Final Fantasy XVI: Celebrando la diversidad lingüística y rompiendo estereotipos

Cuando hablamos de diversidad, lo primero que se nos viene a la cabeza es la representación de colectivos concretos y organizados como, por ejemplo, la comunidad LGBTI+. Nos planteamos, por ejemplo, cómo la homosexualidad se presenta en la ficción como algo que forma parte del personaje pero que no necesariamente debe definirlo. Pero, ¿qué pasa con la lingüística? Desde que el mundo es mundo, cada región tiene particularidades en su forma de expresarse pero, por alguna razón, los dialectos y acentos instaurados como correctos son los de las capitales.

Desde los albores de la industria del doblaje en los videojuegos, el acento británico refinado y el americano estándar han dominado tradicionalmente el panorama. Esta tendencia, arraigada en falsas percepciones de prestigio, ha sido especialmente notoria en sagas de fantasía. Sin embargo, la industria está experimentando una suerte de revolución en muchos sentidos, entre ellos, en el ámbito lingüístico. Final Fantasy XVI es un título digno de elogio por muchos motivos y uno de ellos es cómo su equipo optó por abrazar la rica variedad de acentos del norte de Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte y así separarse de la norma.

El polvorín de Mid tiene acento de Yorkshire, igual que su padre / ©Square-Enix

Históricamente, los acentos del norte de Reino Unido han sido estigmatizados y considerados de menor prestigio comparados con el Received Pronunciation —en adelante, RP—, asociado con las zonas del sur y las clases altas. También conocido como BBC English, Queen’s English u Oxford English, esta variedad lingüística ha sido tradicionalmente la forma normativa de hablar el inglés británico.

Durante siglos, el norte de Inglaterra ha sido percibido como la región pobre y obrera, lo que ha degenerado en estereotipos de clase que ha llevado a asociar los dialectos norteños con un estatus socioeconómico inferior. En cambio, Londres ha sido durante mucho tiempo el centro político, económico y cultural del país. El acento RP se originó entre las clases altas londinenses y se convirtió en el estándar del prestigio, lo que reforzó la percepción de superioridad de los sureños.

Continuando con la idea del norte de Inglaterra como el pueblo trabajador, particularmente las regiones de Yorkshire, Lancashire y el Noreste han sido conocidas durante mucho tiempo como el corazón industrial del país. Durante la Revolución Industrial —entre finales del siglo XVIII y el XIX—, esta área experimentó un enorme crecimiento y desarrollo por la proliferación de las fábricas textiles, la minería de carbón y otras industrias pesadas. Pero, como bien sabemos, donde hay luz también tendrá que haber oscuridad. Este periodo de auge trajo consigo pésimas condiciones laborales, pobreza, desigualdad y contaminación. Tras la Segunda Guerra Mundial, el norte experimentó un declive posindustrial que ocasionó el cierre de las fábricas y minas, lo que incrementó la tasa de desempleo. Pero esta región se mantuvo fuerte, pues no tardó en hacerse hincapié en la renovación urbana y se buscó un cambio económico centrado en las industrias de servicios, tecnología y turismo.

Los norteños tienen también la fama de ser los «catetos» de Reino Unido. Como se asocia el norte con la clase trabajadora y la industria, el estereotipo del norteño rudo, inculto y poco refinado persiste a día de hoy. Desde la industrialización, se sigue dando la imagen perniciosa de que son unos vagos que dependen excesivamente del estado del bienestar. Por supuesto, el acento, la moda y cultura de esta zona se asocian al mal gusto, a ser vulgar e inferior. Tampoco ha ayudado el cómo se ha representado en los medios a las gentes del norte, con personajes atrapados en viñetas humorísticas, criminales y clases trabajadoras. Desgraciadamente, se trata de una realidad con la que, si sois provenientes de Andalucía —como la autora de este artículo—, quizás podáis sentiros identificados.

Con su preciosísimo acento de Leeds e interpretado por Ralph Ineson, Cid enamoró a toda la comunidad / ©Square-Enix

Entrando en materia, los personajes de alta cuna en FFXVI están interpretados por actores del sur, pero no todos son de Londres. Ben Starr, nativo de Bristol, es quien da voz al protagonista de esta épica, Clive Rosfield. Por su parte, la actriz de Jill Warrick, Susannah Fielding, es de Poole. Benedikta nos habla a través de Nina Yndis, con ascendencias polaca y noruega, lo que le permite traernos un acento con muchísima personalidad. Finalmente, Charon, interpretada por Lorraine Bruce, nos da su acento de Yorkshire. Quien es seguramente el personaje estrella de la entrega no es otro que Cidolfus Telamon, interpretado por un señor de Leeds, Ralph Ineson. Con un papel prácticamente protagonista tanto por el personaje que encarna como por cómo afecta su presencia al mundo, es sin duda el mejor ejemplo de la inclusión de dialectos poco convencionales en FFXVI. En una entrevista ateniente al desarrollo de la entrega, Ralph comentaba que no se molestó ni un poquito en disfrazar su acento de Yorkshire porque pensó que casaba muy bien con el personaje. Vaya que si casaba bien.

La importancia de que un personaje tan enigmático y relevante como Cid tenga un acento de Yorkshire tan prominente no solo es importante por temas de representación, sino por cómo rompe arquetipos. Cid es un líder y uno muy bueno. En sus años mozos, fue comandante del ejército de Waloed, pero no acaba ahí la cosa. Renegó de su puesto en las altas esferas y se mudó a las Tierras Estigias, donde comenzaría a investigar cómo vivir en estas zonas muertas. Esto da pie no solo a su misión de brindar una vida digna a los usuarios de magia, sino la de prender la mecha de la revolución, el hilo conductor del juego. Nos presentan un líder, un revolucionario, un científico y un padre, un personaje con un carisma alejado del BBC English que destroza todos y cada uno de los clichés asociados a su región sin renunciar a su acento y dialecto de Yorkshire.

Final Fantasy XVI rompió con la tradición de acentos más estandarizados en la serie a través del uso de acentos como el inglés de Midlands, el de Yorkshire, BBC English, el Escocés, el Cockney y el Galés. Esta variedad lingüística fue una decisión consciente del equipo de desarrolladores para reflejar una diversidad cultural, proporcionar una mayor profundidad y autenticidad a los personajes y diferenciar las distintas naciones dentro de su narrativa. FFXVI presenta héroes épicos y figuras nobles que hablan orgullosamente con estos acentos. El uso de los mismos también desafía los estereotipos de clase que, a menudo, se asocian con los dialectos del norte en los medios británicos. Al abrazar la herencia lingüística del norte de Reino Unido, esta entrega de la saga celebra la diversidad regional y desmitifica las asociaciones de clase con la forma de hablar. Es un ejemplo inspirador de buena representación y que plantea una emocionante nueva dirección para el doblaje en los juegos de fantasía. Cid es la fuente de la que emerge la revolución para hacer de Valisthea un lugar mejor, de modo que asignarle un acento tan estigmatizado y asociado a estereotipos negativos es, sin lugar a dudas, un golpe sobre la mesa que esperamos que anime a otros estudios a seguir dicha revolución a la hora de dar voz a sus personajes. Porque la diversidad va más allá de lo que se ve.

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