En las profundidades de Tumblr hay una frase, pronunciada por un Obama onírico, que dice que «la violencia por violencia es la regla por la que se rigen las bestias», y, aunque en lo personal estoy de acuerdo, también disfruto de ver violencia de forma simulada, ya sea en deportes de contacto o directamente en combates ficticios. Es aquí donde entran los mangas de combates de uno a uno en los que los luchadores se juegan la vida.

Hay que hacer una pequeña distinción, antes que nada, entre este grupo específico de mangas de combates y el nekketsu medio. Al contrario que en este ultimo y más generalista grupo, el combate se utiliza como narrativa única para el desarrollo de personajes y trama, además de que este conflicto suele funcionar principalmente en torneos y es el punto primordial de la obra, al contrario que en otras, donde las peleas son ubicuas pero no se sitúan como el centro de la experiencia. Cada una de estas peleas suele durar una cantidad relativamente alta de capítulos —entre cinco y ocho si hablamos de un manga mensual— y no solo se centra en los golpes, sino en explicar el trasfondo de los combatientes para justificar por qué están ahí y son como son. Estas características hacen que en unos pocos meses los lectores acaben encariñándose con los participantes e incluso elijan un lado u otro. Estas batallas, llenas de adrenalina y nervios a flor de piel, consiguen condensar arcos enteros de personajes en éstas para que uno no pueda dejar de leer y esté expectante de cada nueva entrega.

Uno de los mangas de pegarse más famosos, y probablemente el primero que se os habrá venido a la cabeza, es ni más ni menos que la saga de Baki. Si bien diverge bastante de los conceptos anteriores al ser proveniente de otra época, sí es cierto que es el codificador de muchas de las ideas que luego mostrarían títulos más recientes. En la aventura de Baki Hanma por enfrentarse a su padre, Yujiro Hanma, éste entrará en una gran cantidad de torneos y búsquedas de guerreros cada vez más fuertes, proceso que suele ir de la mano de volverse cada vez más boba con los rivales. Si este manga ha sido carne de memes es con razón: Nuestros héroes se enfrentarán, entre otras cosas, desde a un hombre que es solo puro músculo a extravagancias como un humanoide del jurásico o un clon del mismísimo Musashi Miyamoto. Si bien puede sonar raro desde fuera, el mismo espíritu de este manga hace de que todo se sienta natural y nos envuelva en su locura. En el presente, la franquicia Baki tiene cuatro mangas diferentes y goza de buena salud en el panorama animado al tener una nueva temporada anunciada para verano.

Ya hablando de mangas que se centran en torneos, empezamos con Record of Ragnarok, el cual tratamos anteriormente en esta pagina. Este nos sitúa en el Ragnarök, un evento que ocurre cada mil años, en el que los seres humanos tienen que demostrar su valía para no ser eliminados por los dioses. Gracias a un tecnicismo, la valkiria Brynhildr consigue convertir esto en una pelea uno contra uno entre los dos bandos, donde los humanos tendrían apoyo del resto de valkirias para tener posibilidades de enfrentarse a las distintas deidades. El valor de la humanidad es el tema principal de este manga, que entre bambalinas desarrolla una trama en la que los dioses descubren que tal vez los mortales merecen más que la aniquilación total. Por supuesto, los combates gozan de una intensidad sin parangón y que cada vez escala más, poniendo los nervios a flor de piel y designando al vencedor en el ultimo minuto de forma impredecible, aunque a veces puedes intuir quien va a ganar viendo como está el marcador. En el momento en el que se publica este artículo ha terminado el octavo combate y en el siguiente capitulo se dirá quienes son los siguientes participantes, por lo que es un gran momento para saltar a leer uno de los mayores conflictos de la humanidad.

Y no podemos hablar de Ragnarok sin mencionar Majo Taisen, el que ha sido considerado por el gran público el equivalente femenino de éste —hay que recordar que, por desgracia, en la obra de dioses contra humanos no hay ni un solo participante femenino— hasta el punto de que las portadas de los volúmenes beben mucho de su estilo artístico. También conocido como Guerra de brujas, este manga —con el creador de Kakegurui al mando— nos pone en el papel de la archiconocida Juana de Arco, quien justo antes de morir es llevada a un torneo en el que las 32 mujeres más importantes del mundo tendrán que combatir para poder cumplir el mayor deseo que tuvieran con vida. Con un fuerte peso en lo que es realmente un deseo y su relación con la codicia, en esta guerra luchan figuras como Cleopatra, Tomoe Gozen o Maria Antonieta, aunque los diseños de estas suelen caer en una sexualización rampante en la mayoría de los casos, algo que podría haberse llevado mejor. También peca de tener como punto de vista y personaje principal a uno de los participantes en lugar de buscar un protagonismo coral, lo cual hace que la narrativa se resienta a la hora de imaginar quien puede y no ganar este torneo. Sin embargo, los combates están muy bien, por lo que es más que una obra recomendada si necesitáis un poquito más de esa magia.

Tenkaichi: La batalla definitiva —no confundir con el videojuego de Dragon Ball— por su parte, también destila la acción y la adrenalina típica de estos combates pero un trasfondo del Japón feudal. En un periodo alternativo donde Oda Nobunaga no murió en Honno-ji, el gobernante ha decidido organizar, al darse cuenta de que le queda poco tiempo, un torneo a vida o muerte donde participarán los principales dirigentes de Japón utilizando a sus guerreros como representante. Es aquí donde veremos a personajes importantes de la era feudal japonesa, tales como Honda Tadakatsu o Nobutsuna Kamiizumi, jugarse la vida en impresionantes combates uno a uno. Una cosa a destacar de este manga es su impecable arte de la mano de Kyōtarō Azuma —aunque no es ajeno a estos conceptos, ya que también fue el artista de una adaptación de King of Fighters— que ilustra con maestría todas las coreografías que se muestran entre los participantes de este torneo. La espectacularidad de los combates antes mencionados no dejarán a ninguno indiferente, destacando especialmente la cuarta pelea como el instante en el que este manga pone toda la carne en el asador. Sin embargo, no deja de tener asperezas, como que hay algún que otro personaje utilizado como gag que causa rechazo o que, aunque al contrario que Majo Taisen ha conseguido darle la vuelta a la idea del personaje que actúa como punto de vista, la importancia de dos participantes cuya batalla en la vida real es una de las más conocidas en Japón hace pensar a uno que probablemente esté claro quienes van a llegar a la final. Aun así, si solo podéis explorar una de las obras de este artículo, la más recomendable sería esta, que además dentro de poco va a llegar a España.

Por ultimo, como nota a pie de página, Killing Bites funciona de la misma forma que los anteriores pero tiene el giro de que los personajes tienen la capacidad de convertirse en animales al más puro estilo de Bloody Roar. Largas descripciones de cómo actúan los animales en la naturaleza son descritas para justificar los distintos poderes de los combatientes en un manga que cada vez se vuelve más loco, llegando hasta a introducir dinosaurios. Probablemente el más cuestionable de la lista y el que más peca de diseños pobres —por no decir que de nuevo hay una tremenda diferencia entre chicos y chicas híbridos, ya que estos tienden a ser animales puros y estas más similares a kemonomimi sexualizadas, especialmente en los primeros compases de la historia— pero, aun así, es una curiosidad recomendable por lo estúpida que puede ponerse.

Hay más mangas de pegarse que comparten estos tropos que podríamos mencionar, tales como Kengan Asura o Hajime no Ippo —aunque de este sería más correcto meterlo en el conjunto de spokon— por lo que si estos os saben a poco también podéis acudir a ellos. La violencia ficticia, al contrario que la real, acaba siendo por múltiples motivos muy estimulantes de ver, por lo que nunca dejará de ser recomendable sentarse y ver a algunos de vuestros personajes dándose de hostias. Eso sí, lo que sí se recomienda encarecidamente es leer las versiones originales en lugar de adaptaciones animadas, ya que, por alguna razón, suelen dejar bastante que desear.