Cualquier consumidor de novelas visuales, por muy novato que sea, se ha cruzado con Umineko no Naku Koro ni o, en su defecto, con Higurashi no Naku Koro ni; títulos que, junto a Ciconia no Naku Koro ni, conforman la trilogía conocida como When They Cry. Estas dos obras las firma Ryukishi07, escritor japonés que puede presumir de haber escrito algunos de los trabajos más influyentes de este medio. No los únicos, por supuesto, pues son muchos los guiones que firma, ya sea en el mundo del anime, de las novelas visuales o incluso de los videojuegos. Si bien estas obras previamente mencionadas gozan de un merecido reconocimiento, habiendo sido localizadas inicialmente por fans ―el grupo Witch-Hun― hasta llegarnos de forma oficial de la mano de MangaGamer, hay otras que han sido más ignoradas injustamente. Destacamos, entre ellas, Higanbana no Saku Yoru ni y el quid de este artículo, Rose Guns Days.
Esta novela visual se divide en cuatro episodios, ―o seasons, como lo llama el propio juego― que llegan al mercado japonés entre 2012 y 2014. Rose Guns Days nos lleva al Japón de 1947, una nación derrotada tras la Segunda Guerra Mundial y nos adentra en el mundo de las mafias y los burdeles en un país destruido hasta sus cimientos. Seguiremos la historia de una serie de personajes, donde destacaremos a Leo Shishigami y al elenco que compone el Club Primavera, un prostíbulo, en este país que hace todo lo posible por resurgir de entre las cenizas.

Ryukishi abandona la magia de Umineko y los bucles temporales de Higurashi para centrarse en un drama completamente humano, sin ningún tipo de elemento sobrenatural. Se explora en Rose Guns Days la miseria humana, los efectos desoladores de una guerra sobre su sociedad civil ―y los traumas ocasionados en aquellos que tuvieron que ir al frente― y la lucha maquiavélica por el poder a toda costa, sin reparar en las vidas humanas. ¿Hasta dónde se puede llegar por unos ideales? ¿Qué cosas estamos dispuestos a sacrificar? Sin embargo, también estudia la resiliencia, la bondad inherente al ser humano y cómo la esperanza hasta en los rincones más oscuros. Es relevante que nos transporte hasta una de las peores zonas de la ciudad, los prostíbulos, para poder recrear estos temas sin ningún tipo de miramiento ―tenemos prostitutas y mafiosos por doquier y personas moralmente degradadas sin ningún tipo de pudor―. Aun así, conoceremos que muchos de estos personajes, que ansían un poder ensangrentado, solo lo hacen por el bien de los suyos y del pueblo japonés. Ryukishi se encarga de hilar un dilema moral: ¿hasta qué punto son buenos o malos? ¿Qué fines justifican los medios con personas que solo buscan lo mejor para aquellos a los que quieren proteger? Sabemos que destacan sus villanos carismáticos y tan bien construidos, y esta novela visual es un ejemplo más de esto.
Cada season nos va presentado a nuevos personajes y, con ellos, nuevas tramas y temas que el autor explora. Veremos como la ocupación estadounidense ―y las relaciones ilegales que surgen de la misma― será un tema recurrente en la obra, así como las relaciones con China y su pueblo, especialmente el que vive en tierras niponas. Cabe aplaudir, también, los personajes creados por Ryukishi y su ambigüedad moral. No hay individuos esencialmente buenos, pero tampoco complemente malos. Son víctimas de sus circunstancias y se ven obligados a cometer actos indecibles, ¿pero hasta qué punto podemos o no justificarlos? Quizás por ello, a su vez, destaca tanto el maquiavelismo en muchos de ellos. Si de algo puede presumir Ryukishi es de la humanidad de sus personajes y su magnífica creación de los mismos ―no en vano ejerció de trabajador social en su país―. En cualquiera de sus obras los integrantes del elenco siempre son una de las piezas más claves del total y gozan de un trato muy cuidado. A todo esto le sumamos una evolución increíble de los personajes, que se ven atrapados en guerras internas y circunstancias injustas que les van a llevar hasta límites insospechados. Una vez más, ¿qué están dispuestos a sacrificar por aquellos a los que quieren proteger? El juego, dadas estas características, es absolutamente crudo. Con el propio contexto intuimos que no va a ser un plato de buen gusto para todos los públicos, pero Ryukishi nunca ha tenido ningún pudor a la hora de tratar los temas más horripilantes posibles si su historia lo necesita.
Otro de los grandes aspectos de esta novela visual es su OST. Si bien se podría echar en falta que el juego cuente con voice acting, parte de la misma se suple con la pedazo de banda sonora que nos acompaña a través de las peripecias que vivirán los miembros del club Primavera.

Quizás uno de los aspectos donde sí flaquea puede ser el arte, donde la aparente mezcla de estilos puede descolocar al jugador y hacer que le salte a los ojos rápidamente. No es difícil obviarlo, conste, así que no es un lastre que eche abajo todo lo que construye la narrativa. Además, cuenta con pequeños minijuegos de lucha ―en los que deberemos cliquear rápidamente donde sea necesario, sin penalizarnos realmente en caso de no querer jugar― con CGs bastante chulas, aunque se pueden llegar a hacer un poco repetitivas.
Ryukishi hace guiños constantes a personajes de sus otras obras, bien sea en apariencia, nombres, formas de expresión o personalidad. ¿Significa esto que es necesario conocer el resto de su obra para poder jugar y disfrutar de Rose Guns Days? En absoluto. Como se mencionó previamente, esta novela visual se aleja de todas las anteriores, pero sí es verdad que reconocer los guiños nos puede arrancar una sonrisa. Esto, conste, no es algo único de esta obra: Ryukishi habitualmente trata de enlazar ―o al menos hacer guiños— de algún modo todas sus historias.

Como nota al margen, y más en calidad de curiosidad, Rose Guns Days cuenta con una adaptación en manga que fue traducido oficialmente por Yen Press. Abarca las cuatro seasons de la novela visual y tiene, además, dos pequeños spin-offs ―que no han sido traducidos― donde se nos cuentan sucesos que vivieron los personajes del club Primavera previos a los eventos de 1947. Es curioso que nos llegue la traducción oficial del manga pero no la de la novela visual en sí, pero bueno, los misterios para Iker Jiménez.
Para concluir este artículo, queremos animaros a que le deis una oportunidad a Rose Guns Days. El ritmo le puede fallar a veces, cualquier lector de Ryukishi sabe que, en ocasiones, el pacing no es lo suyo, pero estáis a un paso de conocer una de las historias más chulas que existen ahí fuera. Existe una traducción fan en inglés realizada por Witch-Hunt, así que nada os impide ya jugarlo. Adentraos en los rincones más oscuros de la ciudad y acompañad a Leo, Rosa y los demás en una de las más nobles muestras de resiliencia. Rose Guns Days es una de las obras más injustamente eclipsadas por otras y debería tener más reconocimiento del que goza.