Opinión: la guerra de consolas es lo peor

De entre todas las aficiones de las que uno puede disfrutar, es innegable que la más constante e importante en mi vida han sido los videojuegos. La ficción interactiva ha formado parte constantemente durante mi desarrollo como persona hasta el punto de haber influido a la hora de intentar acceder al mundo laboral, ya que he intentado perseguir formar parte de su industria en más de un momento, aunque sin éxito. Aun con eso, sigo siendo un ávido aficionado de este medio, aunque cuanto más tiempo pasa, menos me apetece socializar con aquellos con los que comparten mis gustos, porque muchas veces solo se reducen a lo mismo: entrar de lleno en la guerra de consolas.

Podríamos hablar largo y tendido del origen y desarrollo de la guerra de consolas, desde las prácticas agresivas entre Nintendo y Sega de hace décadas a las discusiones constantes del presente, pero este artículo no va de eso. Podéis encontrar páginas o incluso libros detallando como estos diferentes conflictos han sido tratados mucho mejor de lo que yo mismo podría detallar, por lo que no voy a hablar aquí de ellos, sino de como esta guerra en el presente ya es estúpida y baladí ―más aún de lo que era en un principio― y cada vez hace más daño a gente que simplemente quiere disfrutar del medio.

Microsoft felicitando a Sony por la salida de la PS5 / @Xbox en X

Y es que al contrario que en la época que enfrentaba al erizo con el fontanero, esta guerra de consolas no está impulsada por las empresas ―ignoremos las teorías de la conspiración, por favor― sino por los propios fans de estas, que en muchos casos llevan consumiendo a solo una empresa durante toda su vida, por lo que lo consideran una parte intrínseca de su personalidad y por consiguiente, se sienten atacados en cualquier momento de que la empresa en cuestión sea superada por otra. No entraré en juzgar las inseguridades de cada uno porque todo está lleno de matices, pero el problema aquí es convertirse en un justiciero por una empresa ―que no es tu amiga, por mucho que admires su trabajo― que ni siquiera está luchando esa batalla que uno puede tener en su cabeza. Tenemos casos como las compañías felicitándose por la salida de sus nuevas consolas ―como podéis ver en la imagen de arriba― o las propias figuras importantes de las empresas que juegan a títulos de todas las consolas.

Y aquí es cuando las cosas empiezan a ponerse serias. Hace unos días, Alanah Pearce, guionista en Santa Mónica Studios ―estudio que pertenece hoy en dia a Sony― y antigua periodista de IGN hizo un streaming donde desmintió un bulo que con el caos de la salida de Starfield había sido tomado en serio y utilizado como arma por críticos del juego y de energúmenos como los justicieros de Sony de los que hablamos en este artículo. La respuesta de este sector tan nocivo del mundillo fue a la altura de su fanatismo: intentar, mediante acoso, que Santa Monica echara a esta trabajadora porque no se permite que alguien «de su equipo» ―en su perspectiva lo ven todo como aliados y villanos― no solo disfrute de un juego del ecosistema de Microsoft en público sino que ayude a limpiar el nombre del enemigo. ¿Os parece horroroso? Espero que sí, pero os quiero dar una mala noticia, ya que no es la primera vez que estos círculos han intentado algo similar, ya que hace cinco años, se intentó atacar a la community manager de Xbox, Alejandra Pernias, simplemente por querer disfrutar de Overwatch con sus amigos en la PS4. Y no son casos aislados, a la mínima se ve a gente de todos los bandos linchándose entre ellos por las situaciones más nimias.

Masahiro Sakurai, creador de Super Smash Bros., entiende de que va esto / @Sora_Sakurai en X

Vamos, y ni que fuera lo único. Cada vez que uno entra en Metacritic de un juego importante de una de las compañías, las reseñas de usuario suelen estar emponzoñadas. Si bien esta página no es santo de mi devoción como para valorar un título por un mísero número, muchas veces se me cae el alma al suelo al ver que al nuevo The Legend of Zelda o The Last of Us es atacado por el simple hecho de pertenecer a la marca del enemigo. O incluso casos estúpidos donde un juego solo lo puedes valorar como bueno si está dentro del Game Pass, porque es imposible que un título de otra empresa merezca que lo mire siquiera.

Mirad, yo he tenido la suerte de poderme permitir varias consolas en una misma generación, por lo que mi percepción puede ser diferente de aquellos que no se pueden permitir jugar a todo ―aunque no creo que no poder permitirte más de una consola te de derecho a ser un energúmeno, además de que muchos de estos justicieros tienen bastantes recursos― pero creo que como compañeros de este mundillo tan bonito como es el de los videojuegos, entre todos podemos ser mejores haciendo un entorno de paz y disfrute, que es para lo que venimos desde un principio. Desgraciadamente, no podemos controlar las prácticas horribles de la industria, pero por lo menos podemos evitar ser destructivos con el medio que amamos.

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