Cuando se menciona Japón en alguna conversación, suele haber dos tipos de personas: los que lo tienen por un país “perfecto" y los que, por el contrario, hablan de aspectos negativos. Aunque no siempre, generalmente, mucha de esa idealización o demonización de la nación nipona suele estar basada en datos falsos o exagerados, y aunque la idealización pueda parecer que viene desde un lugar de admiración, las dos posturas son en realidad dos caras de una misma moneda.