Puede que Final Fantasy X-2 sea uno de los juegos menos queridos de la franquicia, pero también puede que sea hora de romper una lanza en su favor. Yuna venía de ser una invocadora «del opus» y pasaba a convertirse en estrella del pop. Puede que eso no le sentase del todo bien, pero a veces una chica solo quiere irse de aventuras con las amigas mientras te cambias trapitos a lo Sailor Moon para tener un +2 en ataque físico. En esta entrega se dejaba de lado el tema de la muerte y el sacrificio para hacernos disfrutar sin ningún tipo de pretensión la feminidad y la juventud. Así que antes de demandar a esta redactora por atentar contra los JRPGs tradicionales porque Final Fantasy X-2 le dejó cambiarse de zapatos echa un vistazo para descubrir un mundo de luz y color.
Un poco de contexto
Para entender un poco el cambio de dirección en FFX2 tenemos que echar la vista atrás a los 2000, que fueron cuanto menos curiosos. Para muchos representan un atentado para la moda —pantalones ombligueros, os condenamos— pero nos dejaron con algo que marcaría la década: las estrellas del pop. Surgieron artistas como Britney Spears y los Backstreet Boys, que alcanzaron cotas de éxito millonarias y marcaron la imagen de la época. La moda era una parte esencial de la performance, haciendo de los videoclips un showroom de cambios y con actuaciones de lo más rocambolescas —como por ejemplo la famosa interpretación de «I’m A Slave 4 U» en los VMAs de Britney Spears con la serpiente al hombro—. Salta a la vista la influencia popera de FFX2. Y es que en este aspecto las YuRiPa no solo son unas fans acérrimas del pop, sino que saben lo que se hacen. La introducción del juego es, sin ir más lejos, un temazo interpretada por la mismísima Koda Kumi en la versión japonesa, una de las artistas más consagrada de la época en el panorama nipón. En esta entrega no hay espadas ni armaduras, aquí las cosas hay que hacerlas con estilo y esos sistemas quedan simplificados a las vestiesferas; bolitas que al equiparlas cambian por completo la clase que usas, determinando tanto las stats como apariencia. La moda es el sistema y las actuaciones son necesidad.

Feminidad positiva
Escribiendo momentáneamente en clave personal, FFX-2 fue mi primer JRPG. Ya era jugadora desde unos años atrás, pero fue una visitilla al kiosco para comprar la HobbyConsolas de turno la que me regaló aquel día una portada de FFX2. Allí vi a Yuna por primera vez; divina, a la moda; ¡otra mujer! Esta entrega me dejó abrazar mi feminidad cuando todavía ni entendía lo que era.
La feminidad es una de las cosas que más destaca del título. Tenemos no solo a una, sino a tres protagonistas femeninas conformando un equipo, dejando de lado las rivalidades entre mujeres que se nos inculcan desde pequeñitas. Si eres una mujer leyendo esto seguramente otra mujer a lo largo de tu vida, como por ejemplo tu madre, te haya dicho el famoso «eres más guapa que fulanita». Al elogiar a mujeres concretas en un grupo y dejar de lado a otras se crea la necesidad de destacar por encima de las demás para recibir reconocimiento. Por otro lado, la presión social para cumplir con ciertos estándares de belleza, éxito o comportamiento puede llevar también a estas rivalidades. En FFX-2 no hay rivalidades absurdas y ninguna juzga a la otra, son un grupo de amigas apoyándose entre ellas para alcanzar sus objetivos. La diversidad entre ellas es algo a destacar, aquí no hay castigo por no entrar en el estándar, Paine por ejemplo es introvertida, fuerte y reservada con un estilo de la moda completamente diferente al resto, pero no se destaca como algo negativo. Rikku es la Al Bhed del grupo y su etnia ha sido históricamente marginada en Spira por no seguir las enseñanzas religiosas de su mundo, pero esto no le impide ser la alegría de la huerta con su optimismo y encontrar soluciones creativas a los problemas mientras motiva a sus compañeras. El juego presenta a sus protagonistas como mujeres fuertes e independientes explorando y viviendo el concepto de su propia feminidad. Ellas quieren buscar tesoros mientras se cambian el outfit. La niña que descubrió en su día FFX-2 por una portada lo adoraba y la mujer que lo juega ahora lo abraza.
La liberación de Yuna
Muchos fans afirman que no tiene sentido que la coprotagonista del juego original pase de monja a estrella del pop, pero Yuna acaba con la iglesia de Yu Yevon, rompiendo las tradiciones religiosas que llevaban siglos instauradas. Después de salvar al mundo y descubrir que sus creencias no eran más que patrañas tiene todo el derecho del mundo a tirar por la borda todo lo que la representaba y descubrirse a ella misma libre de ataduras. Yuna ha renacido en FFX-2, deja de lado la niña buena que la sociedad le impuso ser para empezar a vivir por ella misma, abrazando de paso su feminidad. Deja de ser la mujer vulnerable y modosita que habla con la boca pequeña mirando al suelo para ser la líder de «Las Gaviotas». Se pone gomina en las puntas, tira a la basura la falda tobillera de su abuela y se va al Bershka a comprarse unos shorts. Lógicamente sigue con muchos de sus manierismos porque dejar de lado lo que has sido durante 20 años no es fácil, pero vemos una Yuna segura de si misma, atrevida, independiente y empoderada. De hecho, si nos ponemos quisquillosos, la que canta en la escena introductoria del juego ni siquiera es Yuna, pero si que es Yuna quien interpreta la balada más adelante. Spira está pasando por una era de cambio fuera del yugo de la iglesia, así que empiezan a surgir nuevos grupos para hacerse con el control y ser los nuevos guías del pueblo. Yuna, al ser una figura pública, sabe que tiene la ventaja de ser escuchada y escoge la música para dar su mensaje. La música es y siempre será una forma de expresarse.

A vivir que son dos días
Final Fantasy X-2 explora la juventud a través del trío de protagonistas y la búsqueda por la identidad. Tras los eventos de FFX las vidas de sus habitantes cambian radicalmente y todos están intentando buscar su hueco en la nueva era de Spira, incluyendo a nuestras protagonistas. La búsqueda de esferas las lleva a encontrar una muy concreta con pistas del posible paradero del amado de Yuna, así que para ayudar a su compañera, «Las Gaviotas» se aventuran en busca de respuestas por todo el mundo, lo que refleja la curiosidad y las ganas de descubrir que acompaña la juventud. Estar ocupada de aventuras no implica la ausencia de diversión, así que se mezcla con bastante frecuencia misiones frescas con el único propósito de pasárselo bien, porque hay que buscar a Tidus y salvar el mundo pero también hay tiempo para bailar en la azotea del barco volador. La trama deja a sus protagonistas ser jóvenes sin más.
Pero también hay cosas malas
Final Fantasy X-2 se creó para aprovechar los recursos y la inversión de FFX y de hecho vendió muy bien. En enero de 2002 se informó que las ventas alcanzaban la friolera cifra de 3.2 millones de copias en todo el mundo, así que podríamos decir que el título fue popular, ¿verdad?
Pues la triste realidad es que es uno de los Final Fantasy más odiados. Odiados sobre todo por el público masculino, que no les hizo mucha gracia el tono girly del juego. Nuestro compañero Van Cooper destaca como el título sufrió y sigue sufriendo rechazo por la misoginia: «A los pibes no les gustó ver a tres chavalitas pasárselo bien». Comenta como la carrera de musical de Yuna podría ser una consecuencia de la época en la que el juego fue concebido, pero también podría simbolizar la liberación de Yuna. Al fin y al cabo, es un personaje público en Spira y la música podría ser su forma de seguir ayudando a los demás haciendo algo que ella disfruta.

La historia del juego deja bastante que desear en ciertos puntos y podría haberse hecho más hincapié en cómo las protagonistas se buscan a ellas mismas, dejando de lado convenciones sociales, pero en su lugar se cambia por una trama por momentos insulsa que acaba desembarcando en buscar al novio de Yuna. Es comprensible que la ex-invocadora quiera rescatar a su chico porque, al fin y al cabo, Tidus fue uno de los detonantes para que Yuna saliera de su burbuja, pero al final la trama de FFX-2 se basa en traer de vuelta a un hombre más que en la esencia de su protagonista.
También es necesario comentar el fan service al que sus protagonistas son sometidas. Planos de cámara apuntando a las falditas y escenas de baños son algunas de las cosas negativas que se me vienen a la cabeza cuando pienso en esto. Quizás el tono y el tema de la feminidad es algo deliberado o quizás sea algo para atraer al lado pajero de la comunidad, pero a día de hoy es bueno celebrar que exista Final Fantasy X-2. Nos gustan los trapitos y nos gusta Final Fantasy X-2.