Durante toda nuestra trayectoria como web, los cuervos de Futoi Karasu hemos aterrizado en multitud de eventos. En todos ellos, nos hemos encargado de cubrir los aspectos más destacables de cada uno, con comentarios, impresiones y análisis lo más objetivos posibles —dentro de los límites de la prensa—. Sin embargo, obviamente el intercambio de opiniones dentro de la bandada es inevitable y, al terminar un evento, siempre se ha hecho un balance general de todas las consecuencias que este ha tenido tanto en la comunidad internacional como en nuestras propias expectativas de cara a siguientes ediciones.
Dentro de la Japan Weekend de Valencia, uno de los temas más comentados fue la presencia de Kotaro Uchikoshi, tanto a nivel público —como hemos reflejado en el hilo de Twitter del sábado y del domingo y un artículo en nuestra web— como privado. Junto a las numerosas anécdotas relatadas por este desarrollador y a la inundación de fans que nadie se esperaba, uno de los aspectos comentados fue el desarrollo de la misma sesión de Q&A. Si bien Uchikoshi tiene ciertas nociones básicas de inglés, para el correcto desenvolvimiento de esta actividad era necesaria la presencia de un intérprete. Sin comerlo ni beberlo, esta figura —que en principio tendría que ser secundaria— tuvo unas cuantas menciones en las redes sociales y comentarios entre los asistentes de la sesión. Sin embargo, ¿por qué el intérprete ha tenido un papel tan protagonista en un evento?
Tomando palabras ya escritas en esta web, la respuesta es simple: «[…] en ocasiones tenía problemas de comprender las preguntas que le hacían los asistentes y parecía algo ajeno al mundillo en que nos movíamos dentro del evento». Esto se debe a que la profesión del intérprete, ya de por sí compleja, puede enrevesarse mucho más si se realiza en una industria tan compleja como lo son los videojuegos.
Este artículo no pretende sentar cátedra ni exponer nociones teóricas o académicas que los investigadores utilizan, sino acercar de forma simple y sencilla ciertos conceptos y realidades de una industria que está en continuo desarrollo y que, incluso desde la academia, aún tiene mucha tela que cortar —ya que en España la literatura científica centrada en este aspecto se limita a un libro, unos pocos artículos en revistas y trabajos de fin de etapa educativa—. Tampoco ofrece un acercamiento inicial a este ámbito, para el cual es más recomendable la lectura de este otro artículo de nuestra web, pero sí ofrece un estudio de caso más centrado en la industria propiamente dicha, usando como referencia las nociones expuestas en textos de Ramón Méndez y Cristina Martínez Patón.
¿Dónde surge la interpretación en la industria?
En un ámbito tan globalizado como son los videojuegos, cualquiera ha de tener presente que se verá obligado a interactuar con partes que seguramente no comprendan tu idioma. Esto puede o no suceder durante el proceso de creación del videojuego, pero si se pretende presentar el título a la prensa y el público general, la variedad lingüística está prácticamente asegurada. Dentro de las presentaciones de juegos pueden darse charlas, sesiones de gameplay e incluso entrevistas, las cuales suelen desarrollarse en la lengua franca.
Por otra parte, también están las conferencias en grandes ferias de videojuegos, como lo fue en su día el E3 o la inminente Gamescom, con una afluencia de público y prensa casi incontable —debido a las visualizaciones a través de servicios de streaming—, y en las que las lenguas vehiculares son el inglés o el japonés. Del mismo modo, hay conferencias más pequeñas específicas de algún país o compañía en las cuales, cada vez más, llega un invitado internacional a impartir una charla, realizar una entrevista u ofrecer una sesión de preguntas y respuestas abierta al público. En este último contexto se garantiza normalmente la interpretación a la lengua oficial del país, y también es este último caso en el que se encuadrarían eventos como las numerosas Japan Weekends, las ExpOtaku y similares eventos cubiertos en esta web.
Si bien estos escenarios son los más habituales en los que la presencia de un intérprete es requerida, también puede necesitarse en charlas y eventos académicos, entrevistas exclusivas de medios de comunicación, reuniones privadas de negocios e incluso intérpretes acompañantes de desarrolladores durante toda su estancia en un país.
Peculiaridades del intérprete de videojuegos
Una de las preguntas o debates más habituales en el mundo de la interpretación es que si un intérprete «se nace o se hace». La respuesta a esta cuestión tiene demasiados carices que se pueden aplicar a cualquier otra modalidad de interpretación. No solo entra en juego la capacidad del propio intérprete, su carácter, saber manejar los nervios, tener una buena técnica, haber recibido una buena formación y demás, sino que entra en juego su conocimiento del tema de una interpretación.
En un encargo de interpretación dentro de la industria de los videojuegos, los temas que se pueden tratar son infinitos. En muchas conferencias se puede llegar a hablar sobre el proceso de desarrollo de nuevas consolas o títulos, por lo que el conocimiento técnico de hardware o software puede ser indispensable. A su vez, se pueden hacer menciones a leyendas de la industria previas o movimientos sociales que han inspirado una estética o mecánica de un nuevo título. Si se habla de un nuevo lanzamiento dentro de una saga, es esencial conocer —al menos a grandes rasgos— toda la trayectoria de la franquicia para no tener ningún desliz con los nombres de títulos, personajes u objetos.
En definitiva, debido a que los escenarios son infinitos, es casi imposible que un intérprete vaya preparado a la perfección para un encargo, pero ahí entra la profesionalidad del mismo. Tanto en esta industria como cualquier otra, es muy habitual que un intérprete tenga unos días de preparación antes de la propia interpretación y usar ese tiempo para ganar tanto conocimiento como sea posible del tema de la interpretación y terminología básica de la industria es fundamental. Al fin y al cabo, hablar de videojuegos de forma profesional supone un conglomerado de lenguajes especializados que puede resultar mortal para un intérprete que infravalore la dificultad del encargo.
Por ejemplo, ya que en la próxima Japan Weekend vendrá Kazutaka Kodaka como invitado, la persona encargada de la interpretación durante la sesión de Q&A debería tener un conocimiento mínimo sobre los títulos recientes de este desarrollador, su contexto dentro de la industria, sus personajes más queridos o cualquier información reciente relacionada con él que pueda ser relevante. Para adquirir esta información también entra en juego la capacidad del profesional para poder informarse de lo importante en tiempo récord, usando los mejores medios disponibles, consultando expertos en la materia o viéndose todo el contenido disponible relacionado con el orador al que tendrá que interpretar.
Dentro del propio comportamiento del intérprete, trabajar bajo presión no es fácil en ningún contexto. Mucho menos cuando una interpretación será oída por muchísimas personas de diferentes contextos que, debido a su propio conocimiento de la lengua origen en la que se ha pronunciado el discurso —o incluso propia soberbia— sentirán que tienen la autoridad de criticar a la persona encargada de interpretar por cualquier motivo.
Un sonado caso fue el intérprete de Kazunouri Yamauchi durante el E3 de 2009, pues su lenguaje no verbal suscitó memes dentro de la comunidad a pesar de haber hecho una interpretación correcta respecto al contenido, pues, al no alzar la vista en ningún momento del papel en el que tomaba notas, mostraba una actitud que podría parecer desinteresada.
Esto se relaciona directamente con las técnicas y forma de transmitir el mensaje que el intérprete debe seguir, ya que no es lo mismo estar en un E3 ante una gran audiencia que interpretar una entrevista para un medio de comunicación. Cada público esperará una información determinada presentada de una forma específica, y el intérprete es el encargado de reformular y modular el discurso, tanto el tono como la forma en la que es presentada la información, para adaptarse a las expectativas de la audiencia —incluso si eso supone no adherirse al código del intérprete tradicional—. También entra en juego el ejercicio de mediación cultural que se realiza en toda interpretación, en la cual el profesional presenta los datos de la mejor manera y evitando cualquier malentendido —pues pueden darse desencuentros culturales en la forma en la que se presenta una pregunta, incluso si ambas personas hablan el mismo idioma pero son de culturas diferentes—.
Práctica real de la interpretación en la industria
Por todo lo expuesto anteriormente, un encargo de interpretación en esta industria no es un pasatiempo que pueda aceptarse sin contemplaciones. A medida que van creciendo los videojuegos como medio, todos los trabajos relacionados con ella están cada vez más demandados, por lo que la demanda de intérpretes profesionales especializados en este ámbito también estará en aumento. Sin embargo, muchas veces el mercado no responde a la demanda y actualmente en España aún hay pocas formas de especializarse profesionalmente en este ámbito. Además, como se ha expresado en párrafos anteriores, los fans de los videojuegos pueden ser algo abrumadores cuando se presenta algo que no les convence, por lo que muchos profesionales también han empezado a negarse. Por lo tanto, el mercado ha tenido que adaptarse y, por ello, se han buscado muchas soluciones con diversos resultados.
Una de las opciones posibles es contratar a un intérprete profesional, pero que no tiene un nexo fuerte con este mundo. Este escenario puede resultar en una interpretación correcta formalmente a primera vista, pero quizás se pueden perder muchos matices de terminología y nociones propias debido a esta falta de bagaje cultural previo que sería necesario. Por ello, no hay pocos casos en los que los intérpretes se ven sobrepasados por la situación y cometen errores básicos debido a los nervios y verse totalmente fuera de su elemento.

En esa situación, muchas veces se opta por sustituir al intérprete de inmediato por otra persona que, si bien no tiene formación de intérprete, está dentro de la industria y tiene el nivel del otro idioma suficiente como para hacerse entender y transmitir los mensajes a ambas partes. De hecho, es este escenario el que muchas personas del público general prefieren; si se nota que la persona encargada de hacer de puente entre ti y el creador de tu juego favorito es tan friki como tú, la sensación es mucho más satisfactoria, pues sientes que estás entre «los tuyos».
Por otra parte, hay muchas compañías que han empezado a formar intérpretes propios en plantilla como parte del staff internacional, para que estos mismos estén presentes en la empresa, conozcan de primera mano todo el proceso detrás de cada título y tengan los medios para empaparse de la cultura de la empresa y así transmitir correctamente el espíritu y la imagen de cada uno de los desarrolladores en sus interacciones públicas.
En esta industria en España lo que ha funcionado hasta el momento no ha sido una formalidad y protocolo marcados y distantes como en otros ámbitos, sino que se ha primado elegir a una persona con la suficiente formalidad, fiabilidad y carisma para asegurar la transmisión de la información y que todas las partes involucradas en el ámbito comunicativo se sientan cómodas, creándoles un recuerdo memorable de esta interacción.
En conclusión, no se puede contemplar la interpretación en esta industria —y en ninguna otra, a la hora de la verdad— como un acto simplemente lingüístico. Supone un acto de mediación cultural que requiere preparación, adaptación y afinidad con el mundo de los videojuegos y todo lo que lo rodea. El éxito de una interpretación depende del sus habilidades lingüísticas, mediación cultural, conocimiento del medio y correcta lectura del público para poder adaptarse a las expectativas del mismo. Desde la academia, sería recomendable establecer más ofertas formativas relacionadas tanto con el medio como con esta profesión, junto a una mayor difusión del conocimiento de los profesionales ya asentados. Por parte de las empresas, su apuesta normalmente sale bien, pero también el riesgo puede ser elevado y encontrar a personas de confianza es cada vez más difícil. Como fin, y por parte de las personas parte de esta industria, lo ideal sería encontrar el equilibrio entre ser un público exigente, que quiere que se le tome en serio y que sus intereses sean tratados con el respeto que se merecen, y ser un público comprensivo y hacer críticas de forma constructiva.
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