El otro día estaba pensando en Ace Attorney, específicamente en cómo me gustó la duología de The Great Ace Attorney pese a estar relativamente aislada del resto de la franquicia y, al hablarlo con amigos, acabó saliendo el tema de ese inexistente Ace Attorney 7. Sumando a la mezcla de mis pensamientos juegos como Guilty Gear Strive, Tekken 8 o Resident Evil Village no pude evitar hacerme la pregunta «¿Cuánto más puede dar de sí la historia de estas sagas?» porque, sin entrar en terreno de spoilers, muchas apuntan a un final de la línea narrativa que llevan teniendo en sus historias desde sus orígenes ¿Deberían ir pensando en darle un cierre?
Es evidente que mucha gente conecta con estas sagas y estas acaban haciéndose un hueco en su lista de cosas favoritas, y es cierto que existen franquicias como Dragon Quest o Final Fantasy, con un modelo más antológico, teniendo historias autoconclusivas en cada juego con, si eso, algunos pequeños elementos en común entre algunos juegos, lo que les permite reinventar formula, personajes y trama general a cada nueva entrada en la franquicia ¿Pero cuantas veces se van a tirar los Mishima por un volcán hasta que haya paz en el mundo? Sencillamente hay veces en las que una historia no tiene más que contar en su línea principal. Ahí es donde puede entrar la idea de precuelas, spin-offs o incluso reinicios de la franquicia que busquen contar otra cosa con las mismas que forman el mundo de estos juegos.
Cierto es, también, que empezar el desarrollo de una nueva saga es igual de complejo que saber darle fin, Tenemos, por ejemplo, a Toshihiro Nagoshi arriesgando su puesto en Sega para poder dar inicio a la franquicia Yakuza. Bajo estas condiciones de riesgo, las compañías lo que buscan habitualmente es producir lo que de mayores beneficios monetarios y no arriesgarse a darle secuelas a juegos singulares que han vendido pobremente porque, siguiendo este ejemplo, si Yakuza hubiera ido mal, probablemente nos hubiéramos quedado sin todo lo que podían ofrecer las aventuras de Kiryu.

Este difícil balance entre empezar con buen pie y saber cuando acabar crea problemas en la trama a largo plazo, teniendo muchas veces que alargarla de más y, en ciertas ocasiones, esto termina por derivar en una calidad irregular entre sus entradas. Pero cuando hablamos de saber cuando acabar, ¿a qué nos referimos? ¿A darle un cierre con lazo a una trama o a, sencillamente, no recibir más juegos de la nada?
Pongamos un ejemplo: Dark Dreams Don’t Die, o D4 para abreviar, fue un juego de formato episódico dirigido por Swery65 del que solo llegó a aparecer su primera parte, debido a factores internos relacionados con el propio Swery y su salida de Access Games. No es un juego que acabase por tener un cierre, pero por otros deslices del destino, y a día de hoy es difícil ver el juego que está en el punto medio de la balanza de acabar cuando debe, ni demasiado efímero ni demasiado estirado.
Encasillar a un director o estudio a realizar algo puede terminar por causar factores perjudiciales a la hora de repetir la misma fórmula durante décadas. Obviamente una historia puede ser muy larga y tener una conclusión satisfactoria, pero en cuanto toca buscar innovar la formula jugable puede acabar pasando factura. Yakuza logro esquivar esta bala en su séptima entrega principal al otorgarle a Ichiban un sistema de combate por turnos en contraste al Beat em Up que acompañaba a Kiryu en los anteriores juegos de la franquicia. Y aun así, Kiryu tiene bastantes juegos con este sistema que, aún con cambios, en esencia suele ser el mismo.

Puedo pecar de sonar apocalíptico en esta opinión, pero todo lo contrario. Adoro cada saga mencionada anteriormente con sus más y sus menos, pero pienso que los videojuegos deberían evolucionar más allá de tener una nueva generación cada pocos años y deberíamos entrar en un nuevo mundo de sagas a conocer. Me gustaría saber, por ejemplo, a qué fronteras podría llegar Capcom si los encargados de Ace Attorney emplearan todo lo adquirido para darle forma a una nueva novela visual —citando a Ghost Trick como un caso individual que fue uno de los imprescindibles de la DS en su etapa— y estoy expectante por ver a dónde pueden llegar compañías cuyos nombres están ligados a unos títulos muy determinados cuando se desprendan de ellos y forjen algo nuevo.
¿Y vosotros, que opináis? ¿Estáis de acuerdo con echarle un cierre satisfactorio a algunas sagas o creéis que con el suficiente apaño y creatividad se puede imbuir de vida algo que lleva años dando guerra? Los juegos son un mundo en el que hay de todo para todos y hay varias columnas que fundan los cimientos de muchos géneros hoy en día, pero la formula siempre tiene espacio para expandirse y mejorarse. La pregunta viene a ser, ¿mediante pulido de lo establecido o borrón y cuenta nueva?
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