En 2008 vio la luz uno de los fenómenos de RPG Maker cuyo eco sigue resonando hasta nuestros días, asomando su azulado rostro, el mundo conoció a Ao Oni, título que gozó de una fuerte importancia desde entonces, con sus spin-offs, juegos online, anime y películas propias. En un océano de juegos posteriores a Yume Nikki y anteriores a Omori, el rudimentario juego de terror propuesto por la desarrolladora noprops establece un longevo legado que, de algún modo, se mantiene de fondo en la discusión de los mismos.
La fama del juego viene en gran parte gracias a la que se sostiene como una de las mayores herramientas de difusión que el terror indie: los gameplays. Hoy en día, ejemplos virales del conocido mascot horror tales como Five Nights at Freddy’s o Garten of Banban han encontrado una mina de oro de la popularidad gracias a miles de personas creando y viendo vídeos sobre los mismos. Ao Oni no es distinto, pues Youtube y Niconico hicieron que alcanzara un estatus de culto como juego de terror independiente, llegando a las 50 millones de visitas en su cumbre durante 2013.
Si bien hay terror que usa mascotas de marcas como vehículo, el Ao Oni ha logrado volverse una mascota de manera retroactiva. El diseño del «demonio» puede parecer absurdo cuando se ve después del culmen de su fama, pero eso no hace que sea menos memorable. Su distorsión facial, color y silueta logran darle un aspecto que marca a quien lo ve, tanto desde el miedo como de la gracia, pues se presta a la reinterpretación, ya sea en un medio cinematográfico, literario o televisivo.

Como juego desarrollado en RPG Maker XP, noprops manejó en la medida de lo posible el desarrollo del juego con la quinta versión del complicado motor. Ao Oni es un juego de no pocos baches, con una dinámica de ensayo y error tanto en jugabilidad como en desarrollo. Cuenta con hasta cuatro versiones distintas del producto mientras ofrece una gran variedad en elementos como puzles y finales, llegando traducidas al inglés solo las dos últimas.
En la actualidad, el juego se ve con cierto cinismo debido al tamaño de su legado en contraste con su tosca jugabilidad, pues ha adquirido un tono irónico en el que el titular demonio causa más risa que miedo. En el mismo terreno que obras como Ib o Mad Father, la simplicidad de esta obra se ve obsoleta, con un terror construido sobre la persecución de un enemigo implacable. Aun sin ser un pionero en ello, ya que juegos como Resident Evil 3 o Metroid Fusion ya empleaban la idea, Ao Oni es un juego muy bien pensado en ese aspecto.
El juego está diseñado con mucho pensamiento detrás de sus puzles y persecuciones, a pesar de la simplicidad de su motor. Hay numerosos elementos que denotan el trabajo detrás de un título que tardó 4 años en salir a mercado, como empujar objetos de una pantalla a otra, una inteligencia artificial capaz de perseguir de forma constante y aleatoria, o usar pequeñas escenas animadas. Estas características también denotan un diseño mapeado de antemano, pues, si bien están plasmadas sobre un planteamiento que puede parecer obsoleto, no le quita mérito a un ambiente logrado con medios limitados.

Esta relevancia se extiende más allá de un juego gratuito, pues la popularidad de la ya franquicia ha llegado a otros muchos terrenos. Muchos productos derivados han sido publicados por LiTMUS, con entradas de concepto tan surrealista como Ao Oni Online, las cuales explotan su popularidad en un formato multijugador y gacha, colaboración con Higurashi incluida. En ramas más cinematográficas, tenemos dos películas de imagen real que adaptan las novelas ligeras y una animada por Studio DEEN, quienes se encargaron previamente de Aooni The Blue Monster, un corto anime de comedia genuino en sus bromas sobre el juego y sus particularidades.
LiTMUS actúa como la mayor fuente de contenido de la franquicia, puesto que ha publicado varias secuelas al juego original, con incluso un remake del primero y un juego anunciado para este año. Con todo, no es poco común que esto haya contribuido a la burla de Ao Oni como una franquicia falta de calidad, ya que el último juego, Absolute Fear -AOONI-, ha recibido reseñas mixtas que señalaban una falta de pensamiento detrás por la propia LiTMUS.

A pesar de la explotación creativa que sufre Ao Oni hoy día, el juego original salió a mercado de manera gratuita tras cuatro años de desarrollo y haciéndole frente a versiones que cambiarían el núcleo de todo lo que forma el juego. Nada lo dista de otros juegos independientes como Off o Hylics de ser un proyecto de pasión de una sola persona, y su experimentación con una de las versiones más primitivas de su motor le han merecido un espacio en la cultura online. De broma o en serio, ha logrado que sigamos hablando de esa purpúrea presencia a día de hoy, pues ha dejado huella y seguirá haciéndolo; este es el mundo del Ao Oni, los demás solo vivimos en él.