Cuando en esta ocasión hablamos de Mononoke no lo hacemos de la película de Ghibli, sino del anime creado por el estudio Toei Animation. Este es a su vez una especie de secuela, o más bien spin-off, de Ayakashi: Japanese Classic Horror, y sigue las aventuras de uno de sus personajes, el Boticario, mientras se enfrenta a los yokai y los mononoke. Aprovechando que está actualmente en Netflix y que una película nueva está en camino, esta era una gran oportunidad para hacer llegar esta obra a más personas.
Mononoke utiliza varios elementos del folklore japonés, especialmente aquellos relacionados con los yokai y el mundo espiritual. La serie se basa en el concepto de los mononoke, que dan nombre a la serie y que se categorizan como espíritus vengativos ―onryo―, espíritus fallecidos ―shiryo―, espíritus vivos ―ikiryo―. Tienen una presencia importante en la literatura clásica japonesa y la religión popular y se decía que hacían cosas como poseer a individuos, causaban enfermedades y que incluso podían traer la muerte. También es una palabra que a veces se utiliza para referirse a los yokai o henge ―seres transformados― y pueden verse en la literatura del periodo Heian. La medicina no estaba muy desarrollada en la época, así que los monjes y los shugensha o yamabushi, que eran eremitas budistas japoneses que seguían la doctrina del shugendo ―la cual combinaba creencias budistas esotéricas con elementos de la naturaleza y la meditación―, realizaban incantaciones y oraciones contra las enfermedades causadas por los mononoke, así como trasladaban temporalmente al espíritu maligno del cuerpo que poseía a otra persona llamada yorimashi, ―que normalmente eran sirvientes o aprendices― mediante exorcismos.

El protagonista de nuestra historia es el Boticario, que comparte no pocos elementos con los yamabushi y si bien la serie no proporciona una explicación exhaustiva de los estos, sugiere que las marcas que presenta podrían estar relacionadas con su habilidad para percibir y tratar a los mononoke y a los espíritus en general. Estas pueden indicar una conexión especial con el mundo sobrenatural y la capacidad de enfrentarse a estas criaturas.
Mononoke se sumerge en este mundo espiritual y presenta una variedad de historias inspiradas en el folklore y las creencias japonesas. Cada breve arco de la serie se centra en un mononoke específico y explora su origen, motivaciones y la manera en la que interactúan con el mundo humano. En el budismo se reconoce que el sufrimiento surge de los deseos y apegos insatisfechos y que la liberación del este se logra a través del entendimiento de la naturaleza de la mente y la renuncia a estos mismos deseos. En la serie los mononoke son criaturas que representan manifestaciones externas de emociones y deseos reprimidos, similar esto a cómo el budismo considera que el sufrimiento surge de apegos internos. A continuación mentaremos brevemente los que hacen aparición:
- Zashiki Warashi: Estos son yōkais relacionados con la prosperidad y la buena suerte en un hogar.
- Noppera-bo: Se trata de un yōkai sin rostro, también conocido como «rostro alisado».
- Ushi no Koku Mairi: Una tradición japonesa en la que se visitan templos durante la noche para realizar peticiones a los dioses.
- Bakeneko y Nekomata: Son yōkai gato con poderes sobrenaturales.
Mononoke se inspira en varias historias tradicionales de fantasmas y folklore japonés. Varios de los temas que vemos a lo largo del anime son comunes en estos cuentos. Las leyendas de venganza y odio sobre fantasmas que persisten más allá de la muerte se pueden ver en aquellos mononokes que son resultado de fuertes emociones negativas no resueltas, como Yotsuya Kaiden; un cuento clásico de venganza y horror que se centra en una mujer que busca venganza después de ser asesinada.

Muchos de los elementos de Mononoke ―por no decir casi todos― están abiertos a interpretación y no hay una verdad absoluta, pero el budismo nunca deja de ser un elemento presente en la serie. Forma, Verdad y Razón. Eso es lo que necesita saber la espada del Boticario para acabar con el mononoke de turno. Uno de los aspectos en los que se puede notar la influencia budista es en la idea de que estos espíritus representan emociones y conflictos internos reprimidos, que, como antes mencionábamos, es aquello de lo que insta a librarse esta filosofía. Además, la serie también explora temas como la impermanencia y cambio, que son conceptos clave en el budismo. También toca temas y elementos relacionados con el sintoísmo —religión indígena de Japón— y el confucionismo, que se centra en la ética, la moral y las relaciones sociales. Estos aspectos también pueden estar presentes en las interacciones entre los personajes y las lecciones que se extraen de las historias de los mononoke. Si parece que se mezclan muchas religiones es porque en el Japón de la era Edo, había una tendencia hacia el sincretismo religioso, en el que las creencias y prácticas de diferentes religiones se interrelacionaban de manera constante.
Habiendo mencionado el sintoísmo, es necesario explicar que esta religión se basa en la adoración a los kami ―dioses japoneses como Amaterasu y sobre los que nuestra compañera Eiennousagi tiene un articulazo― y que está muy presente en la serie. Los mononoke son criaturas sobrenaturales y espirituales y tienen muchas similitudes con los kami; ya que los dos pueden habitar en la naturaleza, objetos o lugares sagrados. Seguro que conoces templos sintoístas, ya que son fáciles de reconocer por las famosísimas puertas Torii, los mononokes en el anime suelen encontrarse en lugares sagrados o afectados por eventos espirituales, lo cual es coherente con la importancia de estos lugares en la mentada religión. También comparte el elemento de la purificación a través de rituales, como el exorcismo que el Boticario practica a estos seres con elementos como el incienso y el espejo. Y hablando de incienso este tiene un papel importantísimo tanto en el folklore japonés, como en Mononoke. El incienso es un elemento clave en ceremonias para purificar el ambiente y comunicarse con dioses y espíritus. Su humo se considera un medio para elevar las oraciones y las ofrendas a los reinos espirituales, el cual, volviendo de nuevo a las religiones, se usa mucho tanto en el budismo como el sintoísmo. Tradicionalmente, también se ha utilizado para la protección contra las influencias negativas de espíritus malévolos, y aquí nuestro Boticario usa el incienso contra los mononoke con bastante frecuencia.
En la época, las espadas estaban reservadas a los samuráis y aunque es más que evidente que el Boticario no es uno, su posesión de una podría tener cierta simbología detrás. Las espadas tienen un profundo significado en la historia y cultura japonesa, en la época feudal se las consideraba incluso el alma del samurái, así como un símbolo de su honor y habilidad. El Boticario podría estar relacionado con esta tradición en un sentido simbólico, ya que también se enfrenta a desafíos y peligros como lo haría un guerrero. En la época Edo las clases sociales eran vitales. Los boticarios pertenecían a la clase baja y los samuráis a la alta. Pero nuestro Boticario lleva una espada, cuando sólo lo segundos eran dignos de llevarlas. Esto representaría la fuerza interior, su papel de protector y una dualidad de roles.
Mononoke es una obra única y es de esas cosas de las que se pueden sacar tantísimas interpretaciones que resulta imposible resumirlas en un formato que sea más ameno para la lectura, pero esperamos que si te atrae el folklore y las leyendas niponas te animes a descubrir la obra por ti mismo.
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