En la mente de: Androide 16

En las historias largas a las que estamos acostumbrados hay algo inexpugnable: los personajes vienen y van. Es lo que tiene la división por arcos de las obras con más extensión y es que cada uno de estos tienen sus propios personajes, que solo tendrán un papel en dicho segmento y nada más. Algunos tienen suerte y pasan a formar parte del elenco principal, pero otros desaparecen por un tiempo para volver más adelante en algún momento importante. Y otros tantos, a pesar de su impacto en su respectivo arco, permanecen ahí para bien o para mal, abandonados durante el resto de la historia. Sin embargo, esto no quiere decir que no vayan a dejar huella, ni mucho menos. Un ejemplo clarísimo que se nos ocurre es el de cierto androide pelirrojo que nos acompañó durante la reconocida saga de Cell en Dragon Ball Z. Hoy vamos a hablar del Androide que fue construido en decimosexto lugar: Androide 16.

Para aquellos que no conozcáis al androide y simplemente os guste leer un buen análisis de personajes vamos a introducirlo formalmente. Todo empieza con una fuerza antagonista en las primeras aventuras del pequeño Son Goku: el ejército Red Ribbon. Nuestro joven luchador pudo acabar con los principales directivos y con todo estos malvados conquistadores dejando, sin embargo, a un solo «hombre» que buscará venganza contra él: el Doctor Gero. Durante los años venideros estaría detrás de un proyecto ya comenzado tiempo atrás. Este proyecto buscaría crear una serie de humanos a los modificaría para crear perfectas máquinas de guerra: los Androides. Tal es la amenaza que iban a presentar que un joven del futuro viajaría hasta la época actual para prevenir de la existencia de estos aniquiladores. Más tarde en la historia, cuando llegamos al punto en el que el Doctor Gero despierta a estos androides —unos huérfanos llamados Lapis y Lazuli a los que convertiría en los Androides 17 y 18—, uno de ellos se fija en que en el laboratorio donde están hay un androide más; uno al que el Dr. Gero no quiere despertar por lo inestable que es. Como es lógico sospechar, estos acaban activando dicho androide, al que se le dio el nombre de Androide 16, que se les une en el propósito que tenían grabado a fuego en sus robóticas mentes: acabar con Son Goku.

La »amenaza androide» de tranquis en un camión /©Toei Animation

Paremos un momento en la historia para hablar del diseño del Androide 16 y el buen contraste que genera con sus compañeros robóticos. Algo que llama la atención con los diseños presentados en la saga de Cell —aunque la parte en la que nos encontramos es más referida como la saga de los Androides— varían entre lo robótico y lo humano. Para haceros una idea, los primeros androides introducidos en el arco son los Androides 19 y 20. Dichos androides presentaban rasgos más de robot que de persona en su exterior, como partes mecanizadas o anatomía irregular. Pero luego llegamos a los Androides 17 y 18, que podrían confundirse perfectamente con humanos corrientes y molientes. Su única parte de Androide se encuentra en el interior, mientras que en el exterior nada en su diseño nos haría sospechar lo que son. Pues bien, Androide 16 se encuentra exactamente en el medio de estas dos partes. Por un lado, al estar 16 creado con base en una persona que existía —hablaremos de esto en un ratito— su lado humano resalta en su rostro y complexión, a pesar de ser más grande que la media. Pero por otro, tenemos su vestuario. Las hombreras exageradas, la parte central de su armadura o sus enormes botas acabadas en punta marcan ese pasito alejado de sus hermanos 17 y 18 que lo hace resaltar. Y ojo a esta palabra, porque no solo es la explicación a la aparencia de 16 sino a todo el propósito de su personaje: el contraste y el distinto punto de vista.

Como hemos dicho en el párrafo anterior, el Androide 16 fue creado con base en una persona: el hijo del Dr. Gero, Gevo, que falleció en combate. Al ser su hijo, este Doctor creó al Androide 16 con un rasgo especial que no tendrían sus otros androides: amabilidad. Esto fue contraproducente, porque una máquina de guerra tan poderosa que es amable y gentil era algo, simplemente, ilógico. Por el miedo de que pudiera revelarse o derrotar al resto de sus androides, decidió no activarlo en ningún momento. Quizás esta sea el único rastro de humanidad del Dr. Gero, que se dejó llevar por sus emociones una vez; una emoción tan fuerte que ponía en jaque todo su plan. Y así fue. Una vez despertado, Androide 16 demostró ser una silenciosa voz de la razón para sus compañeros robóticos. Sí, tenían que obedecer a su propósito forzado de matar a Goku, pero 16 no mostró ningún deseo de hacer daño a nadie más. Pensemos en el contraste que es esto: después de bastantes capítulos en el que se nos habla, presenta y muestra a los androides como máquinas crueles que amenazan al mundo como nadie, Androide 16 quiere proteger dicho mundo. Pretende proteger a aquellos a su alrededor y los que hacen la vida buena. Por eso la única persona a la que quiere matar es Goku —está en su código de androide—. Y por eso mismo está totalmente en contra del que sería el antagonista principal en esta historia: Cell.

De hecho, es contra Cell en su forma imperfecta cuando le vemos pelear por primera y única vez en la historia. Aquí es donde su parte androide se muestra más que nunca, porque su estilo de combate combina la fuerza bruta con ese enorme cuerpo que utiliza, a su vez , como arma. Este uso nos puede recordar a obras más clásicas del anime, como Astro Boy o Mazinger Z ya que, con técnicas como los puños cohete y un gran láser de energía, se asemeja a estos héroes que luchan por la paz y por la justicia. Este estilo de combate no solo le daría a 16 su toque único poco replicado en Dragon Ball Z, sino que sería una ventaja en productos futuros, como los conocidos videojuegos de la franquicia. En estos, la lista de movimientos de 16 se basaría en agarres y golpes fuertes que se combinan con sus propias técnicas de la serie.

¡Oh, no, ha perdido la mano! …Espera… / ©Toei Animation

Volviendo a la historia, esto nos lleva a que Cell Semiperfecto lo dejara fuera de combate y, aún así, continúase manteniendo el deseo de querer plantarle cara a este retorcido ser. Más tarde es llevado a Capsule Corp., donde Bulma y su padre trabajan con ahínco para reparar a 16 para que pueda prestar ayuda a los guerreros Z en la pelea final contra Cell. Y sí, amigos, esto nos lleva al momento más importante de Androide 16: su sacrificio. Los sacrificios en una historia tienen un objetivo claro: ser el punto álgido, el momento que rompa completamente la narrativa para dirigirla a un final de un modo chocante y, en el caso de relatos como Dragon Ball Z, sorprendente. El sacrificio del Androide 16 viene acompañado del emotivo discurso que hará que Gohan despierte todo su potencial para alcanzar un nivel superior al Super Saiyan. Y ojo, este mensaje lo único que hace es realzar la idea de que el propósito de una pelea no es siempre superarse a sí mismo o detener a una amenaza para ti: es proteger aquello que debe ser protegido, por los que no pueden o por los que más quieres. Esto, combinado con la furia de ver lo último que queda del Android 16 destruido por el perfecto Cell despertará el potencial dormido de Gohan. Y el resto es historia.

Este es el papel del Androide 16 en Dragon Ball Z: un personaje que desafía toda la lógica planteada por los otros durante este arco; la idea de que los androides son malos, la lucha es el único remedio, que todo lo demás no importe salvo el luchar. El valor narrativo que aporta el Androide 16 es tan grande que podríamos hasta barajar la idea de que, sin él en mente, todo hubiera tenido un rumbo distinto. Si no, solo hay que mirar el devastador futuro del que viene Trunks.

Hay una parte más a la que deberíamos echar un vistazo y es el legado que ha dejado Androide 16. Porque Dragon Ball continuó, continuó y sigue continuando. Ha continuado hasta el punto de que hasta el ejercito Red Ribbon ha vuelto y un nuevo androide se sumó a sus filas en el videojuego Dragon Ball Fighterz. Y aunque el Androide 16 volviera para este juego y otros títulos de peleas, no lo hizo a la historia original ni a sus continuaciones. No se sabe a ciencia cierta si fue revivido por las bolas de Dragón o no y que en Dragon Ball Super pudiésemos ver el retorno de personajes de su saga como el Androide 17, no significó que nuestro androide pelirrojo volviese. ¿Debería volver? Quizás no. Ya tuvo un propósito y lo cumplió con creces, funcionando para su saga y solo para su saga. Y si bien es cierto que la historia en Dragon Ball Fighterz nos dio un acercamiento distinto pero a su vez similar, quizás el punto en el que el concepto del Androide se encuentra sea el adecuado.

Eso sí, esto cambia si hablamos del personaje a nivel popular. Es un personaje muy querido por los fans de Dragon Ball Z y el cariño que se le profesa, aunque no le lleva al punto de un aclamado regreso a lo más alto de las listas de popularidad, sí que le ha llevado a haberse hecho querer. A algunos incluso les gustaría que se les diera más reconocimiento, ya que si es verdad que el acercamiento al personaje fue, en algunos punto superficial y levemente reaccionario. Por eso existen actos como los del Team Four Star: los creadores de la popular serie parodia de youtube Dragon Ball Z Abridged. En su capítulo 56, encontramos una escena en la que se encuentran un archivo secreto a la hora de investigar al Androide 16 en Capsule Corp. . Se trata de una grabación de Gevo a su padre, Dr. Gero, momentos antes del ataque de Goku a la base del ejército Red Ribbon. Todo este contenido es nuevo por parte del equipo Four Star, que buscaban dar más profundidad a un personaje tan querido tanto en la parodia como en la serie original. Nos parece un gesto muy bonito y una carta de amor hacia el personaje.

El mundo de los personajes secundarios es amplio y vasto. Algunos se quedan y otros se van como ya dijimos. Algunos duran en nuestra memoria siempre y otros desaparecen de un momento a otro. Pero ya quisiera cualquier personaje tener un papel tan fundamental y puro como el de nuestro querido Androide 16. Que ojalá este disfrutando en el cielo rodeado de su gran afición y un rasgo de su personalidad tan importante que se debe mencionar: su amor por las aves. Vuela alto, Androide 16.

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