Estamos ante la última semana del año y eso significa que en las revistas y publicaciones del género es tiempo de recomendaciones, revisiones y, en definitiva, artículos sobre todas aquellas cosas que nos han encantado en las 52 semanas previas. En Futoi Karasu os traeremos pronto nuestras sorpresas del año, cuidadosamente elegidas por la redacción, y por supuesto los esperadísimos Premios Canuck, pero hoy queríamos ampliar nuestras líneas en un campo artístico en el que, quitando algunos casos aislados, no nos hemos prodigado mucho por el momento: la música. Hemos decidido traeros por tanto una breve selección de algunos de los álbumes nipones que más nos han sorprendido este año. Puesto que en esta web somos fans en la misma medida exacta del blackgaze de Asunojokei, del nu-metal de Maximum the Hormone y de las versiones más pastelosas imaginables de Takane no Nadeshiko sobre los temas de Honeyworks, hemos intentando centrar nuestras recomendaciones dentro de la música popular japonesa relativamente mainstream pero, al mismo tiempo, sin dejar de variar un poco los estilos propuestos.
Jinkougaku – Zutto Mayonaka de li no ni
Zutomayo, uno de los principales pilares de un movimiento tan intrínsecamente contemporáneo y ecléctico como es el yakousei, cierran una trilogía inicial de álbumes para quitarse el sombrero. Tras unos estupendos Hisohiso Banashi, en 2019, y Gusare el pasado 2021, este junio nos brindaban un trabajo aún más redondo que sus dos predecesores, lleno de energía urbana y predisposición funky, letras agridulces y, sobre todo, melodías extremadamente pegadizas. Time Left es una maravilla que le sonará a todo el mundo por haber sido elegida en su día como segundo opening de la adaptación animada de Chainsaw Man, pero no es el único banger del tracklist. Inside Joke nos atrapa con su pre-estribillo poco antes de que el bajo melancólico de Quilt nos lleve de viaje a lugares que aún no existen, para que al instante siguiente los coros de Mirror Tune nos levanten a bailar. Todo esto sin descanso. ACA está en su salsa como vocalista y, si bien se mantiene en un registro ya perfectamente conocido por los fans, el resultado final está más pulido que nunca. Hasta se permiten una colaboración inesperadamente funcional con Mori Calliope en la guitarrera Kira Killer.

In the Failing Hours – Somnium de Lycoris
Probablemente estemos hablando del álbum debut de death metal técnico más interesante del año. Tras un EP inicial hace tres años titulado Orbis Terrarum Revolution en el que aún se les notaba algo verdes, el trío tokiota nos ha entregado esta temporada un disco mucho más completo de lo que cabría esperar. Por breves momentos mantienen cierta indulgencia, casi rayana en lo neoclásico, de sus temas pretéritos pero el conjunto del álbum es extremadamente sólido. Aún les queda camino para ser Atheist, pero las herramientas las tienen. La ametralladora percusiva de Out of my Depth, la complejidad de las dos partes de In the Failling Hours, que sostiene por sí misma la segunda mitad del álbum y esa combinación tan mágica de blast beats, solos a la velocidad del relámpago y armónicos disonantes tan típicos del género convierten este álbum en una composición densa e intrincada, pero tremendamente entretenida de escuchar y que abre las puertas a un futuro muy prometedor para la banda.

Utattemita – Ado
Palabras mayores, pues hablamos ahora del más reciente trabajo de la cantante de moda en Oriente. El año pasado Kyōgen se coronó como un álbum revelación inesperado y poderoso como un vendaval, Uta’s Songs: One Piece Film Red certificó poco después su consagración a nivel mundial y este diciembre, tras anunciar una primera gira mundial que la llevará a actuar por primera vez en lugares tan dispares como Nueva York, Londres y Bruselas ―en donde Futoi Karasu estaremos para cubrir el concierto― nuestra querida Ado nos ha brindado un álbum de versiones. Enfrentarse a canciones ajenas suele ser todo un reto, pero hay artistas que son capaces de apropiarse de ellas y hacerlas brillar con otra luz, no en vano el American IV: The Man Comes Around de Johnny Cash fue probablemente uno de los trabajos más sinceramente desgarradores de su época. Salvando las distancias estilísticas, Ado juega aquí sus principales cartas sin tapujos: una capacidad vocal privilegiada, un buen chorro de carisma y una una propuesta interpretativa centrada principalmente en el exceso. Y es que a la nueva reina del j-pop se le puede amar u odiar, pero nunca va dejar a nadie indiferente. A sus ya conocidas montañas rusas de notas y a unos registros que tan pronto bailan en clave operística como en pendientes más rockeras y estridentes ahora ha logrado añadir fraseos virtuosos, una variación de color vocal envidiable ―a veces de manera inverosímil a mitad de frase― y pasajes directamente guturales. Tan pronto podemos pintar el mundo de rosa con Kawaikute Gomen como desgarrarnos el pecho con su interpretación de la genial Unravel. Pese a la espectacularidad cantora de la propia Ado y su envidiable habilidad para hacer suyos todos los temas se podría acusar a Utattemita de ser un álbum tonalmente inconsistente y no se estaría fallando por mucho el disparo ―aunque también se podría argumentar que esto es herencia directa de las canciones originales―, pero cada versión contenida en el plástico vale verdaderamente la pena y algunas joyas deslumbrantes como God-ish o Aishite Aishite Aishite muestran una tendencia de interpretación prácticamente vanguardista por parte de la cantante que no podemos más que esperar ver plasmada en un futuro trabajo propio.

New Neighbors – Homecomings
Desde hace años Japón es un país bastante rico en tradición dreampopera y de allí han salido bandas tan recomendables como los recientemente separados For Tracy Hyde ―cuya desbandada se produjo tras un Hotel Insomnia que se situaba como lo mejor de su discografía― o, en una vertiente más cercana al shoegaze, los estupendos Uchū Nekoko, de los que sería negligente no recomendar su segundo álbum, Kimi no youni ikiretara. Homecomings funcionan bajo las mismas premisas. Instrumentaciones de ensueño con acordes distorsionados, ritmos tranquilos y una voz femenina y etérea como guía del onírico viaje. New Neighbors es un disco amable y cálido y dentro de su solidez como propuesta sonora tiene temas especialmente inspirados, como Lapse, que abre el trabajo, I Care, que se sitúa en su ecuador, o la sentimental Euphoria, como broche dorado a su recta final. Probablemente lo mejor de los diez años de carrera del cuarteto de Kyoto.

Resistance & the Blessing – World’s End Girlfriend
Si decíamos en un párrafo anterior que Ado gusta de centrar su propuesta en el exceso vocal, podríamos decir lo mismo, pero a nivel instrumental, de Katsuhiko Maeda, que bajo el pseudónimo World’s End Girlfriend ha compuesto uno de los álbumes más desafiantes y geniales de los últimos tiempos. Resistancie & the Blessing hace honor completo a su nombre. Es un disco que requiere resistencia, pues no sólo dura dos horas y media, sino que su combinación simbiótica de electrónica ambiental, beats inesperados, música clásica y post-rock puede hacerse demasiado para aquel que tenga un mal día o se permita distraerse durante la escucha. Pero, y continuando con la segunda parte del título, disfrutarlo completo en el momento adecuado puede llegar a ser toda una bendición. Su atmósfera clerical navega entre referencias a Twin Peaks y Beethoven, collages sonoros totalistas y una historia tan dolorosa como esperanzadora que se desarrolla pausadamente de canción a canción. Este es un disco sobre amar y ser amado que construye su emocionalidad poco a poco, conforme avanzan los minutos, para hacerlo explotar todo en una recta final inolvidable en la que hay tiempo hasta para una reinterpretación caótica y experimental del Ave Maria. Hipnótico e imprescindible.

Maryanne no Kyoten – Kinoco Hotel
Las mescolanzas de garage rock y psicodelia siempre son algo bienvenido en el mundo, pero si además se revisten de excéntrica energía circense y son capitaneadas por una frotman tan capaz como Marianne Shinonome, el éxito está asegurado. Los sucesivos abandonos del resto de la banda en busca de nuevos proyectos no han frenado a la vocalista y principal compositora, que ha pasado a tomarse este proyecto con un carácter aún más personal y con similar filosofía a la que Tobias Forge encarna al frente de Ghost y ha logrado un álbum que no sólo no tiene nada que envidiar a los pasados, sino que supera a muchos de ellos. El suntuoso bajo de la inicial Teikan Dance y los bailables pasajes de teclado de Kinema Paranoia dan paso a las sacudidas de guitarra de Surfin’ y al espíritu spooky y sensual de Akeiru. Cada canción funciona como un reloj suizo y Kinoco Hotel, o más bien Shinonome, continúa una carrera plagada de aciertos con su carismática propuesta retro, sus guitarras sucias abrazadas a organillos revival y su hipnótica musicalidad.

Starpeggio – Midnight Grand Orchestra
Que una VTuber fuese a hacer el mejor álbum de dance-pop del año era algo que pocos podrían haber profetizado, pero nada es imposible cuando se cuenta con el genio compositivo de Taku Inoue a tu favor. Starpeggio es un álbum corto y directo, solo ocho canciones a las que no les sobra ni una sola nota y cada una de las cuales podría ser, sin excepción, el single de éxito de cualquier banda mainstream del género que podáis escuchar hoy día en la radio. Hoshimachi Suisei lleva un año insuperable como vocalista y esta es solo la guinda de un pastel cimentado por colaboraciones soñadas ―como la publicada el mes pasado con Yoko Shimomura― y un álbum propio, Spectre, que tampoco se queda corto en temazos y que no entra en esta lista por no saturar a nuestro público con la misma artista. Starpeggio sigue la estela del primer trabajo de la banda con su espíritu espacial y discotequero, sus instrumentales de nu-jazz y sus cambios de armonía ganadores. Escuchar Blackhole Dancehall y la encantadora Midnight Mission es como desfilar tus mejores pasos en una pista de baile cósmica, Igniter y Moonlightspeed son la banda sonora de una road trip flotante entre la belleza de las estrellas y la canción que cierra el disco, I’ll Wait For The Night, es una pieza juguetona cuya percusión se cuela entre tus huesos y con la que Suisei e Inoue certifican que el día que quieran hacer un álbum completo y enfocar esta rama de su carrera de manera más ambiciosa se comerán el mundo.

Bonus Track: J.S. Bach: Harpsichord Concerto No. 1 3rd Movement EP – 3776
No podíamos no acordarnos de este trabajo, pero hemos tenido que reservarle una mención especial por no ser un álbum, sino un EP de tres canciones, que pese a ello nada tiene que envidiar al resto de obras aquí reseñadas. 3776 es una banda atípica hasta donde se pueda imaginar. Desde su nombre, que referencia la altura del Monte Fuji, hasta su carácter de agrupación idol de presunta relevancia intercomarcal con una única integrante, la adorable Chiyono Ide, y, por supuesto, su particular música, compuesta por el talentoso productor Akira Ishida. En 2019 presentaron Saijiki, un tornado de art-pop que se atrevía a plantar sus bases en polirritmias imposibles, instrumentaciones progresivas, remixes de canciones infantiles y adoración vocal y reiterada a los meses del año ―no nos estamos inventando nada de esto―, aderezado todo con sazón de música clásica. Ishida e Ide han repetido parte de la jugada y nos entregan tres versiones de composiciones de, respectivamente, Bach, Stravinski y Beethoven, en las que las armonías vocales llevan toda la carga y terminan por conformar una anárquica batalla campal en los oídos del público. Quién nos iba a decir que la herencia del buen Johann Sebastian iba a reposar en un atrevido collage de voces kawaii.
Por supuesto, son todos los que están, pero no están todos los que son y por el camino se han quedado trabajos interesantísimos como el ya citado Specter de Suisei, el enérgico harajuku-core de las chicas de Hanabie en Reborn Superstar!, el macabro stoner doom criminalístico del Born Under a Mad Sign de Church of Misery o ese precioso y soñador EP titulado Design que han sacado los chicos de Muque. Os invitamos encarecidamente no sólo a escucharlos a todos ellos sino a, en el caso de que aún no lo hayáis hecho u os hayáis quedado en Radwimps y One Ok Rock, explorar por vosotros mismos y darle una oportunidad a la excelente hornada de artistas japoneses de los que podemos disfrutar hoy en día en el ámbito musical.