. Esta moneda se va a utilizar dentro del juego para comprar partes de los bichejos, con diferentes propiedades y características. Y obviamente, para especular en el mercado. Tanto es así que la moneda ya está a la venta, a pesar de que el juego todavía sigue en desarrollo. Por si fuera poco, la «novedad» del sistema de combate del título aparentemente consiste en poder apostar estas criptomonedas en cada combate entre jugadores. Osea, que no es solo especulación, también está fomentado las apuestas.
Del juego en sí no se puede decir mucho, porque es lo que es. Entre los desarrolladores está listado un estudio pakistaní llamado Futive TechNet conocido por hacer asset flips para móvil de calidad más bien pocha. Esto a pesar de la insistencia de la compañía en que van a crear una experiencia AAA al nivel de la franquicia que se supone están representando aquí. Preguntar en Twitter por detalles específicos del juego solo logra que el equipo te bloquee. Y el trailer oficial definitivamente no les hace mucho favor, pero prefiero que lo veáis vosotros mismos.
Corre el rumor de que todo este esquema aparentemente va a ser apoyado por celebridades de internet del nivel de Wismichu, Cristinini o Alexby, como se puede ver en esta imagen del twitter de la compañía. Si esto será real o no está por ver, pero los que sí han anunciado su apoyo, sin embargo, son Daniel y Luis Moncada, actores de Breaking Bad entre otras producciones. Y es un apoyo que no se entiende, porque organismos de confianza para inversores advierten de que invertir en MEDA es todo un riesgo; la compañía de Kevin tiene un 60% de las criptomonedas disponibles y puede hacer que su valor caiga en picado en cualquier momento. No es más que una maraña montada para ganar dinero rápido. Han intentado hasta involucrar a Leo Messi en todo este marrón para dar confianza a inversores; y no solo en una o dos ocasiones. De momento el futbolista, al menos, no se ha pronunciado al respecto, pero la publicidad engañosa ya está hecha.
Natsume, lógicamente, ha intentado refutar la patente de Kevin, e Imagineer ha llegado a hacer comunicados oficiales en japonés sobre el tema. De momento, sin embargo, el status quo se mantiene. Y la batalla legal parece que va para largo.
Las ramificaciones de todo esto ya las veremos, pero de momento el papelón con esta saga es el que es. Se está intentando estafar y aprovechar el tirón nostálgico de una IP querida por muchos, y desde luego no sé cuán legal será todo este asunto, pero me resulta bastante poco ético. Los métodos, lo mal que huele todo este asunto y la actitud de los implicados definitivamente les hace flaco favor. El tema tiene mucha más miga y está en constante evolución, os invito a visitar el hashtag #FreeMedabots en twitter.
Gracias a @MedabotsOOC, @MedabotsESP y al usuario de reddit thecrait por sus extensos hilos sobre el tema. Este artículo no habría sido posible sin su ayuda.