Brujas y empatía: la otra magia de Atelier of Witch Hat

Atelier of Witch Hat es uno de esos mangas que impresionan de entrada por su estilo artístico. Si alguna vez alguien te ha recomendado que le des una oportunidad a esta serie, lo más probable es que lo haya hecho alabando el dibujo antes que otra cosa. Pero todos aquellos afortunados que ya están totalmente dentro de la historia y del mundo de Kamome Shirahama saben que Atelier of Witch Hat es mucho más que un conjunto de ilustraciones bonitas en formato de manga.

Se podría hablar del mundo, de los temas que trata o de los conflictos morales que solo son posibles a partir de las reglas del universo en el que se desarrolla la obra. Se podría hablar también de los personajes, de sus motivaciones, de cómo se comportan y de cómo se relacionan entre ellos. Shirahama teje una narrativa fantasiosa que va más allá de revelar los secretos de un mundo lleno de magia, pues también nos sumerge en la complejidad de algo que forma parte del mundo en el que vivimos: la conexión entre las personas y la importancia de la empatía. Todo en un entorno en el que la comprensión y el apoyo mutuo se revelan como un poder que puede alcanzar cualquiera que se lo proponga, sin la necesidad de ser mago.

Coco, nuestra protagonista, desde pequeña decía que quería ser una maga que usara la magia para teñir de color el mundo. Pese a los primeros pasos desacertados debido a su ignorancia, Coco muestra una gran preocupación por los demás y busca la mejor forma de ayudarles. Siempre respetando las normas de la magia y de manera totalmente altruista. Parece que tiene todo lo que tiene que tener para ser una buena maga.

Es cuestión de educación / © Kōdansha

Al fin y al acabo, a ojos de la gente corriente, la función de los magos es hacer más fácil la vida de los demás, lo que induce a pensar que no debería haber ningún tipo de maldad en ellos. Pero nada más lejos de la realidad. A lo largo de la serie descubrimos que también hay magos mezquinos, injustos y condescendientes incluso con los de su propia familia, y no me estoy refiriendo a los magos del sobrero del ala —quienes apuntan a ser los antagonistas de la obra por practicar un tipo de magia que debería ser tabú—, estoy hablando de magos que siguen la reglas de la magia a rajatabla y que usan sus poderes de manera correcta.

Y es que el hecho de seguir las normas no te convierte automáticamente en una persona justa. Al fin y al cabo los magos solo son personas corrientes cuya ética se encuentra en algún punto de una enorme escala de grises.

En el mundo de Atelier, no es la magia por sí sola lo que hace más sencilla la vida de los demás, sino las intenciones con las que se utiliza. Porque aún evitando la magia prohibida, se pueden dar casos en los que los magos actúen de manera deleznable. Por ejemplo, hay un capítulo en el que un personaje utiliza unas gafas para poder ver a través de la ropa de la gente y esto es criticado de manera tajante por los demás personajes, quienes toman medidas pertinentes al instante.

Hay que dejar de convertir ciertas siutaciones en gags cómicos / © Kōdansha

Lo que podría haber sido un gag cómico en un anime de los 90 —y no hace falta irse tan lejos, el arco de Wano es algo reciente y ahí teníamos a Sanji entrando invisible en los baños femeninos—, en Atelier of Witch Hat se trata como un problema tan grave como el que es y nos pone en la piel de las víctimas.

Hay que hablar un poco más sobre el caso de los miembros del consejo. Estos personajes que se encargan de que la sociedad de magos funcione como es debido y pese a que a primera vista parece que no les preocupa otra cosa que esto, cada vez se nos va mostrando que todos tienen su lado humano. El hecho de que no puedan saltarse las normas y que esto a veces perjudique a sus propios compañeros no les exime de sentir enfado e impotencia ante ello.

¿Pero quién es el culpable aquí? ¿La sobrero del ala que borra la memoria a Garuga, ellos mismos por anteponer las normas a sus sentimientos o la propia sociedad que están defendiendo? / © Kōdansha

Volviendo a los personajes principales, para muchos lectores uno de los más impertinentes al principio de la serie es Agete. Al principio representa el arquetipo de personaje que parece que va a rivalizar con la protagonista —por cualquier razón relacionada con la envidia o admiración encubierta—, se porta mal con ella y le incordia y se molesta si Coco acaba saliendo victoriosa. A medida que avanza la serie vamos conociendo el trasfondo de Agete y vamos descubriendo que es un personaje sufrido y podemos llegar a entenderla —aunque esto tampoco excusa su comportamiento— y acaba trabajando en equipo con Coco en numerosas ocasiones.

Pero el clímax de su desarrollo —hasta el momento— llega cuando por fin deja de lado su orgullo, acepta que —a pesar de sus diferencias— lo que siente es admiración hacia Coco y le pide disculpas. En este momento es fácil que uno se pare a pensar en mangas clásicos y se pregunte: ¿hay algún otro momento en que el rival le haya pedido disculpas al protagonista por haberse comportado como un cabrito?

Inesperado pero necesario para que su relación crezca / © Kōdansha

Se nota que la disculpa de Agete es genuina, porque después de hacerlo actúa en consecuencia. Y es que por primera vez decide emplear su tiempo en dibujar hechizos por el bien de otra persona.

Después de todo, Coco siempre había dibujado hechizos para ayudar a los demás y Agete había dibujado enfocada en sí misma —viendo a los otros como obstáculos— para llegar a donde quería llegar. Podemos encontrar aquí dos tipos de crecimiento simultáneo para ambas: el crecimiento personal y el crecimiento como magas.

Con este gesto, Agete le ha enseñado a Coco que también puede hacer magia para sí misma y que le puede ser útil para desconectar. Pero esto no habría sido posible si Coco no le hubiera enseñado —sin darse cuenta— que el hecho de ponerse en el lugar de los demás y esforzarse de manera genuina en ayudarles también es una forma de crecer. Agete madura gracias a Coco y en consecuencia Coco madura gracias a Agete. Es un crecimiento del que se obtiene un tipo de magia que no podría haber conseguido sola, un tipo de magia que también tiñe de color el mundo.

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