Hoy en día, ante la insatisfacción de muchas personas por vivir en la ciudad, se puede observar un auge de la idealización de la vida rural, como se puede ver con la popularidad del conocido como cottagecore, una estética creada en torno al entorno rural y que ensalza las actividades tradicionales que se suelen realizar en éste. Sin embargo, esta no es la primera vez que se produce este fenómeno. Por ejemplo, durante la antigua Roma tenemos la famosa Bucólicas de Virgilio, una recopilación de poemas llena de alabanzas al campo. Idealizada o no, no podemos negar que, como todo, la vida en el campo tiene tanto sus ventajas como sus inconvenientes. Evidentemente, el entorno rural en Japón, al que se le denomina inaka, no iba a ser menos. Hay diversas creaciones que pretenden reflejar cómo es el día a día en este tipo de pueblos y aldeas en Japón, y uno de estos es el manga de Non Non Biyori, que también cuenta con una adaptación al anime.
Non Non Biyori está ilustrado y escrito por Atto y comenzó a publicarse en 2009 en la revista Monthly Comic Alive. La historia trata de una chica llamada Hotaru Ichijō, que se muda con sus padres desde Tokio al pueblo ficticio de Asahigaoka. Nada más llegar, la protagonista ya nota el contraste entre la gran ciudad y el campo. Para empezar, solo hay una parada de bus a la que tiene que caminar un buen trecho para llegar además de que encuentra vacas cruzando por el camino, algo impensable en la capital. Además, cuando llega a la escuela solo hay otres cuatro estudiantes ―un chico y tres chicas― y cada une va a un curso distinto, con una sola profesora para dar clase a todo el alumnado. Enseguida se hace amiga de las otras chicas, que le empiezan a mostrar cómo es la vida en el campo, por la que muestra un gran interés y curiosidad.

Por tanto, este manga nos relata las aventuras de Hotaru con sus amigas en el pueblo mientras intenta adaptarse a su nueva realidad, pero no es la única. El resto de chicas, sobre todo la más pequeña, una niña de seis años llamada Renge, también comienzan a entender el contraste entre el campo y la ciudad. De hecho, hay una escena en la que descubrimos que Renge no concibe por completo que viva en el campo, pues Asahigaoka siempre ha sido su realidad desde pequeña y piensa que todas las poblaciones son como la suya, por lo que se queda muy sorprendida de descubrir que reside en lo que se considera como inaka. Así, cuando le preguntan a Hotaru por la vida en Tokio, el resto de chicas se muestran sorprendidas con algunas cosas que se pueden hacer en la ciudad, aunque claramente ya conozcan algunas de ellas.
Como contraparte al personaje de Hotaru, está una de las hermanas de Renge, Hikage, que estudia la secundaria en Tokio. Mientras que nuestra protagonista es una chica que ha ido de la ciudad al campo, la hermana de Renge ha hecho lo inverso. A su vez, cada una prefiere la vida en el otro sitio. Es decir, mientras Hotaru empieza a disfrutar de la vida campestre, Hikage es una chica que le fascina la ciudad y no pierde oportunidad de contarle las experiencias que tiene al resto de chicas del pueblo. A pesar de ello, se nota que se ha criado en un entorno rural, hecho que queda patente cuando cuenta todas sus anécdotas, utilizadas como elemento cómico para, de alguna manera, reírse del personaje y hacer ver que por mucho que estudie en la ciudad, no deja de ser una chica de campo.

Aunque las chicas viven las diferentes dificultades de vivir en el campo, en general se nos muestra Asahigaoka como un pueblo tranquilo y también nos enseña la belleza del entorno rural, reflejada al realizar acciones cotidianas como jugar en un campo de flores o ir a ver las luciérnagas por la noche. En el anime se puede notar aún más, ya que tanto la paleta de colores vibrantes que se usa tanto como la banda sonora refuerza aún más esa serenidad y esteticidad del campo e incluso se pueden notar ciertos tintes de nostalgia. Mientras se nos muestra todo esto, Non Non Biyori introduce numerosos elementos de comicidad a costa de la particular personalidad de cada personaje que se nos va introduciendo —contando obviamente a las cuatro chicas principales—, pero no es lo único, también tiene momentos emotivos que consiguen conmover tanto al lector del manga como al espectador del anime.
En definitiva, Non Non Biyori es un gran reflejo de cómo es la vida rural en Japón y, sobre todo el anime, te envuelve en esa sensación de paz y llegas hasta un punto en el que te hacen sentir como une habitante más del pueblo de Asahigaoka.