El pasado 24 de septiembre, RGG Studio reveló un nuevo título de su afamada saga con Yakuza Kiwami 3. Se trata de una reversión de la tercera entrega numerada, originalmente lanzada para PlayStation 3 en 2009, seguida de una remasterización para plataformas modernas en 2021 junto a sus contemporáneos de la consola, Yakuza 4 y Yakuza 5.
Con el lanzamiento de este remake, como es típico, resurgió la discusión acerca de si es preferible que una desarrolladora se centre en dar una nueva capa de pintura a una obra del pasado o centrarse en proyectos originales. A pesar de ciertos aspectos bastante criticados del primer tráiler que se expondrán más tarde, no hay duda que muchos seguidores han recibido esta noticia como agua de mayo. La razón de ello serían las prometidas reformas del título que, presumiblemente, solucionarían puntos fuertemente juzgados del juego de 2009 en comparación con el resto de la saga.
Con la existencia de estos Kiwami en la saga se había creado un curioso salto gráfico entre títulos. En los últimos años, el jugador promedio de la saga empieza por Yakuza 0 para después continuar con las versiones remake de los dos primeros títulos. Yakuza Kiwami 2 empleó el en aquel entonces nuevo motor gráfico desarrollado por la empresa, Dragon Engine. El salto gráfico y mecánico de un juego optimizado para nuevas plataformas a un juego originario de PS3 es grande y por ello mismo Yakuza 3 resulta algo tosco para los nuevos fanes. La existencia de Yakuza Kiwami 3 elimina el salto respecto a Kiwami 2 pero acentúa otro de cara a Yakuza 4. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ahora este choque gráfico se traslada al salto de Yakuza Kiwami 3 a Yakuza 4. Al menos así parecer ser hasta que podamos verificarlo de primera mano ya habiendo jugado el juego.

El chiste recurrente de »Blockuza 3» es algo que la mayoría de fanes de esta franquicia ha oído. Esto se origina en que la principal queja hacia este título es su sistema de combate y como la IA de los enemigos estaba programada de modo que resultaba frustrante para el jugador. Cualquier enemigo, incluso los más rasos y simples, tendían a bloquear los golpes de Kiryu con mucha facilidad y frecuencia. Este hecho, combinado con la absurda defensa de los jefes, es lo que justifica la frustración. Pero la llegada del remake anuncia aparentemente el fin de estos problemas, pues todas estas mecánicas posiblemente van a sufrir un cambio total acorde a lo que hemos visto a los títulos beat-em-up de la saga en el último lustro —Judgement y los títulos Gaiden entre otros—. Sin duda es un gran alivio para todos aquellos que sufrieron junto a Kiryu en sus múltiples combates entre Kamurocho y Ryukyu.
El contenido opcional es uno de los puntos fuertes de la saga. Yakuza 3 fue el primero en introducir el Karaoke, que es a día de hoy uno de los rasgos más distintivos de la franquicia y una de las cosas más llamativas de cara al público. Kiwami 3 parece que ofrecerá nuevos modos completamente distintos a los que estábamos acostumbrados, reforzando así esta variedad de jugabilidad dentro de la saga. El tráiler hizo énfasis en que los minijuegos que retrataban cómo es la vida de Kiryu como dueño del orfanato que regenta en esta entrega y hará que los jugadores sientan aún más conexión con el orfanato Morning Glory y los niños que habitan en él. Teniendo en cuenta su importancia para la historia y el desarrollo de Kiryu, nos parece muy acertado que hayan decidido expandirse más por estos derroteros.
Dicho esto, una de las mejores cosas de Yakuza 3 podría ser su historia y desarrollo de personajes. Se retrata a la perfección el desarrollo de Kiryu con unas nuevas metas en la vida y hace aún más desgarrador cuando le alcanza su ineludible pasado. Aún así existen opiniones contrarias sobre esto mismo. Concretamente, todo jugador de Yakuza 3 conoce su noveno capítulo, The Plot, y su larguísima cinemática en la que entre toda la información y tener a Kiryu parafraseando cada uno de estos hechos hace que toda la escena se sienta algo cuesta arriba. Aún a pesar de esto, mucha gente alaba el juego debido a la importancia que tiene para nuestro protagonista. Esperemos que Kiwami 3 refuerce mucho más estos puntos positivos y mitigue aquellos momentos más complicados de digerir.

Al igual que en anteriores reediciones, Yakuza Kiwami 3 ofrecerá contenido nuevo junto a la historia de Kiryu titulado Dark Ties —del que hemos visto ya un poco de gameplay, a fecha de redacción de este artículo—. Como es ya habitual, esta campaña gira en torno a un personaje con tanta importancia como el cuarto patriarca. En Kiwami fueron un par de escenas adicionales sobre Nishikiyama y en Kiwami 2, nos pusimos en la piel de Majima una vez más. Para esta ocasión ha llegado el turno del villano Yoshitaka Mine, que desempeña un rol fundamental en la trama. La gran popularidad del personaje en Japón y la escasa profundidad de su trasfondo en el título de 2009 son dos factores cruciales que han hecho al estudio sacar nuevamente a la palestra a este escrupuloso hombre y que previsiblemente hará las delicias de los fanes.
Lo anteriormente destacado ilustra que el remake nos va a ofrecer no solo novedades sino también importantes reformas del juego base para mejorar la experiencia. Ahora bien, el debate en torno a este anuncio también ha tenido una dosis de negatividad. Principalmente, los diseños de tres personajes originarios de Yakuza 3 han sido cambiados en su totalidad y estos nuevos modelos se han inspirado en actores conocidos y en activo. Aunque esta práctica ya es habitual dentro del estudio con personajes como Yagami —Judgement— o Tomizawa —Infinite Wealth—, esta vez los cambios han sido cuestionados por gran parte de la audiencia al tocar de lleno a personajes esenciales como es el que caso de Rikiya Shimabukuro, nuestro principal aliado en esta entrega. Otro caso sería el de uno de los antagonistas, Goh Hazamada, en cuya anulación se ha insistido debido a las recientes controversias en torno al actor del que toma inspiración el nuevo modelo.

Yakuza 3 es uno de los títulos más cuestionados de la saga debido al inexorable paso del tiempo y a cómo ciertos aspectos de la gameplay merman el disfrute del jugador. Cuando nos encontramos en una franquicia tan extensa y que premia su seguimiento al completo como esta, es preciso que los autores se esfuercen por hacer dicha experiencia lo más disfrutable posible. Esta ha sido claramente la intención de RGG Studio desde el primer Kiwami en 2015. Así, solo nos queda esperar que por fin se haga justicia para la tercera entrega, una aventura esencial para Kazuma Kiryu y con un gran potencial desaprovechado todos estos años.